Se queda corto peak de 13%: vuelven a subir pronósticos para la inflación a la espera de que el BC rompa el silencio
En el CEEN-UDD ven que IPC podría trepar hasta nivel cercano a 20%. Proyecciones para la TPM también subieron y ahora la ven sobre 10%.
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El dólar sigue batiendo récords y el mercado ya se hace eco de sus efectos en inflación y tasas de interés.
Luego de una variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 1% mensual en julio y agosto debido a la presión del tipo de cambio en gasolina, alimentos, automóviles, paquetes turísticos y pasajes aéreos, el economista Patricio Rojas anticipa que el año cerrará con una inflación cercana al 11%, y que el 10% que anticipó el Banco Central en junio ha quedado “fuera de contexto”.
También el peak de 13% sería superado. El gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández, estima que en los próximos meses puede rondar el 14%.
Más pesimista es Cristián Echeverría, director del CEEN-UDD: “No me extrañaría que la inflación llegara a niveles del orden del 15% o incluso cercanos al 20% anual, en lo peor del momento inflacionario que estamos viviendo”, dice.
Martina Ogaz, de Euroamerica, recuerda que el mercado ya ha elevado su panorama a diciembre, hoy cerca de 11,6% en doce meses. Su estimación para el IPC ha subido más, y en medio de la escalada del tipo de cambio la ubica en torno al 13% anual para el último mes de 2022.
Este panorama pone sobre la mesa que el siguiente ajuste a la Tasa de Política Monetaria podría no ser de 50 pb -desde el 9% actual-, ni el último de este ciclo.
“Pensar en (una TPM en) 10% o un poquito más son números completamente factibles dado el escenario actual”, dice Rojas, y Fernández afirma que el ajuste de 50 pb, que sería el último, ahora deberá ser de 75 o 100 puntos y, probablemente deba repetirse en septiembre. En su opinión, la tasa podría terminar entre 10,5% y 11%.
Ogaz señala que “esta escalada de la paridad complica bastante la misión del Banco Central en cuanto a inflación, ya que podría hacer más persistente el actual shock y podría llevar al consejo a elevar en una mayor magnitud la TPM o mantener elevados los niveles de tasa por más tiempo”.
Distinta es la visión de Francisca Pérez, economista principal de BCI Estudios, quien recuerda que la TPM actúa con rezago sobre la economía, y sus cambios tienen efectos hasta tres trimestres después. Por esto, considera que subir la tasa ahora “no sirve para contener las posibles alzas en el IPC de corto plazo debido al aumento en el dólar”. En su opinión, si el Central quiere frenar la inflación de corto plazo, “deberá buscar otras herramientas”.
A juicio de Echeverría, el Central tiene dos caminos: o subir las tasas y combatir más fuerte la inflación, o bajarlas para perpetuar la alta inflación, pero evitar que una “recesión más profunda”.
Menor crecimiento
Fernández advierte que el alza en el dólar podría acentuar la caída del Producto Interno Bruto (PIB) en el tercer trimestre por el impacto contractivo sobre el consumo. Su proyección es que en el segundo trimestre la economía haya crecido un 5,5% anual, y anticipa caídas de 0,1% y 3,6% en el tercero y cuarto. Pero, advierte que esta merma “podría ser más negativa en el segundo semestre si no se corrige el escenario de devaluación reciente”.
Un cuadro con el que coincide Ogaz, quien dice que esta mayor depreciación “muy probablemente intensifique la desaceleración de la actividad”, sobre todo a final del año. Por ahora, para el tercer y cuarto trimestre prevé caídas de 0,1% y 2,7% del PIB.
Rojas anticipa Imacec en rojo entre septiembre y noviembre, y no descarta una en agosto. Para el tercer trimestre contempla un bajón cercano a medio punto porcentual y para el último en torno a 2,5%.
¿Y la intervención?
“Cada vez más cerca”
Para Alejandro Fernández, que el ente rector realice una intervención es, en estos momentos, “más que urgente”. “Sorprende la inacción del BC, que no ha hecho ni dicho absolutamente nada ante una situación completamente inédita”, critica, y señala que “más allá de que pueda haber factores fundamentales tras la devaluación del peso, es un hecho que la constante devaluación, la más acelerada de que se tenga memoria, alimenta la inflación y, peor aún, las expectativas de inflación”.
El economista recuerda que el tipo de cambio real de ayer es el más elevado desde que existe la serie histórica. “Si en este escenario no justifica, como mínimo una declaración del BC, no sé cuándo se justifica”, arremete, e incluso le pone fecha a la acción: dice que el Central debiera anunciar una “intervención masiva” no después de este viernes, “de lo contrario va a perder su credibilidad”. Dice que, aunque esté atrasada, si la intervención se “diseña bien” y es masiva, puede controlar la depreciación, “al menos poniéndole un techo a la especulación”.
Tras la escalada alcista que sufrió ayer la paridad local, en Euroamerica elevaron su perspectiva de que es necesaria una intervención, ante una depreciación que se ha “alejado totalmente” de los fundamentos. Ogaz señala que es altamente probable que una medida de intervención del Central con un programa con un monto “considerable” detenga el alza de la paridad local.
Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa, prevé “una alta probabilidad” de intervención, la que debería comenzar con una “intervención verbal”.
“No tomar palco”
Patricio Rojas considera que, dado que gran parte de los últimos movimientos del tipo de cambio responden a factores externos, una eventual intervención del Central tiene “muy bajas” probabilidades de lograr revertir el cuadro actual. Es partidario de que el instituto emisor realice algún comentario sobre cuál es su visión sobre los últimos movimientos de la moneda, “de manera de calmar al mercado y dar algún tipo de señal respecto de cuál es el diagnóstico que tiene”.
“Lo que uno está pidiendo es que no tome palco”, dice, y alerta que, de seguir en silencio, el ente rector “de alguna manera sigue generando un cuadro de incertidumbre y de especulación que puede hacer que estos efectos se hagan mucho más fuertes”.
Rojas recuerda que en el segundo semestre la economía chilena va a vivir “varios episodios de incertidumbre”, como consecuencia del debate tributario y constitucional. Afirma que la posibilidad de que el tipo de cambio responda en algún momento a eventos “más idiosincráticos, más locales, existe”, y considera que es posible que el Central tenga que salir a defender la paridad más adelante, y con mayores probabilidades de éxito.
Pérez asegura que, ante los actuales niveles “es necesario al menos que el Banco Central se pronuncie al respecto”. En su opinión, la acción del instituto emisor sumada a la reciente medida de Hacienda “podría tener algún impacto”, ya que “los factores internos parecen ser más de lo que se pensaba la semana pasada”.
“Ni urgente ni necesario”
Cristián Echeverría plantea que a estos niveles “no es ni urgente ni necesario que el Banco Central realice una intervención”. Explica que dichas instituciones intervienen cuando hay razones puntuales, de corta duración, que sacan al tipo de cambio de sus valores fundamentales debido a razones netamente especulativas o de sobrerreacción de los mercados. “En este caso es más bien un ajuste más en una tendencia que tiene fundamentos en la economía nacional e internacional”, acota.
Josefina Henríquez, analista de Clapes UC, defiende, el banco no tiene razones suficientes para salir a intervenir, ya que el movimiento del tipo de cambio está “dentro de fundamentos”. La economista señala que, a pesar de que se observa una volatilidad en el tipo de cambio, “hay que poner esta en contexto y observar si la variación responde a factores que son consistentes con la evolución del mismo o no”.
Una opinión que comparte Hernán Díaz, académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, campus Santiago, quien estima que el Central todavía no intervendría, y llama a mirar el momento de la eventual acción. “Veo difícil que se estabilice el dólar con lo que está pasando afuera, porque los miedos de recesión se pueden hacer realidad y eso va a hacer que ese escenario esté difícil de cambiar por el momento”, dice, y agrega que -a su juicio- lo que podría dar “algo de respiro” al dólar es que después de la votación del 4 de septiembre “tengamos un panorama más claro”.