Alberto Naudon, consejero del Banco Central: “El IPC de marzo fue significativamente mayor a nuestra proyección y es sin duda algo preocupante”
El economista también ve un impacto macro acotado del plan de recuperación del gobierno.
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Uno de los principales mensajes del Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo fue la “preocupación especial” por el fenómeno inflacionario, afirma el consejero del Banco Central, Alberto Naudon.
El economista de la UC y doctor de UCLA argumenta que hay “múltiples factores” que explican el proceso, siendo “el principal” los estímulos a la demanda que ocurrieron en los años pasados. Estos fueron creciendo en el tiempo y su impacto inflacionario “fue mayor al previsto inicialmente”, señala, apuntando también al efecto de la invasión rusa a Ucrania y la disrupción de la cadena logística internacional.
Naudon reconoce la sorpresa por el alto IPC de marzo, con un 1,9% mensual que no se veía hace casi 30 años y una variación en 12 meses que se aceleró a 9,4%. Eso sí, pone paños fríos de cara al escenario delineado en el IPoM.
“La sorpresa de inflación está muy concentrada en aquellos ítems que tienen menor persistencia y mayor volatilidad. Ha sido el precio de los alimentos lo que mayormente explica esta sorpresa”.
“Es necesario reequilibrar a la economía”, destaca.
- ¿Cambia el escenario el dato de inflación conocido el viernes?
- La inflación de marzo fue alta y significativamente mayor que nuestra proyección. En un contexto como el actual es, sin duda, algo preocupante.
Por ahora, sabemos que la sorpresa de inflación está muy concentrada en la parte no subyacente, es decir, en aquellos ítemes que tienen menor persistencia y mayor volatilidad. Desde una perspectiva sectorial ha sido el precio de los alimentos lo que mayormente explica esta sorpresa, pero que, salvo algunos ítemes puntuales, el precio de los demás se ha comportado en línea con la proyección y todo esto se da en un contexto donde las cifras de actividad han estado en línea con nuestra proyección.
Para saber cómo este dato está cambiando las presiones inflacionarias más fundamentales hay que meter esta información y los datos que vayan saliendo en la juguera, algo que, obviamente, haremos de cara a la próxima RPM.
- Usted ha hablado de una “debilidad de la economía”. ¿A qué se refiere?
- Cuando uno mira a plazos un poco más largos, hay cierta debilidad en la economía que hay que tener en consideración. Esta debilidad es más evidente en el comportamiento de la inversión, lo que está presente en nuestras proyecciones, donde no se ve un repunte de ella como el que uno esperaría en condiciones más normales. Esto es importante para entender la proyección de crecimiento, porque una economía que se tiene que desacelerar, porque el aumento muy sustancial del consumo, en especial de bienes durables, que se vio durante el año pasado, tiene que deshacerse para controlar la inflación.
Tomando en cuenta que el banco ha reaccionado con bastante fuerza y rapidez a este escenario, lo que queda hacia adelante es que, si se da nuestro escenario base, todavía habría más alzas de tasas, pero esas alzas deberían ser más acotadas que las que han ocurrido en el pasado.
- Hasta ahora todos esos factores son bajistas. ¿Qué nos va a salvar realmente de no caer en recesión este año?
- Hay que separar el problema en dos partes. La primera tiene que ver con la necesidad de desarmar los desequilibrios que están originando gran parte del problema inflacionario. O sea, necesitamos que la economía crezca poco algunos trimestres para desarmar de manera rápida esos desequilibrios que están generando el panorama inflacionario en que estamos insertos.
Para que eso ocurra de manera eficiente y al menor costo en términos de actividad, empleo, etcétera, es necesario no solo que la política monetaria haga su labor, sino también que las demás políticas con impacto macro, en particular la política fiscal, pero también otras políticas que pueden tener impacto agregado, estén en línea con el objetivo de controlar la inflación.
Si eso ocurre, lograremos eliminar estos desequilibrios y controlar el problema inflacionario, lo que, a su vez, permitirá que la economía quede en mejor pie para retomar un crecimiento más cercano al potencial en un plazo relativamente más corto.
La segunda parte tiene que ver con que, mirando hacia un plazo un poco más largo, la pregunta relevante es cómo retomar una senda de crecimiento mayor que le permita al país volver a crecer a tasas que nos ayuden a resolver nuestros problemas económicos y materiales de forma más rápida.
La visión de “Chile Apoya”
- ¿Cuánto puede mover la aguja del crecimiento el plan de recuperación del gobierno?
- El plan propiamente tal, con su detalle y su especificidad, no está incorporado porque no lo conocíamos al minuto de hacer el informe. Lo que sí está incorporado es un gasto fiscal para este año que, en términos reales, es coherente con lo aprobado en la Ley de Presupuestos.
Ahora, lo que entendemos de la comunicación del gobierno es que este es un programa que no altera el gasto real agregado. No consiste en ayudas universales que tengan un impacto agregado significativo, sino más bien son programas diseñados para ayudar a aquellos sectores que están más rezagados o han sido más afectados por los shocks económicos recientes.
Entonces, no habiendo grandes diferencias en el agregado, los impactos inflacionarios y macroeconómicos no deberían ser tan grandes y, por lo tanto, no debería afectar fuertemente nuestra proyección. Pero ahora que hemos conocido los detalles, podremos evaluar su impacto con más precisión.
- ¿Cuánto espacio hay para evitar el escenario más negativo de recesión que ve el banco para 2023?
- El escenario más negativo se relaciona con una persistencia mayor de los elementos que están tirando abajo a la inversión, donde el rol de la incertidumbre es fundamental. Esta viene tanto del exterior, asociado, por ejemplo, con la invasión rusa a Ucrania y a la velocidad que vaya a tomar el ajuste monetario en Estados Unidos y sus consecuencias para las condiciones financieras internacionales.
Pero también hay incertidumbre local, muy asociada, por cierto, a las discusiones político-institucionales que estamos teniendo. Con esto no quiero decir que no haya que tener estas discusiones, pero es evidente que, dependiendo de la manera en que se tengan y el período por el que se prolonguen, va a afectar más o menos las decisiones de los agentes económicos.
- ¿El ciclo de aumento de tasas contribuirá a ese escenario de caída del PIB?
- En el corto plazo las mayores tasas son necesarias para eliminar los desequilibrios macro acumulados, pero una mirada más larga indica que una actitud más proactiva en el control inflacionario nos va a ayudar a estar en mejor pie el próximo año para apuntalar a la economía en caso de ser necesario.
Por eso, es tan importante que este proceso de eliminar los desequilibrios sea ojalá rápido y hecho de manera eficiente, para lo cual –insisto- es necesario que todas las políticas con impacto macro más o menos se alineen en una dirección. Si logramos hacer esto rápido, vamos a estar definitivamente en mejor pie el 2023 para enfrentar cualquier evento que debilite a la economía. Hay que ordenar la casa para poder enfrentar dificultades futuras.
- ¿Hay estanflación en Chile?
- Es cierto que vamos a tener algunos trimestres de inflación alta y crecimiento bajo, pero no llamaría a esto estanflación.
La estanflación se caracteriza por tener un origen muy concentrado en problemas en la oferta -en la capacidad productiva y sus costos-, combinado con una política monetaria que no se hace cargo del problema inflacionario.
Lo que está ocurriendo en Chile hoy es bien distinto de ese proceso, que fue muy característico de los años 70.
Más allá de si al final lo que termina ocurriendo es o no lo que vemos como más probable, debería haber cero dudas de que el Banco Central va a ir adecuando su política monetaria para hacer frente a los distintos escenarios.
“Un nuevo retiro va a requerir probablemente
acciones de política monetaria distintas”
- ¿Un nuevo retiro de fondos previsionales destruye todo este proceso de reequilibrio de la economía?
- Claramente, va en la dirección contraria de desarmar los desequilibrios que han generado parte importante del problema inflacionario que tanto afecta a la gente. Esto es preocupante, porque cuando hablamos de inflación alta, estamos hablando de un problema que afecta a las personas, en especial a aquellas más pobres.
Volver a la misma política no solo hace más difícil reequilibrar a la economía, sino que aumentará los desequilibrios y requerirá acciones de política monetaria claramente distintas a las que percibimos como más probables hoy.
- ¿Eso significa alzas más pronunciadas?
- Muy probablemente (...) Hay que entender que la economía -como un todo- requiere de un cierto grado de estímulo, que puede ser mayor o menor, dependiendo de las circunstancias. Pero el estímulo se compone de muchas políticas distintas, como la fiscal, leyes específicas y la monetaria.
Entonces, necesitas que la suma de esas cosas tenga un nivel adecuado a la economía. Lo natural es tratar de que vayan acompasadas. De lo contrario, es como querer que el auto vaya a 50 kilómetros por hora, pero pretender lograrlo con el acelerador a fondo y con el freno a fondo.
- ¿En qué basan su pronóstico de que la caída de la inflación va a ser tan fuerte? El mercado ve difícil pasar de un 10% a mediados de año a cerrar en 5,6% el año.
- Tenemos una convergencia a la inflación que va a tomar tiempo, y muy probablemente algo más de lo que pensábamos después de este último dato de inflación. Vamos a llegar al 3% en un período de un poco menos de dos años. Pero es cierto que en nuestra proyección hay una parte importante de la baja en la inflación que se hace al principio. Eso tiene que ver con efecto base, con el comportamiento de algunos precios externos, con la desaceleración de la economía y, en menor medida, con un tipo de cambio real que va convergiendo gradualmente hacia niveles más cercanos a sus valores de equilibrio.