“¿Ustedes creen sinceramente que este gobierno quiere implementar una reforma laboral para obstaculizar el empleo? ¿O que el gobierno persigue mediante esta reforma modificar un tema particular de nuestro Código de Trabajo para imposibilitar la generación de buenas prácticas laborales?”. Planteando estas interrogantes, la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, se dirigió ayer al mundo empresarial en el XVII Congreso de Personas y Organización de Icare.
Haciendo una férrea defensa al cuestionado proyecto de reforma laboral que en julio deberá sortear la valla del Senado, la titular de la cartera reforzó los pilares que sustentan la iniciativa (el fortalecimiento de la negociación colectiva y la organización sindical) y determinó la cohesión social y el diálogo como los principios que la erigen.
Sobre este último punto, Rincón fue enfática: “Siempre vamos a prefierir el diálogo sobre la confrontación, una mesa de negociaciones por sobre la trinchera de la calle. Lo que queremos es que sean las instituciones y sus procedimientos los que permitan aportar y resolver las divergencias de intereses al interior de la empresa”, subrayó.
Siguiendo en su diagnóstico, indicó que existe suficiente evidencia y estudios técnicos que correlacionan unidad y cohesión social con hechos concretos como desarrollo económico y altas tasas de sindicalización. Así, citando diversos estudios y registros internacionales en materia laboral, aseguró que el mejor mecanismo que se ha inventado, para que empleadores y trabajadores dialoguen, es la organización sindical.
En su diagnóstico, ejemplificó que en Chile el mundo del trabajo se lleva apenas el 41% del PIB total. “Esa cifra es menor que el 53% de Canadá, el 56% de Estados Unidos y el 52% de Alemania (...) ¿Cómo logramos comprometer a los trabajadores si sólo se llevan el 41% de la torta?”, apuntó.
En esa misma línea, recalcó que la agenda laboral del gobierno no es sólo el proyecto que hoy se discute en el Parlamento. Y, también, destacó que una “serie de inversionistas extranjeros siguen creyendo en nosotros y en nuestras reformas”.
Segundos antes de finalizar su intervención, indicó que “el país que quiero y creo que todos queremos es aquel en que recuperemos la confianza”. Por esto, dijo estar convencida que “el trabajo de calidad determina la calidad de sociedad que queremos ser y tener”. Y, tomando las palabras del gerente general de Falabella, Sandro Solari, lanzó: “Queremos volver a construir los puentes de confianza”.
Precisamente, minutos antes, el empresario reflexionó que para avanzar y crecer con sostenibilidad “no podemos seguir aislados en trincheras. Necesitamos con urgencia reconstruir mediante el diálogo constructivo puentes de confianza que hoy están desligados”.
Sumándose a la discusión laboral, dijo que el país necesita una reforma para todos, para los sin trabajo, los jóvenes, mujeres y para los adultos mayores.“Es importante fortalecer la capacidad de negociación de los sindicatos, pero al mismo tiempo debemos potenciar la formación de dirigentes y también de ejecutivos, mediante el fortalecimiento de las escuelas de formación sindical, facilitando los entendimientos, siempre pensando en el beneficio para los trabajadores”, puntualizó.