Reforma Tributaria, la letra chica que afecta a la clase media
Por Miguel Rencoret Araya, socio PWC.
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Después de una larga espera el proyecto de ley que propone una reforma tributaria, drástica y estructural, fue enviado al Congreso para su discusión y casi segura aprobación. "Avanzar en la equidad tributaria mejorando la distribución del ingreso", es lo que el Ministro de Hacienda señala como uno de los principales objetivos de esta reforma.
Una mayoría importante aplaude, sin considerar que la clase media, ese sector despreciado de la sociedad, deberá aportar en forma importante con sus impuestos al desarrollo y mejoramiento de una mayoría menos afortunada. A pocos les importa el esfuerzo, trabajo y constancia que este la clase media debe realizar para la obtención de sus logros y objetivos con el nulo apoyo del Estado.
No muchos visualizan la letra chica de la reforma, y que se contradice con el querer avanzar en la equidad tributaria y mejorar la distribución del ingreso. Una letra chica que esconde una retroexcavadora destinada a derrumbar los pocos beneficios que el estado aún entrega a la clase media, y a construir una zanja profunda de donde esta debe intentar salir sin ayuda alguna.
Nada se dice del efecto que la reforma tendrá sobre los cotizantes de Fondos de Pensiones, que se estima en una baja del 6% de sus pensiones futuras. Esta baja sustancial será consecuencia de que los Fondos de Pensiones no pueden transferir a sus afiliados el crédito del Impuesto de Primera Categoría que afecta a los dividendos de acciones que perciben, y que con la reforma en curso llegaría a una carga real de un 35%. Lo señalado atenta directamente contra los cotizantes de menores ingresos, los que en su gran mayoría no obstante estar exentos del Impuesto Global Complementario, o estar afectos a una tasa efectiva del 2 %, terminaran soportando un carga del 35% por la obtención de estos dividendos.
Más del 70% de los trabajadores y cotizantes de bajos ingresos deberán soportar una carga tributaria del 35% por los beneficios que sus fondos de pensiones obtengan, la misma carga que la Ley de la Renta contempla para las grandes empresas internacionales y las personas más ricas del país. A mayor esfuerzo en intentar ver como esta medida permite avanzar en la equidad tributaria, y mejorar la distribución del ingreso, más se hace evidente que esta reforma trae cambios que afectan gravemente a nuestra clase media.
Otro tanto se logra observar al continuar desenmarañando la letra chica del referido proyecto, eliminaciones de ciertos beneficios o franquicias tributarias menores, pero que hasta hoy al menos en parte compensan la nula preocupación del Estado respecto de este sector de la sociedad.
Así observamos la derogación del artículo 57 bis que beneficia e incentiva el ahorro, el aumento al doble del Impuesto de Timbres que afecta a créditos hipotecarios y de consumo, la eliminación del beneficio que frente al IVA tienen los inmuebles con valor superior a las UF 2.000, la propuesta de afectar con IVA la venta de bienes inmuebles de todo tipo incluidos los destinados a la vivienda, la afectación con impuesto a la renta de la ganancia que una persona natural pueda tener en la venta de un inmueble que ha adquirido con el ánimo de inversión para su vejez, la creación de un nuevo impuesto que afectará a todo vehículo diesel particular, etc.
No es la clase más acomodada de nuestro país a la que le preocupa su futura jubilación, o a la que afectará el Impuesto de Timbres que deberá soportar en el crédito hipotecario para la compra de su vivienda, a los que la clase media debe recurrir sin ningún tipo de subsidio estatal, o la que deberá pagar impuesto por esa ganancia en la venta de una inversión en un inmueble con la finalidad de tener una vejez más digna.
Tengo la esperanza, ese mismo sentimiento con el que la clase media día a día acostumbra enfrentar su futuro, de que algún Honorable o autoridad de gobierno levante su voz, en forma fuerte y clara, para exigir se elimine del proyecto toda letra chica, y que de esta forma se cumpla a cabalidad con uno de los objetivos principales de la misma, avanzar en la equidad tributaria mejorando la distribución del ingreso.