En busca de su destino: alto porcentaje de profesionales busca empleo en áreas distintas a su carrera
La última edición del Panel Laboral UNAB profudizó en el desajuste entre los estudios de los profesionales y el campo laboral en Chile.
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Cade vez es más habitual para los reclutadores de trabajadores del país encontrarse con candidatos cuya profesión no tiene relación con el perfil de la vacante que están buscando. De hecho, la última medición del Panel Laboral UNAB, que en esta ocasión incluyó la visión de 28 head hunters nacionales, mostró que el 70,3% de las postulaciones a ofertas laborales provienen frecuente u ocasionalmente de profesionales cuyos ámbitos de estudios no coinciden con la descripción del cargo.
Esta iniciativa del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello y la Dirección de Egresados, Empleabilidad y Redes (Alumni) de la casa estudios, adicionalmente arrojó que las motivaciones para desarrollarse en un área distinta a la de su formación profesional son diversas.
Para más de la mitad de los expertos (51,9%) la principal razón se relaciona con el desarrollo de su trayectoria profesional en otra área, seguido de un interés personal en otra materia (22,2%) y la falta de oportunidades en su campo de estudio (14,8%).
“Los candidatos suelen mencionar diversos motivos para trabajar en un campo diferente al que estudiaron”, dijo Patricia Codecido, de Global Jobs.
“La mayoría de las carreras se centran en sus propias materias y descuidan el desarrollo de habilidades más amplias que faciliten la adaptación al mercado laboral”, sostuvo Claudia Montedonico de HR Buró.
“Es crucial fortalecer la economía para que los profesionales puedan elegir libremente trabajos acordes con sus capacidades e intereses”, afirmó Francisca Espinoza, economista.
Para la vocera de Global Jobs, Patricia Codecido, además de las causales antes mencionadas, es común escuchar entre los candidatos que, al decidir estudiar una carrera profesional, no tuvieron claro cuáles eran sus habilidades e intereses. “Y, con el tiempo, al explorar diferentes áreas laborales, encontraron un mejor ajuste con sus capacidades y áreas de interés”, señaló.
Sobre el tipo de carreras en que se da esta situación no pareciera haber una posición muy clara. Para un 48,1% de los expertos el desajuste sucede con más fuerza en carreras con habilidades específicas, como astronomía, medicina, entre otras; mientras que un 37% respondió que es más común en carreras con formación en habilidades generales, como administración pública, ingeniería civil industrial, por ejemplo.
Es más, un 14,8% contestó que esto se observa de manera equitativa en ambos tipos de carrera.
¿Cuál es el impacto?
Con relación a las consecuencias que tiene para las empresas contratar profesionales con una formación académica distinta a la que requiere el cargo, la impresión de los head hunters es positiva.
Un 65,4% de los consultados opinó que el principal efecto es que aumenta la diversidad de habilidades y perspectivas.
Por el contrario, un 15,4% dijo que reduce la productividad inicial, y un 11,5% respondió que no afecta en forma significativa.
Entre quienes respondieron que mejora la diversidad, se destacó que con sus conocimientos las personas pueden combinar y ofrecer soluciones diferentes e innovadoras a problemas complejos.
Entre quienes señalaron que el efecto es negativo, advirtieron mayores costos de adaptación y capacitación en las tareas, lo que resulta en una menor productividad.
El sondeo también indagó en las expectativas salariales de este tipo de candidatos, y si se encuentran por debajo o por sobre las solicitadas por las personas con estudios directamente relecionados con la vacante.
Aquí, mientras que un 55,6% contestó que suelen ser similares y que dependen más de la experiencia laboral; un 44,4% respondió que suelen ser más bajas debido a la falta de conocimiento específico en el área.
¿Bien preparados?
Por último, se les consultó a los head hunters hasta qué punto consideran que el sistema educacional capacita a los estudiantes con habilidades generales que les permitan adaptarse y trabajar en campos distintos a los de su formación académica y que son esenciales en general.
Frente a este tema, un 51,9% de los consultados dijo que la preparación no es óptima, en circunstancias que un 33,3% sostuvo que se prepara bien a los profesionales y un 14,8% que se les capacita “muy mal”.
Para la vocera de HR Buró, Claudia Montedonico, “la mayoría de las carreras se centran en sus propias materias y descuidan el desarrollo de habilidades más amplias que faciliten la adaptación al mercado laboral”.
En una vereda contraria, Juanita Aguirre, de Aguirre & Asociados Head Hunting, planteó que en el país las universidades se han ido moviendo paulatinamente hacia un modelo como el impulsado por anglosajonas, con carreras más cortas que dan espacio a campos laborales de mayor amplitud.
“Lo anterior permite que los profesionales tengan programas educacionales con mallas flexibles y trasversales en sectores, funciones y tipos de compañía”, señaló.
Para la economista del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Andrés Bello, Francisca Espinoza, es importante diferenciar el desajuste entre el campo de estudios y el laboral y el emplearse en un cargo para el que se está sobrecalificado.
Precisa que el primer fenómeno, según muestra la opinión del Panel Laboral es positivo, permite diversificación de habilidades para los trabajadores y las empresas.
El segundo, por el contrario, es negativo, advierte. “En nuestro país, algunos atribuyen el desajuste laboral a la masificación de la educación superior, ignorando la evidencia de que esto se debe a un mercado laboral deteriorado. Es crucial fortalecer la economía para que los profesionales puedan elegir libremente trabajos acordes a sus capacidades e intereses”, dijo.