La mitad de los trabajadores en Chile tuvo ingresos por hasta $ 457 mil al mes en 2021
El ingreso laboral promedio al mes fue de $ 681.039 el año pasado en Chile. Según el INE, casi el 70% de las personas ocupadas recibió ingresos menores o iguales a esta media nacional.
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Aunque todavía quedan empleos por recuperar desde la irrupción de la pandemia, el año pasado los ingresos de las y los chilenos anotaron un cierto repunte.
En 2021, la mitad de las personas ocupadas en el país registraron un ingreso de hasta $ 457.690 mensuales -o sea menor o igual a este monto-, por sobre los $ 420.000 que alcanzó el ingreso mediano en 2020.
Así lo reveló la Encuesta Suplementaria de Ingresos que cada año realiza el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que evidenció una fuerte brecha de género en los ingresos: en 2021 el 50% de las mujeres ocupadas percibieron un ingreso mensual menor o igual a $ 405.348, y para los hombres este fue de $ 500.000.
El ejercicio también detalló que el ingreso laboral promedio de la población ocupada en el país fue de $ 681.039 neto mensual, lo que corresponde al ingreso bruto menos los descuentos por previsión y salud. El indicador de este año supera en casi $ 45.000 el ingreso medio de 2020, que llegó a $ 635.134.
El sondeo -aplicado entre octubre y diciembre de 2021- precisa que las regiones de Magallanes, Metropolitana y Antofagasta presentaron un ingreso medio por sobre el promedio nacional, pero alerta que a nivel nacional el 69,7% del total de las personas ocupadas percibió ingresos iguales o menores a los $ 681.039.
De los más de 8,2 millones de personas ocupadas estimadas, un 58,2% fueron hombres y percibieron un ingreso medio de $ 749.046. Esto, frente al 41,8% que alcanzaron las mujeres entre el total de personas ocupadas, cuyo ingreso medio fue de $ 586.178 el año pasado.
Esto también revela que entre 2020 y 2021 el ingreso promedio de los hombres aumentó en $ 56.757, por sobre los $ 34.851 que subió para las mujeres. Todo esto se traduce en que la brecha de género en el ingreso medio el año pasado se ubicó en -21,7%, en desmedro de las mujeres.
Sandra Quijada, Directora del INE.
Sandra Quijada, directora del INE, detalló en la presentación de la ESI que entre 2020 y 2021, la masa de ingresos aumentó en un 17,1%, llegando a $ 5.614.202 millones el año pasado, como consecuencia de un aumento de $ 818.644 millones. Esto revela una recuperación de la tendencia al alza observada hasta 2019, detalló la autoridad.
En el último año el indicador para los hombres alcanzó los $ 3.596.484 millones, mientras que el de las mujeres fue de $ 2.017.718 millones, lo que implica que la brecha de género en la masa de ingresos fue de -43,9%, nuevamente en desmedro de las mujeres.
Zoom por tramo
El año pasado, el tramo de ingresos que va de $ 300.000 a $ 400.000 concentró un 18,6% de personas ocupadas, mientras que los grupos de $ 400.000 a $ 500.000 y de $ 500.000 a $ 600.000 concentraron un 15,4% y 9,8%, respectivamente.
Quienes recibieron ingresos mayores o iguales a $ 1.000.000 al mes correspondieron al 16,9% de las personas ocupadas, mientras que los ingresos mayores o iguales a $ 3.000.000 corresponden a solo un 1,9% del total.
La mayor parte de la población ocupada -o sea un 58,2%- corresponde a personas asalariadas del sector privado, cuyos ingresos medio y mediano fueron de $ 722.211 y $ 497.489, respectivamente. Luego están quienes trabajaron por cuenta propia -un 21,6% de las personas ocupadas-, con ingresos medio y mediano de $ 385.072 y $ 298.494, respectivamente.
Los asalariados del sector público fueron el 13,4% del total, y su ingreso medio fue de $ 949.392, mientras que el mediano llegó a $ 760.027. Los ingresos más altos los obtuvieron las personas empleadoras, que si bien corresponden a solo el 3,4% de la población ocupada, recibieron una media de $ 1.258.737 y un ingreso mediano de $ 800.000.
Por nivel educacional, la mayor proporción de personas ocupadas -el 41,6%- tiene educación secundaria, y perciben ingresos medio y mediano mensual de $ 454.910 y $ 400.000, respectivamente.
Los ingresos más bajos fueron los de las personas ocupadas con educación primaria, con ingresos medio y mediano de $ 343.589 y $ 335.308, respectivamente. Esto contrasta con las personas ocupadas con nivel de postgrado, que percibieron los ingresos más altos, con una media de $ 1.812.150 y una mediana de $ 1.492.468.
En el análisis por grupo ocupacional, los ingresos más altos fueron los de directivos y gerentes. El segmento corresponde al 4,5% de los ocupados, y percibieron ingresos medio y mediano de $ 2.018.789 y $ 1.562.116, respectivamente. Los trabajadores de los servicios y comercios fueron el 21,1% de los ocupados, y percibieron un ingreso medio de $ 427.103 y mediano de $ 364.812.
La encuesta también encontró que el 49% de las personas ocupadas trabaja habitualmente entre 44 y 45 horas a la semana, y reciben ingresos medio de $ 795.176 y mediano de $ 531.005. Quienes trabajan a tiempo parcial -o sea entre una y 30 horas- fueron el 18,6% de la población ocupada, y recibieron ingresos medio y mediano mensuales de $ 325.268 y $ 202.674, respectivamente.
La disminución de la brecha de género no
necesariamente se mantendría en el tiempo
Juan Bravo, del OCEC UDP, señaló que entre 2019 y 2021 no hubo políticas estructurales que apuntaran a reducir las diferencias salariales entre hombres y mujeres.
Entre 2019 y 2020, la brecha de género del ingreso medio del trabajo descendió de 28,1% a 20,4% en desmedro de la mujer, y el año siguiente subió a 21,7%. El INE detalló que la diferencia entre 2019 y 2021 se explica sobre todo por el aumento en el ingreso de las mujeres con posgrado, educación universitaria y en cargos directivos y gerenciales.
Pero la entidad advirtió que no se descarta que la baja en la brecha y la redistribución puedan ser transitorias. “Es de esperar que, si el mercado laboral adopta las características que tenía en 2019, la brecha vuelva a tener niveles similares a los que tenía antes de que iniciara la pandemia”, escribió el INE.
Juan Bravo, director del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, afirmó que es clave entender el contexto del mercado laboral, y advirtió que “no es claro que se va a mantener en el tiempo la disminución de la brecha de ingreso ocupacional respecto a 2019”.
Explicó que parte de la reducción tiene que ver con una mayor destrucción relativa de empleos con menos capacidad de generación ingresos entre las mujeres, como trabajos de baja calificación, de jornada parcial o por cuenta propia. Alertó que no es bueno que la brecha se esté reduciendo porque se están destruyendo empleos que generan salarios más bajos.
Destacó que “no ha habido políticas estructurales durante este período que permitan reducir la brecha de género en el ingreso laboral”, y apuntó a la falta de leyes como sala cuna y posnatal igualitario. “Mientras eso no cambie, va a seguir encareciéndose la contratación femenina y van a seguir las brechas de ingreso”, aseguró.
Otro factor clave es que la brecha de género en el ingreso ocupacional ocurre fundamentalmente en el segmento de proveedores principales del hogar, y afirmó que ahí deben enfocarse las políticas públicas e investigación. El último elemento es que las diferencias entre ingresos de hombres y mujeres son persistentemente mayores entre quienes viven en hogares con presencia de niños y niñas de hasta cinco años.