Sobre los aciertos, los desafíos, pero también sobre los errores que ha tenido la empresa privada en los últimos 20 años, ahondó el director general del ESE, Escuela de Negocios y presidente del Banco Santander, Mauricio Larraín, durante la tercera sesión del ciclo “Café con...” que organiza la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC).
A su juicio, en las últimas dos décadas el sector empresarial “ha sacado a miles de millones de la pobreza y ha generado un aumento en el empleo, el PIB, la riqueza y estar a la vanguardia en la innovación”.
El ejecutivo, no obstante, mencionó también algunos errores, especialmente en el aspecto ético. “Los grandes desafíos de la empresa actual imponen hacerse cargo tanto de las fallas técnicas y económicas como de las éticas (...) La mayoría de los fraudes no han sido sólo a causa de fallas regulatorias, sino que también por errores humanos y ahí es donde tenemos que entrar al tema de un mayor respeto a las éticas morales tradicionales como la transparencia, la honestidad, la responsabilidad, la generosidad o solidaridad, la preocupación por el bien común y el amor al prójimo”, puntualizó.
“Debemos
ser generosos”
Larraín instó a ir más allá de la ley y de lo que plantea el mercado que, según dijo, es bueno pero funciona con la lógica de la justicia conmutativa. “Debemos ser generosos (...) ir más allá de la ley por amor al prójimo, que es la respuesta cristiana que debemos tomar como un desafío constante”, aseveró.
Otro desafío según consignó, es la necesidad de que los profesionales no sólo tengan buena preparación profesional, sino también, coherencia moral. “Tenemos que enfrentar la formación más integral de las personas y entender un rol mucho más amplio de la empresa privada en una sociedad moderna”, sostuvo.
Preocupación por los colaboradores
Larraín añadió que la rentabilidad de las empresas tiene una importancia fundamental, como condición necesaria, y que si bien su primera preocupaciónn debe ser la maximización de las utilidades, también debe poner su foco en la preocupación por todos quienes contribuyen a la vida de la empresa, partiendo por los colaboradores. “La empresa tiene un rol importantísimo y tiene que salir más allá de sus límites e ir mirando cómo va la sociedad y en qué la puede apoyar sin dejar de ser rentable”, concluyó.