Lo que dejó 2022 en negociaciones colectivas: se aprobaron más huelgas, pero menos se concretaron

Las negociaciones colectivas están retornando a sus niveles normales, previos a la pandemia. Eso es lo que muestran las primeras cifras de cierre de año de la Dirección del Trabajo (DT).

Así, en 2022 hubo 3.156 procesos de negociación colectiva, lo que significa una caída de 12,9% al comparar con 2021 y un alza de 10,6% versus el 2020, año marcado por la postergación de varios procesos de negociación debido al Covid-19.

Si se comparan los datos con 2017 -año en el que entró en vigencia la reforma laboral de la expresidenta Michelle Bachelet- se ve que las negociaciones subieron un 8%.

Para el director del Trabajo, Pablo Zenteno, las cifras dan cuenta de una baja cobertura de la negociación colectiva en Chile, considerando que según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la fuerza de trabajo a diciembre de 2022 llega a 9.650.165 personas.

“Por esto cobra relevancia la agenda del Ministerio del Trabajo de avanzar hacia una reforma a la negociación más allá de la empresa, lo que permitiría avanzar en cobertura”, dice Zenteno.

Huelgas a la baja

De acuerdo a las cifras, las huelgas ejecutadas en el país (o sea, las que se concretaron) están cayendo.

En el detalle, en 2022 se aprobaron 636 paralizaciones de actividades, pero solo se ejecutaron 93, lo que corresponde al 14,6%. Con respecto a 2021, se observa que las huelgas votadas subieron un 5,8%, pero las concretadas bajaron un 21,1%.

Si se compara con 2017 -de acuerdo a datos de los anuarios estadísticos del servicio- se observa que la caída es aún más significativa, ya que en dicho periodo se votaron 747 paralizaciones, de las que se concretaron 139.

Cuando un sindicato decide ejercer su derecho de huelga, explica Zenteno, por lo general alguna de las partes solicita la intervención del servicio a través de una mediación. “La DT está haciendo altos esfuerzos para que las partes puedan conciliar sus posiciones y cerrar un acuerdo justo. Esto es lo que explica en gran medida que el número de votaciones de huelgas aprobadas aumente, pero el ejercicio de las mismas ha ido a la baja”, explica Zenteno.

Para David Acuña, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), las cifras evidencian que “a los sindicatos no les gusta la huelga, es la última medida cuando los empleadores no quieren seguir dialogando o ir avanzando en las expectativas de los trabajadores, por eso es importante poder fortalecer la negociación colectiva”.

La lectura

Para los abogados, los datos muestran que la reforma laboral de 2017 no ha implicado un aumento en la conflictividad ni en la paralización de las empresas.

Para Jorge Arredondo, socio y director del grupo laboral de Albagli Zaliasnik, los números son sostenidos en el tiempo, y ratifican que la legislación no incentiva el conflicto “sino que más bien establece formas de solución más conversadas y arregladas entre las partes”.

Una lectura similar da el exdirector del Trabajo, Marcelo Albornoz. “Estos datos indican que la reforma no generó más conflictividad y tampoco hizo un cambio importante en materia de incentivo a la huelga. Acá insisto, la huelga es un fenómeno de muy baja práctica en Chile”, planteó.

Desde su perspectiva, la aprobación de la huelga se ha transformado en un “trámite” ya que los trabajadores suelen aprobar la paralización para iniciar “una real negociación”.

Para la exjefa del Departamento de Relaciones Laborales de la DT, Wendoling Silva, las cifras ratifican que tras la reforma no ha aumentado la cobertura de las negociaciones y que la conflictividad ha ido a la baja.

“Con la reforma uno de los temores era que al existir un derecho a huelga garantizado en la ley, sin reemplazo de trabajadores y con un margen mayor de sindicatos con derecho a negociación, la conflictividad podría aumentar. Pero no ha sido así, las cifras de negociación se han mantenido estables y las de huelga han ido a la baja”, destaca la abogada.