Lo que quede de las reformas
Un Gobierno con minoría parlamentaria y social –cuenta con 30% apoyo en las encuestas- tiene dos alternativas. O realiza un mandato de administración o intenta avanzar un poco, impulsando cambios menores a los de su programa de gobierno original.
El miércoles 8 de marzo la Cámara de Diputados rechazó la propuesta del gobierno para legislar una reforma tributaria, quizá el proyecto más importante de esta administración. Con el dinero recaudado por esa reforma, se iba a poner en marcha lo que se prometió en la campaña presidencial. El daño fue mayor.
“En Chile la gente premia al que avanza. Apruebo Dignidad defiende testimonialmente el plan original del gobierno, la derecha se opone, y ahí quedamos empantanados. Pero aquí la mayoría cree que un gobierno está para avanzar en la medida de lo que se pueda”, dice Francisco Vidal, ex vocero del presidente Ricardo Lagos. Y sobre ese mandatario recuerda a que gracias a que él cedió, es que en Chile existe el Plan Auge. Lagos aceptó modificar el proyecto original al cual la derecha no le dio sus votos.
El sociólogo Eugenio Tironi está con esta tesis, reconociendo, eso sí, la soledad de Boric en su postura de socialdemócrata dentro de su alianza Apruebo Dignidad: “El ethos de esta coalición gobernante quedó muy mal cuando su plan de grandes reformas se vio dañado. Esto debe ser tratado como la pandemia, intentando no retroceder más, consiguiendo avances parciales y ojalá sosteniéndolos. Cualquier reforma es mejor que la no reforma”, dice.
A esta altura, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, ya trabaja en un esquema para atender solamente lo que podría tener apoyo de la oposición y del empresariado (y que presentará hoy) en el marco del pacto fiscal.
Si avanzar resulta que la reforma tributaria debiera convertirse en un mero cuerpo de leyes para combatir la elusión y la evasión fiscal, es un camino válido, pero con pocos adeptos en el frenteamplismo y en el Partido Comunista.
Para Claudio Alvarado del IES, el problema es la ambigüedad de Boric. “Quiere promover las inversiones extranjeras en Chile en Europa, pero también dice quiere superar el capitalismo. Quiere promover una conmemoración de los 50 años dialogante, pero se subordina a lo que dice el PC”.
Si avanzar resulta que la reforma tributaria debiera convertirse en un mero cuerpo de leyes para combatir la elusión y la evasión fiscal, es un camino válido, pero con pocos adeptos en el frenteamplismo y en el Partido Comunista.
Un dirigente frenteamplista, algo indignado se pregunta: “¿Con qué más nos quieren bajar las expectativas? Si Boric no es Allende, pues. Está planteando la misma reforma que Piñera en pensiones. ¡No entiendo qué nos queda ya por entregar!”
Hace 10 años que en el Congreso han existido sucesivos intentos por mejorar las pensiones de los chilenos, pero jamás se ha logrado llegar a acuerdo. El cómo distribuir el 6% extra de cotización que pagaría el empleador es sobre lo que no existe acuerdo.
El Gobierno postula destinar ese porcentaje a un fondo solidario.
Las encuestas dicen que más del 90% de los chilenos quieren que ese 6% sea para cada trabajador y heredable.
La negociación está muy cerrada con el ingrediente que la UDI, seguida por republicanos, salió de la mesa de técnica de la reforma de pensiones exigiendo la renuncia del ministro Jackson, todos coletazos del caso convenios y del extraño robo al Ministerio de Desarrollo Social.
Para Gonzalo Müller, cercano a la UDI, es el Presidente ahora el que debe recuperar el diálogo. Ser pragmático y entender lo que les quedó claro a Lagos y a Bachelet. “Si quiere avanzar con sus reformas debe sacar todo lo que no está de acuerdo y dejar el resto. Eso el gobierno no lo ha sabido hacer “, y agrega “tiene un gabinete al que le ha tocado mucha confrontación política. Todo el diálogo político está radicado solo en el mandatario. No hay otro ministro capaz. Álvaro Elizalde, desde la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), solo ha ordenado la votación de su propio sector, pero no ha logrado una reforma transversal.
Un cambio de tono del Presidente y un cambio de gabinete, podrían abrir una etapa distinta hacia el fin de este año, pensando que van a quedar más de dos años de gobierno”.
Los 50 años
La conmemoración del cincuentenario del golpe militar de 1973 se enredó. Esto tuvo un peak a principios de julio, con la salida del asesor del Presidente en el tema, Patricio Fernández, presionado por el PC y por los organismos de derechos humanos.
Fernández no era considerado uno de ellos y le recriminaron haber sido equívoco a la hora de referirse al golpe.
Las ideas fuerza de todos los eventos que se van a realizar (desde televisivos, hasta callejeros) serán “memoria”, “democracia” y “futuro”. Pero lo que no se ve con claridad es si va a existir alguna forma de unir a los distintos sectores políticos en torno a algo.
Desde Europa, a mediados de julio, el Presidente adelantó que le pediría a los representantes de todo el espectro político redactar una declaración para condenar el golpe de Estado de Augusto Pinochet en contra Salvador Allende. Y ahí está el problema. La derecha defiende la democracia, reconoce los atropellos a los derechos humanos, pero no está dispuesta a pedir perdón por el golpe del 11 de septiembre, algo de lo que no se arrepiente. La insistencia de Boric en este sentido podría tensionar más esta fecha.
Para Claudio Alvarado del IES, el problema es la ambigüedad de Boric. “Quiere promover las inversiones extranjeras en Chile en Europa, pero también dice quiere superar el capitalismo. Quiere promover una conmemoración de los 50 años dialogante, pero se subordina a lo que dice el PC. En este ánimo de crispación, nada va a terminar bien”. La tesis de Boric de avanzar en lo que estemos de acuerdo, no está dando resultado.
Sin la ambición de hacer un 11 de septiembre inclusivo, en el Gobierno aspiran a que no sea una fecha donde la violencia sea la protagonista absoluta.
El esquivopresupuesto
La discusión de la ley de presupuesto que comenzará en agosto estará centrada en evitar que escándalos como el caso convenios, vuelvan a repetirse.
La oposición buscará ejercer un mayor control a los programas con transferencias a fundaciones que realizan trabajos para campamentos, salud, y recuperación de barrios. Se adelanta que “todo lo que no se justifique, se rechazará”.
El senador opositor Luciano Cruz-Coke (Evópoli) dijo al DF, que pedirá que se realice un “barrido” de todas las glosas presupuestarias que contemplan transferencias a la sociedad civil, como Vivienda, Culturas, Educación y regiones.
El senador Ricardo Lagos Weber, presidente de la Comisión Mixta de Presupuesto, senaló que “a consecuencia del escándalo por las transferencias directas a fundaciones, y del caso Democracia Viva de Revolución Democrática, se requiere de un registro de todas las instituciones privadas que reciben transferencias del Estado.Hay que tener claridad sobre todas las excepciones a la concursabilidad para acceder a recursos públicos”.
El foco del gasto, para el oficialismo, debiese apuntar a la eliminación de listas de espera en salud, a seguridad pública y a infraestructura regional.
Los juegos cuesta arriba
Cualquier lucimiento con los juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023 por parte del gobierno supone que antes se resuelvan, al menos, tres asuntos. En primer lugar, que las obras de infraestructura deportiva, en especial el retrasado parque acuático del Estadio Nacional, estén listas a tiempo. Esto es un mes antes del inicio de los juegos el 20 de octubre. En segundo lugar, que se terminen de despejar todos los líos de miles de millones de dineros gastados y no rendidos de parte de la Corporación Santiago 2023 al Instituto Nacional del Deporte (IND).
En junio y, luego que el Ministerio del Deporte determinó que la situación era muy grave, la directora ejecutiva de la Corporación Gianna Cunazza renunció en medio de desórdenes contables y fue reemplazada por Harold Mayne Nicholls. El expresidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) es la quinta persona que ocupa ese cargo en cuatro años.
Y, en tercer lugar, se requiere que los eventos deportivos cuenten con la adecuada seguridad de Carabineros que destinará 5 mil efectivos para ello, pero esta semana se informó que la institución también tendrá que asumir la custodia de 19 eventos musicales durante el lapso que duran los juegos Panamericanos y Parapanamericanos. Nadie sabe aún cómo lo logrará.
Si, como le llamó el Presidente Boric en su cuenta del 1 de junio, “el evento deportivo más importante que se realizará en el país desde el Mundial de Fútbol de 1962”, sobrepasa todos los obstáculos, recién allí el Gobierno podría comenzar a redituar comunicacionalmente de él.
Y, según la Secom, el relato se refleja en la vocería del ministro del Deporte, Jaime Pizarro. La idea es celebrar los juegos, pero dejando un “legado” social, urbano, deportivo y ambiental que incluiría el parque deportivo más grande de Sudamérica en el Estadio Nacional, la entrega de viviendas sociales a partir de la villa olímpica que se construye en Cerrillos, y grandes obras deportivas que quedarían al servicio de los atletas y de la comunidad.
Diciembre 17
Todos los escenarios están abiertos aún para el plebiscito de salida en que se votará si se aprueba o si se rechaza el borrador constitucional que aún está discutiéndose (y que debe votar artículo por artículo la comisión constituyente).
Sin embargo, según la encuesta Cadem del 23 de julio, el 57% de los chilenos rechazaría el 17 de diciembre. Si ese escenario no variase con el conocimiento del texto constitucional definitivo por la ciudadanía, texto que se conocerá a principios de noviembre; las noticias para el Presidente Boric no serían buenas.
Pero tampoco para Republicanos y para José Antonio Kast, quienes controlan la comisión constituyente desde su triunfo el 7 de mayo.
Para el mandatario, arrastrar dos borradores de constituciones rechazadas y el problema constitucional sin resolver, sería desastroso.
Para Republicanos, haber liderado el proceso para una nueva constitución y que se les rechace, tampoco es positivo. Esto incluso considerando que, en un inicio, ellos eran quienes no querían cambiar la Carta Fundamental vigente.
El diputado de Convergencia Social, Gonzalo Winter, ve los escenarios abiertos para diciembre, pero se atreve a adelantar: “No puedo dejar de darme cuenta que Republicanos trabaja para que votemos rechazo y que la gente está con ánimo de rechazar, pero hay que esperar”.
Hay quienes apuestan, en el Gobierno y fuera de él, que esta constitución será aprobada solo si el Presidente Boric y el líder de Republicanos, José Antonio Kast, llaman a apoyarla.
Cualquiera de los dos que se reste, podría llevar a un fracaso de este nuevo intento.
La primavera
El cambio de estación va a traer buenos frutos de algunas de las políticas de la actual administración. La gente percibirá el sueldo mínimo indexado a $ 500 mil, estará plenamente vigente la ley de deudores alimenticios (papitos corazón) y tendrá que producirse una grata discusión sobre qué harán los municipios del país con el dinero que recibirán por concepto de royalty minero.
Y el año terminará con una agenda internacional que se volverá a activar. Ahora será un viaje del Presidente a China en octubre.
Al mes siguiente, en noviembre, lo espera la cumbre de líderes de la APEC, que se realizará en noviembre en San Francisco, Estados Unidos.