En el último tiempo la discusión por el reajuste del salario mínimo ha sido compleja. Durante el gobierno anterior, el debate estuvo marcado por diferencias al interior del entonces oficialismo respecto del monto y el año pasado el Ejecutivo aprobó en agosto de manera retroactiva el reajuste, luego de enviar tres proyectos de ley sobre la materia e intentando sin éxito adelantar el aumento salarial a marzo.
Para este año el tema tampoco se ve fácil. Esto, teniendo en cuenta el contexto de desaceleración de la economía y su impacto en la tasa de desempleo, y el debate de la reforma tributaria, que entre otros puntos ha estado marcado por el efecto que tendría la iniciativa en las PYME.
En ese escenario, desde el gobierno comentaron que se optó por seguir -al menos por este año- con el clásico esquema de negociación con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), caracterizado por la constitución de una mesa de trabajo en junio y el posterior envío -con o sin acuerdo de las partes- de una iniciativa legal al Congreso para fijar un reajuste anual a partir del 1 de julio.
Tras arribar al gobierno, la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, decidió desechar uno de los últimos proyectos presentados por el gobierno de Piñera, que proponía crear una comisión de expertos que entregaría los insumos técnicos para el incremento del sueldo básico.
En su reemplazo, la titular del Trabajo anunció que se optará por una instancia tripartita de salario mínimo. Fuentes del Ejecutivo dijeron que la implementación de dicha institucionalidad está prevista dentro del mediano plazo.
Por lo pronto, el Ministerio del Trabajo inició los primeros acercamientos con Hacienda para afinar la estrategia de negociación de este año.
Preliminarmente, desde la CUT han adelantado que pedirán un reajuste en torno a los $ 250.000, cifra que deberá ser consensuada por el consejero directivo de la multisindical en las próximas semanas.
La ministra Blanco reiteró ayer que el programa considera llegar a los $ 250.000 para “mediados del período de gobierno”, agregando que “esa es una conversación que vamos a tener con el Ministerio de Hacienda y con los actores involucrados”.
El ex decano de Economía de la Universidad de Chile , Joseph Ramos, planteó subir el sueldo mínimo en torno a 5%, llevándolo a un techo de $ 225.000 este año. Mientras el economista y consultor Alejandro Alarcón dijo que en la coyuntura actual el reajuste no debería superar el 4%.
El presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, Tucapel Jiménez (PPD), respaldó la opción de los $ 250.000. Para el diputado Patricio Vallespín (DC) la propuesta del gobierno no irá en ese nivel.