Las fórmulas en las empresas para mejorar los ahorros previsionales de los trabajadores, más allá de la cotización
Lipigas, por ejemplo, apostó por un programa que busca ayudar financieramente a sus trabajadores, además de entregarles asesoría previsional.
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El debate previsional se instaló con todo en la palestra pública. Pero más allá de las opiniones y discrepancias entre expertos, parlamentarios y autoridades, la discusión en torno a cómo mejorar los ahorros previsionales de las personas es un tema que se ha posicionado al interior de otras instancias, incluso dentro de las empresas.
Por ejemplo, en Lipigas, desde hace unos años se involucraron en este tema y diseñaron el programa Lipidorados, una iniciativa que busca orientar y asesorar al trabajador en temáticas del sistema previsional.
Marcela Vera, subgerente de Relaciones Laborales y Calidad de Vida de Empresas Lipigas, cuenta que el programa surgió a fines de 2019 dada la necesidad de dar respuesta a las inquietudes que permanentemente les llegaban en el ámbito previsional.
La iniciativa, que se formalizó como política interna en enero 2020, considera beneficios económicos diferenciados por etapa laboral (como aportes a la cuenta de Ahorro Previsional Voluntario de UF 0,5 por dos años, además de bonos), servicio de consultas online, videos informativos con consejos previsionales, minutas informativas y charlas gratuitas con especialistas en temas de actualidad, entre otros.
“Para la compañía era fundamental que el programa se pudiera aplicar a todos los colaboradores, razón por la cual, durante su preparación, se conversó con los tres sindicatos para que pudiera ser ampliado de esa forma. La iniciativa tuvo una acogida positiva que permitió establecer a Lipidorados como un programa de beneficios de la compañía” cuenta Vera.
Según relata la vocera, la recepción del programa por parte de los trabajadores ha sido buena, sobre todo en el segmento de quienes se encuentran cerca de la edad de jubilación, “que por lo general son quienes se preocupan por informarse y demuestran mayor interés en asesorarse para tomar decisiones de su futuro”, dice.
Las herramientas
Dentro de las alternativas que tienen las empresas para mejorar los ahorros previsionales de los trabajadores -de forma independiente a la cotización- destacan, principalmente, el Depósito Convenido y el Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC).
Los depósitos convenidos, tal como lo dice su nombre, son depósitos que conviene el trabajador con su empleador con el objeto de incrementar el capital requerido para financiar una pensión. Este depósito puede ser un monto pagado por una sola vez, un monto fijo mensual o un porcentaje de la remuneración del trabajador. Los fondos acumulados como depósitos convenidos no pueden ser retirados antes de pensionarse por parte del trabajador.
El Ahorro Previsional Voluntario Colectivo, en tanto, es un mecanismo de ahorro que puede ofrecer una empresa, para mejorar los ahorros previsionales de sus trabajadores.
Pese a que ambas figuras tienen por finalidad mejorar las pensiones de los trabajadores, su alcance ha sido débil.
Según explica Alejandro Charme, exasesor del directorio de la Asociación de AFP, en el caso del Depósito Convenido, el instrumento se usa pero principalmente por trabajadores de ingresos altos cuando reciben los bonos por metas o de fin de año, ya que al destinarlos a un depósito convenido no están sujetos a impuestos a la renta.
Así, ejemplifica que en el caso de un ejecutivo que “recibe un bono de $ 50 millones puede destinar $ 40 millones a Depósito Convenido y queda libre de impuesto, y dejar solo $ 10 millones para recibirlos en el momento, quedando afecto a impuesto solo estos $ 10 millones. El Depósito Convenido no tiene casi uso en trabajadores de ingresos medio bajos o bajos”, dice.
En el caso del APVC el problema es distinto, y tendría más relación con su diseño, ya que no permite enfocar el beneficio y hacer diferencias entre trabajadores.
“Se reguló de esta manera porque hubo temor de que se usara solo para trabajadores de ingresos altos y no de manera universal”, dice Charme.
Para el experto, esta herramienta tiene un problema de diseño y debería, por ejemplo, permitir “discriminar por permanencia y por características del cargo en particular. Esto es, operarios o técnicos de maquinarias especializadas, trabajadores con conocimientos específicos para el giro de la empresa, etc. No necesariamente son los trabajadores de más altos salarios, sino aquellos en que la empresa ha invertido en su especialización y quiere retenerlos o entregarles un beneficio previsional extra”, dice.
Según plantea Charme, la reforma previsional de la segunda administración del expresidente Sebastián Piñera “corregía muchas de estas deficiencias con el objeto de hacer del APV Colectivo un instrumento de mayor uso, como discriminar por permanencia en la empresa, y de esta forma mejorar las pensiones de los trabajadores”.
De acuerdo a datos de la Superintendencia de Pensiones, actualizados al 31 de diciembre de 2021, existen 1.255 cuentas de APVC. Respecto al APV, los datos muestran que hay más de 1,8 millones de cuentas.