La agencia clasificadora de riesgo, Fitch Ratings, informó este martes que mantuvo la nota de A- de Chile y confirmó que la perspectiva es “estable”. Esto deja al país seis escalones por debajo de la máxima calificación.
En su comentario, la agencia indicó que la calificación se sustenta en un balance soberano “relativamente sólido”, con una relación deuda pública/PIB por debajo de la de sus pares, además de destacar sólidos indicadores de gobernanza y un historial de políticas macroeconómicas creíbles centradas en un régimen de metas de inflación y un tipo de cambio flexible.
No obstante, dichas fortalezas se equilibran con un ingreso per cápita que se proyecta seguirá siendo bajo en relación con sus pares, en conjunto a una alta dependencia de las materias primas y débiles indicadores de apalancamiento externo y liquidez.
De acuerdo a sus estimaciones, Fitch cree que el crecimiento en 2024 fue de 2,3%, explicado por una política fiscal expansiva y fuertes exportaciones netas por el aumento de la minería.
Para este año prevé que la actividad crecerá 2,1% y con riesgos a la baja, como la caída del precio del cobre debido a las menores perspectivas de crecimiento global, el ritmo incierto de la transición verde y condiciones financieras globales más restrictivas
Reformas y déficit fiscal
De acuerdo al comentario de la agencia, la ventana para las reformas en Chile se está cerrando con la proximidad de las elecciones presidenciales de noviembre.
DestacÓ que en septiembre se aprobaran medidas contra la evasión fiscal, que se proyecta generaren ingresos por 1,5% del PIB y es el componente más grande del pacto fiscal. Sin embargo Fitch advierte que “es poco probable que estas medidas logren plenamente los beneficios esperados en materia de ingresos”.
En el caso de la reforma de pensiones, que sigue en discusión, apuntan a la modificación del Gobierno para elevar la nueva contribución del 6% al 7% y aumentar el beneficio de la Pensión Universal Garantizada.
Al respecto, indican que “los costos fiscales de la reforma propuesta son inciertos, aunque con el tiempo debería ayudar a profundizar los mercados de capital locales”.
En el plano fiscal, la agencia estima que el déficit del gobierno central será de 3,1% del PIB en 2024 -en comparación al 2,4% del año anterior- debido al bajo rendimiento de los ingresos y al aumento de los gastos que se produjo a pesar de los recortes de mitad de año de 0,3% del PIB.
Si bien el presupuesto 2025 proyecta un déficit fiscal del 1% del PIB, la agencia anticipa que será mayor.
“Prevemos un déficit más amplio de 1,9% del PIB debido a nuestra expectativa de que las medidas contra la evasión fiscal no producirán los beneficios esperados en materia de ingresos, y un menor crecimiento del PIB y precios del cobre en comparación con el Gobierno”, indicaron en su comunicado.
En cuanto a las estimaciones de que los balances fiscales del gobierno central mejorarían de un déficit de 0,3% en 2026 a un superávit de 0,3% en 2029, Fitch espera un déficit de alrededor de 2% en el mediano plazo, explicado también por menores ingresos, precio del cobre más bajo y un crecimiento más lento.
Menor inflación
La agencia también proyecta que el déficit de cuenta corriente se reducirá a 2,5% del PIB en 2024 desde el 3,5% de 2023, impulsado por una mejora de la balanza comercial en medio de un aumento de las exportaciones de cobre, a pesar de la lenta recuperación de las importaciones.
Para 2025, espera que aumente a 2,7%, ya que el incremento de la actividad exportadora, ayudada por la depreciación del peso, se verá compensado por un aumento de las importaciones, impulsado por la recuperación continua de la demanda interna.
En cuanto a la política monetaria, tras una desaceleración de recortes por parte del Banco Central, proyecta que finalice su ciclo de flexibilización con una tasa terminal de 4,5% a mediados de 2026. Sin embargo, existe riesgo de un dólar más fuere y tasas más altas en Estados Unidos. Esto, junto a estimaciones de que la inflación sería de 3,5% en 2025 y convergería a 3% el próximo año.