Mayor inflación amenaza a sectores más vulnerables y presiona medidas del gobierno

José Carlos Prado 



El fuerte impacto que tuvo el desborde inflacionario de 2007-08 en los sectores más vulnerables del país, comienza a reaparecer como un fantasma. Tal como sucedió en esa oportunidad, los mayores precios de los alimentos que se han registrado en el último tiempo y las expectativas al alza sobre el indicador, ponen una luz de advertencia sobre sus alcances hacia los más pobres.

Los expertos coinciden en que el escenario que se proyecta es complejo, pero también recuerdan que los niveles de actividad económica y dinamismo del mercado permitirían mitigar mayores consecuencias.

Si bien todos sostienen que es muy prematuro afirmar que esto ponga en duda la meta del gobierno de superar la indigencia en 2014, para ninguno es indiferente que esta escalada inflacionaria debe apresurar las acciones del gobierno en esta materia.

En abril, el Ejecutivo comienza con el pago de un “bono” de $ 40.000 a unas 500 mil personas, lo que se transformará en el primer paso del Ingreso Ético Familiar. Éste último, ha señalado el propio Mideplan, se tiene que hacer cargo de los aumentos que se han registrado en los precios una vez que esté operativo completamente.

Para Paulina Henoch, investigadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo (LyD), el aumento del precio de los alimentos “hace que aumente el desafío” que se impuso el gobierno, sin embargo, su visión es positiva, tomando en cuenta las acciones impulsadas en el último año y las medidas que se están preparando. Al comparar los números, agrega, se observa que entre noviembre de 2006 y el mismo mes de 2009, los alimentos subieron 32,4%, según la información del INE. Mientras que desde la última Casen hasta ahora, la inflación de alimentos ha aumentado 4,1%.




Impacto en línea de pobreza


Claudia Sanhueza, del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales y jefa del proyecto Casen 2009, cálcula que la línea de la pobreza subió hasta 
$ 67.512 con precios a diciembre de 2010. Esto, por si sólo pone mayor presión, pues significa un aumento de 5,3% respecto a la cifra de 2009. Sin embargo, explica que el incremento de las remuneraciones y la mayor cantidad de empleo podría mitigar el efecto sobre las familias más pobres.

En la misma línea, el subdirector del Centro de Estudios Públicos (CEP), Harald Beyer, agrega que el contexto es diferente precisamente por esas variables. El experto considera que la pobreza, de todas formas, caerá, pero lo hará en una menor magnitud debido a este escenario.

No obstante, considera que sería aconsejable que se implementara algún tipo de instrumentos que apunte al grupo que está más expuesto a estas variaciones de precios y que no recibirá el bono. O sea, los que están apenas sobre la línea de la extrema pobreza.




Nueva canasta


Este año el gobierno volverá a medir la pobreza y aún no está definido si el gobierno cambiará la metodología y los componentes de la canasta. 
En ese aspecto, hace especial énfasis el académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, Julio Guzmán.

Desde su perspectiva, es más relevante modificar la forma en que se mide la pobreza, sobre todo desde el punto de vista de las políticas públicas que se diseñen para ayudar a este grupo. “La pobreza es multidimensional y por eso es importante medirla en todos sus ámbitos”.