Pablo Cruz, economista jefe de BTG Pactual: “El panorama para Chile se ve bastante mejor de lo que pensábamos tanto para este como el próximo año”
El economista celebra las cifras de actividad del primer trimestre, pero proyecta que dicho ritmo se moderará durante el resto del año. A su vez, cree que el tipo de cambio será un aliado para que la inflación converja antes a su meta de 3%.
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El economista jefe de BTG Pactual, Pablo Cruz, se muestra optimista con respecto a la economía local. “El inicio del año ha sido bueno”, señala sobre el crecimiento de 2,3% anual que alcanzó el Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre.
“El panorama para Chile se ve bastante mejor de lo que pensábamos tanto para este como el próximo año. Yo soy bastante optimista dentro de los números razonables, no estoy esperando un crecimiento de 4%, pero sí un 2,5% me parece bastante positivo para este y el próximo año”, dice.
Cruz destaca el piso que ofrece un precio del cobre que “no estaba en los cálculos de nadie” y una economía global que está teniendo un “ajuste más suave”, incluido un nivel de consumo más o menos en niveles de tendencia en el mundo.
La apreciación del tipo de cambio “va a ayudar a que la inflación converja antes, pero no debiese moverle la aguja al Banco Central”.
“Tenemos una situación fiscal muy estrecha a partir del próximo año o, si queremos ser benevolentes, de 2026 en adelante”.
En el ámbito político, además, celebra que “en términos institucionales el país aguantó bien este chaparrón de los últimos cuatro años”.
Pero hacia adelante también hay dudas. “Tenemos un sector externo bueno, un consumo ad hoc y lo que se nos está quedando atrás es la inversión”, plantea Cruz, quien añade que uno de los principales desafíos es ver “cómo hacemos que las reglas del juego permanezcan claras de manera de incentivar la inversión”.
Pese a que el sistema político lo considera“clave”, el economista asegura que hay espacio para en 2025, por ejemplo, mejorar la inversión pública, los sistemas de concesiones y el tema de la permisología. “Hay un ambiente positivo para crecer hacia adelante”, postula.
- ¿Puede continuar en los próximos trimestres el ritmo de crecimiento visto en el primero?
- No, debiésemos ver alguna moderación. Este fue un trimestre raro, porque tuvimos el año bisiesto, algunos rebotes de lo que vimos en el trimestre anterior. Esperamos unas cifras de crecimiento en el trimestre contra trimestre algo más moderadas, pero con todo, para un crecimiento del año que debiese estar entre 2,5% y 3%.
Hay algunos efectos base que nos van a jugar en contra, sobre todo en el segundo semestre. No esperamos ver un crecimiento del sector eléctrico o de la generación de energía como lo vimos el año pasado, porque este año probablemente no vayamos a tener el mismo nivel de lluvias. Pero con todo, la economía parece tener un buen futuro, por lo menos en el plano más próximo.
- El sector público tuvo un rol importante en el crecimiento del primer trimestre. ¿Se puede mantener esto?
- Dentro del consumo de Gobierno de este trimestre en particular, aumentó 4,7% trimestre contra trimestre, la cifra más alta que hemos visto desde el cuarto trimestre de 2021.
Entonces, es cierto: hemos visto un aumento del gasto público relevante en este trimestre en particular. Pero lo que vimos, en términos agregados, tanto en 2023 y durante este este año, es un crecimiento del gasto público en línea con lo que está aprobado en el Presupuesto.
Entonces, en cuanto al nivel de gasto público no me preocupa tanto. Me interesa mucho más la composición del gasto público. Sería más positivo que la composición esté mucho más cargada hacia el lado de inversión.
- ¿Qué tanto puede aportar el precio del cobre sobre US$ 4 la libra al crecimiento económico de este año?
- Nosotros al cierre de abril, antes de tener el aumento fuerte de precio del cobre que ha sido durante estos últimos 30 días, estábamos esperando un crecimiento de 2% para el próximo año y, especialmente por esta cifra, lo vamos a corregir a 2,5%.
- Y en términos de riesgos para este año…
- En cuanto al balance de riesgo, es positivo que los principales que se veían por el externo, al parecer no se están dando.
Siempre pueden aparecer cosas, pero buena parte del crecimiento de este año ya está jugado.
El riesgo local más relevante y siempre estamos hablando del mediano plazo, pero cada vez queda menos, es el estado de las cuentas fiscales. Tenemos una situación fiscal muy estrecha a partir del próximo año o, si queremos ser benevolentes, de 2026 en adelante.
Lo que nos está diciendo la Dipres es ‘no hay plata’. Para estabilizar la deuda en niveles entre 42% y 43%, el gasto fiscal se tiene que quedar congelado en términos reales o creciendo a cifras extremadamente bajas, que no son compatibles con las demandas que está teniendo la sociedad.
No hay apuro para la tasa neutral
- Con este escenario, para la Reunión de Política Monetaria de esta semana, ¿se alinean con un recorte de 25 o uno de 50 puntos base?
- Después de la apreciación que ha tenido el peso en lo más reciente, la decisión más probable es un recorte de 50 puntos base.
Con una inflación que está actualmente en 3,5%, con expectativas de inflación ancladas en 3% y con una economía sin grandes desequilibrios, una tasa en 6,5% es muy contractiva para lo que está pasando, sobre todo con una demanda interna que no está generando grandes presiones inflacionarias.
- ¿En las siguientes reuniones el Banco Central seguiría reduciendo la intensidad de los recortes? ¿Hay opciones de pausa a la vista?
- Hay una gradualidad que se tiene que dar por definición, porque la tasa neutral está estimada en 4%. Suponiendo que recortan 50 puntos base este jueves, con la tasa en 6% ya no puedes estar haciendo recortes de 150 puntos base o de 100 puntos base, porque por convergencia queda muy poco espacio para llegar a la tasa neutral.
Entonces, ese factor por sí solo hace que los recortes sean más graduales.
Y con una inflación que todavía no converge al 3% -de hecho va a llegar a niveles en torno a 4% durante buena parte del segundo semestre-, dependerá de la apreciación del tipo de cambio, dependerá de lo que pase con el petróleo, que hasta ahora han sido un poco más favorables, pero no veo razones para apurarse en llegar al 4%. Tampoco veo que una tasa que después de la reunión de junio va a estar en 5,75% o 5,5% sea altamente restrictiva para el nivel de inflación que tengamos.
Por lo tanto, no va a haber una necesidad imperiosa de recortar la tasa como cuando estaba en 11,25% y, con eso, el Banco Central va a tener más flexibilidad para ir bajando de a 25 puntos base o manteniendo, dependiendo de lo que pase con la inflación.
Esperemos una TPM que esté en niveles en torno 5% o 4,75% a fin de año, y después gradualmente llegando a 4% en 2025.
- Y hacia adelante, ¿el dólar también ayudará a una menor inflación?
- El mismo Central ha dicho “ojo, el traspaso de la depreciación que vimos desde julio del año pasado hasta ahora ha sido menor que el que sugieren los modelos, porque los sectores de bienes tienen mayores holguras de capacidad y no han podido traspasar eso”.
Uno debiese pensar que eso ocurre cuando el tipo de cambio se deprecia, pero también cuando se aprecia.
No quiero decir que el efecto en inflación va a ser menor de esta apreciación, es un factor relevante, va a ayudar a que la inflación converja antes, pero no debiese moverle la aguja al Banco Central.