Aunque Chile tiene una serie de fortalezas estructurales que le permiten mitigar los efectos de crisis económicas mundiales, todavía persisten varias debilidades que ponen en riesgo el camino del país hacia el desarrollo.
Los pilares de la economía local están en un Banco Central independiente, un tipo de cambio flexible, la regla de superávit estructural, ser una de las economías más abiertas del mundo y, como consecuencia de todo ello, una buena clasificación crediticia.
Los puntos vulnerables, en tanto, tienen que ver con una matriz energética inestable, una alta concentración de las exportaciones de cobre, un mercado laboral que sólo se ajusta por empleo, un lento avance de la productividad y un mercado de las PYME con varios problemas que le impiden una mayor competitividad.
LAS FORTALEZAS
Los beneficios de la Regla de Superávit Estructural
Uno de los elementos más relevantes con que cuenta la institucionalidad económica es la Regla de Superávit Estructural. Esta herramienta permite que en épocas de superávit fiscal se pueda ahorrar en fondos soberanos y así tener recursos para períodos más estrechos desde el punto de vista económico.
"Gracias a esto hoy la economía chilena cuenta con fondos del tesoro público por cerca de US$ 15.000 millones y activos en los fondos soberanos por cerca de US$ 20.000 millones. O sea, estamos hablando de activos que permiten que el país pueda financiar políticas contracíclicas sin tener que incurrir deuda externa. Eso mismo ha permitido que Chile tenga una buena calificación crediticia en el resto del mundo y que a la hora de conseguir endeudamiento externo sea justamente la economía chilena una de las que consiga las mejores condiciones de, por ejemplo, tasa de interés que el resto del mundo. Asimismo, eso da más confianza los inversionistas y convierte al país en un mejor receptor de flujos de capitales, aunque esto también se puede transformar en un problema.
Banco Central independiente y con metas de inflación
Una de las principales fortalezas del la economía chilena es la autonomía del Banco Central. Y no sólo es independiente, sino que también está comprometido con la inflación y es creíble para los agentes del mercado. Una forma directa de comprobar esto es mirar la inflación implícita de los activos financieros de largo plazo, ya que la compensación inflacionaria del mercado de renta fija local está en torno al 3% y vemos que las tasas de largo plazo están muy en línea con expectativas ancladas de la inflación.
Dicha situación es beneficiosa en términos de volatilidad del producto, de inversión y, en general, para la estabilidad macro.
"Un Banco Central que tiene expectativas de inflación anclada, tiene un activo fundamental para poder tener inflación baja en el corto plazo, dando mucho más espacio para poder aplicar una política contracíclica en caso de recesión", afirma el análisis.
Lo contrario ocurre en países como India, donde pese a la desaceleración que ha tenido, no ha podido bajar la tasa de interés con fuerza por la alta inflación.
Tipo de Cambio flexible y alejado de la intervención
Otra de las características que tiene la economía chilena es contar con un tipo de cambio flexible. Además de tener dicha particularidad, en el país también se observa poca intervención cambiaria por parte de la autoridad.
Según este análisis, "el mercado entiende eso y sabe que el Banco Central de Chile, junto con el de México son los menos activos en intervención cambiaría".
¿En qué beneficia esto a la economía? "Esto que permite que en épocas de recesión la actividad chilena tenga ajustes nominales fuertes. Es decir, una caída importante de la inflación y que también haya una depreciación cambiaria fuerte. Eso, a su vez, deja espacio para que el ajuste en el sector real de la economía, por ejemplo en el empleo y actividad interna, no sea tan fuerte".
Buenas condiciones para endeudarse en el exterior
Las herramientas con que cuenta la economía chilena mantienen una relación directa con la forma en que miran al país desde el exterior.
Estas políticas de carácter institucional le han permitido una mayor confianza de los inversionistas extranjeros y, por ende, la llegada de nuevos negocios que apuntalan el crecimiento de la actividad interna, generando también más empleo. Por todo esto, el país tiene el privilegio de tener un bajo riego país. Además de contar con ahorros -gracias a la Regla de Superávit Estructural- que le permiten asegurar el financiamiento de medidas que ayuden a mitigar los ciclos económicos negativos, también tiene una posición crediticia privilegiada alrededor del mundo que le permite acceder a crédito barato y en mejores condiciones que algunos otros países de la región.
Economía abierta al mundo y diversificada en destinos
La economía chilena se destaca por ser una de las más abiertas del mundo y prueba de ellos es la importante batería de acuerdos comerciales que ha suscrito desde 1990 a la fecha.
Esto ha permitido una mayor diversificación en términos de destinos, lo que hace que Chile dependa menos de los ciclos de los países desarrollados y más del ciclo de los países emergentes.
Durante el 2011, el 93% del monto total exportado por el país tuvo como destino los países o bloques con los cuales tiene acuerdos comerciales. "China lidera las compras realizadas desde el mercado externo tras concentrar un 22,2% del monto total exportado en el periodo. Le siguen en términos de importancia la Unión Europea con 18%, Estados Unidos con 11,2% y Japón con el 11%.
En total, los envíos al exterior sumaron más de
US$ 80.000 millones durante el año pasado, lo que significó una expansión anual de 13,5%, con respecto a igual lapso del ejercicio anterior.
LAS DEBILIDADES
Escaso crecimiento de la productividad
La composición de crecimiento económico es un factor cuestionado por varios estudios, tanto de economistas nacionales como por documentos elaborados por entidades internacionales.
Pese a que Chile tiene más capacidad de hacer política contracíclica que otros países, incluso asiáticos, en períodos de crisis, y a que es menos vulnerable que muchos de ellos, le perjudica que la productividad es mucho menor que en esas economías.
Como ejemplo de eso se relevan los escasos avances en educación -que derivaron en numerosas manifestaciones en 2011 y que se han mantenido vigentes en 2012-, una escasa inversión en Innovación y Desarrollo y falencias importantes en capital humano, lo que finalmente deriva en un bajo crecimiento desde el escenario base de los factores productivos.
Mercado laboral en época de crisis se ajusta por empleo
Si en un tema coinciden los expertos en materia laboral es que en episodios de crisis las empresas que ven reducidos sus márgenes usa como primera opción el ajuste de costos basado en el despido de trabajadores.
La necesidad de abrir espacios de flexibilidad en materia laboral ha sido una recomendación de la OCDE desde que Chile se convirtió en miembro estable, pero a nivel interno la disposición para avanzar ha sido casi nula. Es más, hace pocas semanas el gobierno presentó una idea confusa de flexibilidad laboral -que incluso tuvo versiones encontradas entre sus ministros- que se cerró con un portazo de varios sectores, pese a que fue presentado por las carteras de Hacienda y del trabajo como una alternativa para asegurar el empleo en tiempos de crisis.
Además de esa casi nula opción de tocar el tema, las cifras de empleo que hace varios años la fuerza de trabajo se mantiene casi estancada, con lo que mucha gente en edad de trabajar no es incorporada en el mercado laboral o simplemente no encuentra incentivos para incorporarse.
El eterno retraso de la pequeña y mediana empresa
Las quejas de los pequeños y medianos empresarios llevaron a que hace poco más de tres semanas, el presidente Sebastián Piñera visitara a los máximos dirigentes de la Conapyme en su sede gremial. Los puntos que constituyen su principal preocupación son la demora en los pagos a las pequeñas empresas; el retraso en el Estatuto Pyme 2.0, el endeudamiento del sector y la preocupación porque la eventual eliminación del sistema de renta presunta para los pequeños empresarios. A eso se suma el histórico reclamo por el acceso a financiamiento de un sector al que distintas mediciones le otorgan entre el 60% y el 80% del total de la generación de empleo en Chile.
Pese al avance del programa Chile Paga, dado que el gobierno está dando el ejemplo al cumplir con sus obligaciones de pago en 30 días, los pequeños empresarios reclaman además por líneas de financiamiento. Y en esa línea, el anuncio de hace pocos días del BancoEstado, de realizar el proyecto EmprendePyme, apunta a mejorar esas falencias.
Extrema dependencia del cobre como principal producto de exportación
Si bien se reconoce que un factor que hace que Chile esté en buen pie para enfrentar la crisis es la cantidad de acuerdos de libre comercio que ha firmado en los últimos años y que, por ende, ayudaron a diversificar los destinos de los productos nacionales, no es menos cierto que la economía tiene en el centro de su eje de desarrollo al cobre como principal producto de exportación de la economía nacional. El hecho de ser altamente dependientes en términos de productos exportados, revela poco espacio para el desarrollo de industrias como la frutícola o la forestal, ya que en términos nominales los envíos de cobre representan cerca de un 60% del total del país. Tal como se aprecia en el gráfico, en 2011 las exportaciones de cobre fueron equivalentes a US$ 44.438 millones del total exportado por el país, que alcanzó a US$ 81.411 millones. Pese a que la cifra es altamente rentable para las arcas fiscales, el vaivén de su precio, es un factor arriesgado en la composición del presupuesto y en las proyecciones a largo plazo.
Precios, trabas y costos de la energía
El reclamo público de la familia Matte, que a través de su empresa Colbún recomendó a HidroAysén suspender temporalmente la tramitación ambiental del emblemático proyecto hídrico, fue una de las señales que dio cuenta de la molestia que hay en el empresariado por las bajas posibilidades de emprender en materia energética. Ello debido a la judicialización de los proyectos más polémicos.
Luego de ese episodio, el presidente Sebastián Piñera invitó a los principales ejecutivos de empresas generadoras del país a La Moneda y les comentó el avance de la carretera eléctrica y de otros proyectos en esa línea, aunque aún no ha enviado proyectos para su discusión en el Congreso.
Ese factor se une a la falta de fuentes de energía distintas a carbón y al agua que caracteriza al país y que ha repercutido en que no se ha podido ampliar la matriz energética. En ese panorama además se evidenció en los últimos meses un alza en los precios de generación de electricidad que complica aún más las posibilidades de crecimiento, dado que el país necesita un mayor número de proyectos para enfrentar los desafíos del desarrollo al 2020.