La huella económica de los grandes eventos deportivos que concentran los ojos del mundo
Los Juegos Olímpicos en París y antes el fútbol en América y Europa constituyen una oportunidad para las ciudades sedes, pero también representan desafíos en inversiones para infraestructura, atraen dinamismo económico y promoción de la imagen país.
- T+
- T-
Tres grandes eventos deportivos concentrarán la atención de millones de personas en diferentes ciudades en todo el mundo durante junio y julio: la Eurocopa, que se inició la semana pasada en Alemania, la Copa América en Estados Unidos que se inauguró este jueves y los Juegos Olímpicos de París, que se inician el 26 de julio. Todos eventos que implican costos, pero también beneficios para la ciudad o países que los organizan en términos de turismo, imagen y legados en infraestructura.
En el caso de Chile, la Copa América organizada en 2015 no sólo fue positiva por el primer título continental del país, sino que por las cifras para el sector del turismo, la gastronomía y hotelería. El Ministerio de Economía informó finalizado el torneo que la llegada de turistas extranjeros entre el 1 de junio y 4 julio, aumentó un 47% en comparación con el mismo periodo de 2014.
Del total de turistas internacionales (328.445), se estimó que 88.500 vinieron por el fútbol. El gasto total efectuado se estimó en US$ 70 millones y el promedio en US$ 1.126.
Entre el 1 de junio y el 5 de julio, las ventas a turistas extranjeros con tarjetas de crédito en el país creció un 42,6%, mientras que las de consumidores nacionales subió 17,5%. El mayor crecimiento ventas correspondió a la Región de Coquimbo, sede de Argentina, con una alza de 429%.
EEUU, de la Copa América al Mundial
Los organizadores de la Copa América Estados Unidos 2024 estiman que el evento generará entre US$ 500 millones y US$ 600 millones para la economía local. La cifra se sustenta en la expectativa de la llegada de cerca de dos millones y medio de turistas prevista para antes de la competencia y el recorrido que harán durante sus cuatro semanas de participación.
En ese sentido, el impacto económico se dividirá entre las 14 ciudades que serán anfitriones de al menos un partido. Entre los estados que más se beneficiarán están California, Texas, Nueva York y, sobre todo, Florida. En Miami la generación de dinero será mayor porque es donde se juega la final.
De todas formas, en EEUU están más entusiasmados por el impacto económico que tendrá la Copa del Mundo de fútbol 2026, que organizarán junto a Canadá y México. “Ser anfitrión de la Copa FIFA 2026 podría generar más de US$5 mil millones en actividad económica a corto plazo, incluida la generación de 40.000 empleos”, destacan desde la Asociación de Fútbol de ese país basados en un estudio realizado por The Boston Consulting Group.
Eurocopa en Alemania
Alemania es la anfitriona de la Eurocopa 2024 que se desarrolla hace una semana y se calcula un impulso de 1.000 millones de euros adicionales para su economía gracias a los turistas que viajan al país para asistir a los partidos, según pronostica el Instituto Alemán de Investigación Económica IFO. Esto corresponde a alrededor del 0,1% de la producción económica en el segundo trimestre del año.
Los sectores de hostelería y venta minorista de alimentos serán los más beneficiados. Sin embargo, expertos señalan que “el efecto será de corta duración”, y con el final del torneo y regreso de turistas a sus países los ingresos probablemente caerán nuevamente en el tercer trimestre.
Durante el campeonato se esperan más de 600.000 turistas extranjeros y 1,5 millones de pernoctaciones adicionales, según los cálculos del instituto basados en las cifras de la Copa Mundial de la FIFA celebrada en Alemania en 2006.
De todas formas los expertos coinciden en que el efecto general de la Eurocopa 2024 en la mayor economía de Europa también dependerá del desempeño de la selección alemana y cuánto avance en el torneo.
Juegos olímpicos de París
Para la cita olímpica que se inicia en Paris el 26 de julio se prevé que, como mínimo, se creará un total de 150.000 puestos de trabajo y se necesitarán unos 1.900 proveedores de servicios. Además, hasta 350.000 horas televisivas sumarán las emisiones vinculadas con los Juegos Olímpicos, que contribuirán a generar millones de euros en publicidad.
En total, el impacto económico que dejará esta cita deportiva en la economía francesa se estima que ascenderá a un total de 10.700 millones de euros en el periodo 2017-2034, de los cuales 3.500 millones serán solamente en turismo.
El comité organizador cuenta con un presupuesto operativo estimado de unos 4.400 millones de euros, que ascenderá hasta los 8.000 millones de euros al incluir los costes de construcción y remodelación de sedes.
En cuanto al financiamiento de los Juegos, las aportaciones de los patrocinadores serán una de las principales fuentes de ingresos. Un dato: un año antes de la ceremonia inaugural, en julio de 2023, ya se habían superado los 1.000 millones de euros en ingresos asegurados por esta vía.
También la venta de entradas, cuyo precio partirá de los 24 euros para los eventos deportivos, ayudará a pagar la fiesta olímpica. En el caso de la ceremonia de inauguración en el Rio Sena, asistir costará entre 90 y 2.700 euros. En total, la organización puso a la venta 10 millones de boletos para los Juegos Olímpicos de París.
La mala experiencia de Atenas 2004
Pero no todos los eventos han sido exitosos. La excepción más recordada son los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El país arrastraba desequilibrios macroeconómicos y un alto gasto público. Sin embargo, se eligió esta sede por su importancia simbólica: en 1996 se habían cumplido 100 años de los primeros Juegos Olímpicos en la era moderna, que se habían celebrado justamente en Atenas.
Grecia destinó gran parte de sus recursos a renovar su infraestructura, con la esperanza de ganar protagonismo como una ciudad europea de comercio y turismo y posicionarse como el centro de las actividades económicas y culturales de la zona del Mediterráneo oriental.
Sin embargo, terminó sobrepasada por deudas y generó un magro nivel de ingresos por ventas de entradas y patrocinios. Las obras fueron financiadas casi en su totalidad con dinero público y esto contribuyó al colapso económico que se produjo años después. Los organizadores recaudaron tan solo US$ 1.700 millones por la venta de derechos de transmisión y entradas, lo que afectó su ya débil economía y agudizó su crisis financiera.