Límite a representación de empresas: uno de los ejes de la reforma estatutaria de Navarro en la Sofofa
Mañana se votan los cambios y dentro de los puntos está contemplado que solo podrá haber un ejecutivo o ejecutiva por firma en el consejo general. Actualmente, siete compañías tienen dos representantes en dicha instancia.
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Mejorar la representatividad de las empresas socias en el consejo general, limitando a uno la cantidad de consejeros electivos de cada compañía, independiente del período de elección. Este es uno de los nueve ejes que contempla la reforma de estatutos de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) que impulsa la administración liderada por Rosario Navarro, Gonzalo Said y Oscar Hasbún -que será votada mañana miércoles-, y cuya aplicación afectará a varias empresas socias emblemáticas del gremio.
Actualmente, siete cuentan con más de una voz en el Consejo General, instancia que agrupa a 60 ejecutivos y ejecutivas de diversas empresas: CMPC, con Luis Felipe Gazitúa y Francisco Ruiz-Tagle; Colbún, con Bernardo Larraín y Hernán Rodríguez; Copec, con Andrés Lehuedé y Eduardo Navarro; Forus con Heriberto Urzúa y Macarena Swett; Embotelladora Andina con José Antonio Garcés y Gonzalo Said; Iansa, con Pablo Montesinos y Gonzalo Sanhueza; y la ACHS, con Paz Ovalle y Paul Schiodtz.
De aprobarse la modificación, cada uno de estos consejeros podrá terminar el periodo para el cual fue votado. Sin embargo, en una nueva elección, si la empresa patrocinadora ya tiene un nombre en el consejo (ya que cada dos años se elige a 30 de los 60 consejeros), no podrá competir por un nuevo cupo.
Otro ajuste dice relación con el ítem que apunta a modificar la integración del comité ejecutivo.
Si bien el tema fue instalado por la administración Navarro, no es la primera vez que está sobre la mesa la “sobre representatividad” de algunos sectores.
“Era un cambio necesario, en muchas oportunidades se dio que un grupo o empresa tenía mucha influencia”, dice un conocedor que respalda la idea.
Otro eje que contempla la reforma, y que dice relación con “democratizar” el consejo general, es el ítem que apunta a modificar la integración del comité ejecutivo.
A la fecha, la instancia lo integran 12 personas: Navarro, Said y Hasbún, cuatro consejeros gremiales, cuatro electivos y el secretario general. Aquí, lo que se busca, es que dos cupos del comité sean electos por el consejo general.
Otra propuesta busca incluir de manera definitiva (no transitoria) el artículo que permite flexibilizar el requisito de ser director o gerente general de una empresa socia para ser candidato electivo, para el caso de candidatas; regular el funcionamiento de la comisión electoral y la comisión de relaciones internas y ética.
También se contempla estructurar “de mejor forma” los estatutos y su redacción; crear formalmente el cargo de gerente general y distribuir funciones con el secretario general; actualizar las facultades del Consejo General y del Comité Ejecutivo; y precisar de mejor manera los conceptos de socios empresa y socios institucionales, además de regular la forma de ingreso de los socios indirectos.
Si bien la elaboración de la propuesta estatutaria se oficializó durante 2023, se trata de un trabajo de varios años, “mediante el cual se han recabado valiosas sugerencias y comentarios de distintas administraciones, así como de numerosos consejeros, consejeras y socios”, plantearon desde el gremio.
Las otras reformas
La reforma de Navarro es la más ambiciosa desde la que impulsó el exdirigente gremial, Andrés Concha en 2012, cuando se limitaron los periodos de reelección, entre otros aspectos.
El extitular del gremio, Bernardo Larraín, también impulsó la incorporación de un artículo transitorio que permitía que, en el caso de mujeres, se aceptaba la postulación de gerentes de primera línea (no sólo gerente general) y directoras de una matriz. Su reforma, además, contempló cambios en cuanto a la posibilidad de votación electrónica y de asamblea por métodos no presenciales.
Las auditoras en el gremio industrial: una alianza de años
Uno de los coletazos que traerá consigo la aprobación de la reforma estatutaria de Sofofa, es que las auditoras al no tratarse de actividades productivas, industriales y/o comerciales de bienes, no podrán ser catalogadas como socios empresa con la nueva definición que se impulsa, por lo cual no podrán tener un asiento en el consejo general del gremio.
Hoy todas las “Big Four” son socias de Sofofa y tienen participación en el consejo a través de Loreto Pelegrí, de PwC; Macarena Navarrete, de EY; y Jacqueline Plass, de Deloitte.
KPMG es la única sin consejero, pero es una firma con una larga relación con el gremio. Es más, destacan que por cerca de 15 años “hemos contribuido activamente con Sofofa en diversas instancias técnicas, seminarios, foros y grupos de trabajo. Nos sentimos muy agradecidos y orgullosos por esa oportunidad”.
PwC también tiene una extensa historia de colaboración y alianza, ya que si bien se sumaron al consejo hace relativamente pocos años, llevan décadas siendo una firma socia según dijeron.
Desde Deloitte también destacaron el trabajo y alianza con Sofofa y, desde la entidad, señalaron respetar los procesos de diálogo y decisiones.
“Respetamos las instancias de diálogo y de toma de decisiones que determine el Consejo de la Sofofa”, afirmó Plass, socia de Deloitte, agregando que este tipo de temas “se deben discutir internamente y es a ese lugar donde -al igual que el resto de las organizaciones miembros- llevamos y llevaremos nuestra posición”.