Como reflejo del ajuste que experimenta la economía leyeron distintos analistas la tasa de desocupación de 8,8% que informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el trimestre móvil mayo-julio de este año.
La cifra significó un aumento de 0,9 punto porcentual (pp.) frente a igual lapso de 2022, que representa el noveno incremento anual tras las continuas disminuciones observadas desde marzo-mayo 2021.
Este incremento respondió al alza de la fuerza de trabajo (3%) mayor a la presentada por las personas ocupadas (2%), explicó el INE.
Cifras que para el director del Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), Juan Bravo, continúan confirmando el impacto que ha tenido el deterioro de la situación económica sobre la ocupación. “Lo que está ocurriendo es que los ritmos de creación de empleo no son lo suficientemente dinámicos como para absorber a todas las personas que se están incorporando al mercado laboral”, explica.
El economista destaca que el bajo ritmo de crecimiento de los puestos de trabajo se refleja en las tasas de creación del empleo asalariado formal en el sector privado, que durante el trimestre fueron 46.414, por debajo del formal público de 61.859 y el privado informal de 53.943.
“Llevamos tres trimestres consecutivos de caída anual de la actividad económica y eso se traduce finalmente en que estamos produciendo menos bienes y servicios que el año anterior y, por lo tanto, se reducen las necesidades de contratación y eso ha golpeado muy fuertemente a la generación de empleo asalariado formal del sector privado”, señaló.
Pese a este análisis, Bravo estima que ya durante este segundo semestre la economía dejaría atrás sus contracciones, lo que derivaría en un aumento de la producción y una mejoría en la generación de empleo asalariado formal del sector privado.
“Eso va a contribuir a que tengamos tasas de desempleo que se van a ir reduciendo paulatinamente, a medida que avance el semestre”, señala.
Así, apunta a que el peak de desocupación estaría en torno a las actuales tasas -cercanas al 9%- y que “definitivamente ya es posible descartar tasas de dos dígitos de desempleo”.
Tasa de 9%
Desde el área de estudios de Tanner explican que “gran parte de lo que va del año, el mercado laboral ha sido el reflejo del debilitamiento de la actividad de nuestra economía”, donde el crecimiento ha sido “escaso”.
En Inversiones Security diagnostican que se estarían viendo las primeras señales de una “reversión del sorpresivo aumento del empleo en la primera mitad del año”. Su proyección es que la tasa de desempleo este año estaría cercana al 9%, y podría llegar hasta un 9,5% en 2024.
“Seguimos previendo una prolongación en la divergencia entre la fuerza de trabajo y el empleo y que se traduciría en alzas adicionales –pero graduales- de la tasa de desocupación con el correr de los meses”, afirma en un reporte César Guzmán, gerente de macroeconomía de la entidad.
Desde Banchile Inversiones también ven una tasa de desempleo cercana al 9% hacia adelante, producto de una actividad económica “débil”. Para ellos, el mercado de trabajo no está pudiendo contener el incremento en la fuerza laboral.
En tanto, el equipo de estudios de Coopeuch, a través de su economista senior, Nicolás García, proyecta una tasa de desempleo de 9% en el próximo trimestre móvil. Hacia fines de 2023, se situaría cerca de un 8,4%.
Con el ciclo de bajas de tasas de interés, la actividad debería retomar su crecimiento, lo que tendría efectos en el mercado laboral, afirma el docente investigador del CIES-UDD, Carlos Smith.
“Por lo tanto, esas cifras deberían empezar a seguir aumentando el desempleo, pero quizás con una menor velocidad, para que luego empiece a caer esa tasa ya el próximo año”, explica.
Recuperarse de la pandemia
Desde la perspectiva del director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, David Bravo, las últimas cifras de empleo muestran una situación “bastante estable” y recalca que la cantidad de ocupados ha tenido un “leve aumento”, desde septiembre del año pasado, incrementándose en el orden de 30 mil personas.
Sin embargo, el economista precisa que el mercado laboral todavía está lejos de volver a estar en la situación que tenía antes de la pandemia. Si bien estamos “recién empezando a raspar” los 9.060.000 personas ocupadas que se registraban hace tres años, al mismo tiempo la población en edad de trabajar creció en 660 mil personas, grafica.
“Para estar en la misma situación que teníamos antes de la pandemia, la misma proporción de personas con empleo, todavía nos faltan 420 mil empleos”, manifiesta Bravo.
Incluso, indica que si se sumaran estos empleos en el indicador de desocupación, la tasa aumentaría hasta 12,4%.
Construcción anotó mayor caída y sector espera “un mercado laboral menos dinámico en lo que resta del año”
En esta industria se observó una disminución de las personas ocupadas de 8% frente al mismo lapso de 2022, según cifras del INE.
El rubro de la construcción destacó entre los sectores que acusaron caídas más relevantes en el número de ocupados. De hecho, el descenso llegó a 8% en el último trimestre medido por el INE frente a lo ocurrido en 2022, seguido por hogares como empleadores (-10,9%) y actividades inmobiliarias (-19,0%).
Desde la gerencia de Estudios y Políticas Públicas de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) comentaron que esta es la mayor caída para el rubro desde inicios de 2021 y que está en línea con sus proyecciones de “un mercado laboral menos dinámico en lo que resta del año, lo que se relaciona también con el momento que vive el sector y la inversión proyectada para 2023”.
Si bien desde el gremio consideran que se ha dado una normalización de los costos de la construcción, agregan que por las condiciones de la demanda, estos no han sido traspasados completamente a bienes finales.
“Esta situación ha generado persistencia en el debilitamiento de la situación financiera de las empresas, lo que es coherente con la caída del empleo sectorial”, explican desde la CChC.
En cuanto a las perspectivas, señalan que en consideración a las condiciones financieras y el desempeño de la inversión, anticipan que para los próximos meses se dé un escenario económico “poco propicio para el desarrollo del país, justificado en los sucesos internos y externos que han afectado a la economía”.
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