María José Naudon, abogada y académica de la U. Adolfo Ibáñez: “No hay nuevos interlocutores para pensar en un rumbo distinto del que había”
A su juicio, la falta de liderazgo y el problema de las confianzas internas se sigue palpando y este ajuste no resuelve los problemas de fondo.
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Más que un cambio de gabinete, fue un ajuste ministerial. Así de enfática es María José Naudon, abogada y académica de la facultad de Artes Liberales de la UAI, quien afirma que “como buen ajuste, no soluciona los problemas de fondo que uno puede, de alguna manera, palpar. El rumbo del Gobierno no cambia”.
Por el contrario, advierte, “mi sensación es que la falta de liderazgo y el problema de las confianzas internas se sigue palpando”.
En definitiva, asegura, “si no hubo ningún cambio en interlocutores que pudieran haber cambiado la lógica del diálogo o personas que representaran simbólicamente giros, por decirlo de alguna manera, lo que cabe esperar es simplemente lo mismo que había antes del cambio de gabinete”.
“La oposición partió subiéndose a la mesa. Eso es lo primero (...)Pero el asunto es que sentarse a la mesa no es aceptar todo lo que te proponen”.
-¿No es suficiente para que el Gobierno avance en su agenda, en particular en el pacto fiscal y pensiones?
- La pregunta yo la devuelvo. ¿Quiere el Gobierno girar significativamente, por ejemplo, en pensiones? ¿Puede hacerlo o no? Ese es el problema, porque en teoría todas las cosas son posibles, pero en la práctica este es un Gobierno que a partir de dos derrotas electorales severas, truncó de alguna manera su futuro reformista. Es un Gobierno que tiene un apoyo del 30% relativamente permanente en el tiempo, y la pregunta es si está dispuesto a, de alguna manera, a sacrificar ese 30% y su propia alianza interna, girando hacia posturas que puedan facilitar los acercamientos, creo que no. No es que crea que no existían nombres para poner en esos cargos, el problema es mucho más de fondo, es cuánto quiere el Gobierno girar realmente el rumbo.
- ¿Qué cambios habrían sido necesarios en el gabinete para que se interpretara un cambio de giro para destrabar las conversaciones?
- Salido el ministro Jackson, que perdió su piso político, la posibilidad que seguía era instalar nuevos interlocutores para un diálogo que pudiera efectivamente demostrar una nueva intencionalidad. Yo creo que eso no se produce.
No hay nuevos interlocutores para que uno pudiera pensar en un rumbo muy distinto del que había. Ahora, es verdad también que en el discurso el Presidente sí llama a ese diálogo, sí pone hincapié en ese diálogo, pero el punto está en que dialogar supone querer ceder. Y esos interlocutores que podrían ser distintos, que podrían llevar a este encuentro, no los veo. No digo que no pueda pasar, pero si estamos observando el cambio de gabinete, ahí no veo interlocutores nuevos o claves que puedan identificarse para un nuevo rumbo.
- Tras este ajuste, ¿qué actitud cree que va a mantener la oposición?
- La oposición partió subiéndose a la mesa. Eso es lo primero. El Presidente hizo una alusión, un guiño en el mismo discurso que hizo después del cambio de gabinete. Pero el asunto es que sentarse a la mesa no es aceptar todo lo que te proponen. Son dos cosas radicalmente diferentes.
Ahora, poniéndole un poquito de visión positiva, las posibilidades del diálogo están, están un poquito mejor que antes.