Otro ajuste de la economía: la liquidez en los bolsillos sigue moderándose en la antesala de fiestas de fin de año
En noviembre el M1 profundizó su caída en más de un punto, a 27,7%. El Banco Central recordó que con esto se sigue la tendencia de los últimos meses, y que la baja la explica la evolución de todos los componentes del agregado.
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Un mes de mayores gastos suele ser diciembre para los hogares. A la ya alta inflación que ha marcado el año, ahora se suman los gastos navideños, los preparativos para el Año Nuevo e incluso quienes empiezan a adelantar las vacaciones. Y, todo esto ocurre cuando la liquidez en los bolsillos de los chilenos y chilenas sigue moderándose, o al menos así ocurrió en noviembre.
Así lo reflejan las cifras de agregados monetarios -el dinero que está en poder del sector privado no bancario- al penúltimo mes del año, publicadas la semana pasada por el Banco Central. Y es que el M1 -el concepto más líquido de dinero, compuesto por billetes y monedas en circulación, cuentas corrientes y cuentas a la vista- siguió profundizando su caída, la que en noviembre llegó a 27,7%.
La baja de dicho agregado es mayor a la de 26,6% registrada en octubre. El Central detalló que la contracción del M1 sigue la tendencia de los últimos meses -sumando siete períodos consecutivos en números rojos-, y acotó que se explica por la evolución de todos sus componentes.
Carmen Gloria Silva, economista de Banco Santander, precisa que la evolución de los agregados monetarios en noviembre se encuentra “dentro de lo esperado dado el escenario de mayores tasas de interés”.
Acota que la disminución de casi 28% del M1 se debe a “la tendencia a la baja que han seguido presentando los saldos en cuentas corrientes y a la vista, luego de las inyecciones de liquidez de 2021”. Y, puntualiza que parte de estos saldos se han trasladado hacia depósitos a plazo y otros instrumentos financieros, ante el escenario de elevadas tasas de interés, lo que ha permitido sostener el crecimiento de los otros dos agregados: el M2 y el M3.
El M2, que además del M1 considera los depósitos a plazo en pesos chilenos, subió un 2,5% en noviembre, tres décimas por sobre lo registrado en octubre. Según el Central, esto responde a una mayor contribución de los depósitos a plazo.
Por último está el M3, que incluye al M2, los depósitos en moneda extranjera y la tenencia de bonos por parte del sector privado no bancario. El mes pasado, este se desaceleró y anotó una expansión de 3,6%, frente al 4,4% anterior. Este menor dinamismo corresponde a una menor tenencia de documentos del Banco Central en manos del sector privado no bancario y de los depósitos en moneda extranjera, acotó el ente rector.
Hacia adelante
Silva explica que “una menor tenencia de activos líquidos es el reflejo del ajuste en los niveles de consumo y gasto, lo que ha permitido ir enfriando el sobrecalentamiento económico post pandemia”.
Anticipa que, hacia 2023, se seguirán registrando caídas del M1, pero cada vez de menor magnitud gracias a las menores bases de comparación. La economista prevé que, una vez se retomen los niveles de tendencia, hacia fines de 2023 o comienzos de 2024, se volverán a observar aumentos del ya mencionado agregado.