Estadounidenses fueron a las urnas con una economía más fuerte tras el Covid, pero resintiendo la inflación
Una actividad dinámica, una inflación que desciende y un mercado laboral saludable, dan cuenta de la estabilidad de la primera economía mundial.
Por: Amanda Santillán | Publicado: Miércoles 6 de noviembre de 2024 a las 00:40 hrs.
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Foto: Reuters
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La economía estadounidense se posicionó como uno de los grandes temas en la mente de los votantes a la hora de acudir a las urnas para las elecciones presidenciales de este martes.
Después de todo, cuando llegó a la Casa Blanca el Presidente Joe Biden en 2021, los 244 millones de ciudadanos habilitados para sufragar seguían padeciendo los estragos de la crisis económica derivada de la pandemia generada por el Covid-19. En junio de ese año, Estados Unidos alcanzó un peak de inflación de 9,1% anualizada, desde donde no fue fácil descender, considerando el impacto adicional que tuvo en los precios locales la invasión de Rusia a Ucrania en 2022.
Sin embargo, hoy la primera potencia mundial está en un escenario diferente.
La inflación se moderó y, según la última información oficial, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre se posicionó en un nivel de 2,4% en 12 meses, levemente por encima de la meta de 2%.
Lo anterior, en medio de un llamativo repunte del crecimiento. En 2023, el Producto Interno Bruto (PIB) registró un alza de 2,9%, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta avances de 2,8% para este año y de 2,2% para el próximo, cifras nada despreciables para una economía avanzada.
Ese dinamismo, gracias a que la recuperación ya se siente en los hogares estadounidense. De hecho, en su más reciente reporte, el gasto del consumidor -que constituye la mayor parte de la actividad de EEUU- se expandió un 3,7%. Aquel resultado, también es respaldado por un mercado laboral saludable, que actualmente registra una tasa de desempleo de 4,1%.
La Fed da inicio a un ciclo de recortes
En este contexto, la Reserva Federal en septiembre pasado se decidió a dar un paso decisivo para la economía mundial. El banco central estadounidense inició un ciclo de recortes de la tasa de interés, la primera flexibilización monetaria desde que enfrentó la pandemia.
Con un tipo rector que permanecía en máximos de 23 años, la Fed inició su rebaja con 50 puntos base (pb), posicionándose en los pronósticos más agresivos contemplados por el mercado, reduciendo el rango hasta 4,75% -5%. Además, las perspectivas facilitadas por el Comité Federal de Mercado Abierto, liderado por Jerome Powell, dan señales respecto a que este nuevo ciclo se reforzará en las dos reuniones que quedan de aquí a fin de año, reafirmando que seguirán de cerca las implicaciones de la información que reciban sobre las perspectivas económicas para afinar la magnitud de los recortes venideros.
De hecho, los analistas esperan una nueva rebaja en la tasa de interés, aunque de menor magnitud, para la reunión que sostendrá la Fed este mismo jueves. Específicamente, la expectativa del mercado es que en esta oportunidad se definan por un recorte de 25 puntos.
No obstante, desde Capital Economics apuntan que la flexibilización podría ser más gradual y que los recortes de cada reunión sean de un cuarto de punto hasta llegar al rango de 3%-3,25%.
El resultado de la elección presidencial, asegura la economista para Norteamérica de la firma, Olivia Cross, “podría cambiar esa previsión de tasas finales”.
En tanto, desde Bci indican que las expectativas de mercado han moderado el ritmo de recortes en la tasa de política monetaria, con respecto a lo que se tenía hace tres meses atrás. “Estas se han ido alineando con las perspectivas de la Fed, las cuales apuntan a un recorte de 100 pb durante el 2025, para situar la tasa de política en torno a 3,5% a fines de 2025, muy por sobre su tasa neutral de 2,75%”, dijeron en su informe.
El déficit fiscal persiste alto
En el marco de este favorable panorama, hay un lastre que enfrenta la economía estadounidense: el déficit fiscal.
Muestra de aquello es que el 30 de septiembre, cuando finaliza el año fiscal estadounidense, se alcanzaba un déficit de US$ 1,83 billones (millones de millones), el más alto desde la pandemia y por sobre los US$ 1,7 billones del 2023.
De acuerdo con lo informado por el Tesoro de EEUU, el resultado fue incidido por el alza de los costos de los intereses de la deuda y el mayor gasto en seguridad social y defensa.