Jorge Matte Capdevila: “Se produjeron estos delitos porque también el sistema lo permitía. Los incentivos no estaban alineados”
Para el segundo de los hijos de Eliodoro Matte y presidente de la Fundación Amulén, eso sí, esto no justifica las malas prácticas. Y si bien le preocupa el escenario que enfrenta el país, lo ve como una oportunidad para cambiar.
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Preocupado, pero no del todo pesimista. Así dice estar el segundo de los hijos de Eliodoro Matte Larraín, Jorge Matte Capdevila, actual consejero de la Sofofa y miembro de varios directorios de filiales de CMPC, ante los diversos conflictos políticos y empresariales que agudizaron la crisis de confianza que se incubó en la sociedad chilena.
Sus definiciones sobre el momento actual hacen sentido con el nombre y propósito de la Fundación que decidió formar en 2012 junto a un grupo de amigos y que lo mantiene hasta hoy totalmente motivado para cumplir sus desafíos. La llamaron "Amulén", que en mapudungún significa avanzar, y está dedicada a desarrollar proyectos de infraestructura básica en comunas de escasos recursos del país.
Y si bien es acotado el tiempo que le queda por su agenda empresarial, asegura que esta actividad adicional es una muestra de la responsabilidad en la que se deben empeñar las nuevas generaciones de empresarios, porque llegó el momento de trabajar por la gente. "Cuando uno pone las 'patas en el barro' realmente se da cuenta de cuál es la forma de hacer las cosas", señala Matte.
- ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan empresarios jóvenes como su caso en medio de esta coyuntura y liderando una Fundación?
- Las generaciones van cambiando. Sí hay que reconocer que vienen generaciones más jóvenes que tienen una mentalidad distinta sobre lo que es la responsabilidad empresarial. Reconozco que en el pasado muchas veces la responsabilidad social se confundía con dar trabajo o donar. Pero también todo esto es en parte por la etapa de desarrollo de los países. Cuando los países se van desarrollando empiezan a surgir otras inquietudes.
En Chile, cuando se implantó el sistema de libre mercado, se produjo este cambio en que el sistema genera desarrollo, pero también desigualdad.
Hoy Chile está pasando por un minuto clave donde este sistema ya entra en una etapa donde empieza la inclusión, donde están todos estos temas de responsabilidad social mucho más desarrollados, por más justicia. Y justicia no me refiero a que se tenga que repartir todo entre todos sino que se mejora la calidad del trabajo, mejores salarios, la protección a los consumidores, entre otras cosas.
El país entra a un análisis súper interesante. Lo miro como una oportunidad para el empresariado de poder validar este modelo que bien llevado, con el incentivo bien puesto, genera una muy buena calidad de vida para todos.
Es un minuto clave en la historia de Chile y sobre todo de los últimos 40 años.
- ¿Ve que los empresarios jóvenes toman ese rol o lo hacen presionados por el poder de sus "apellidos"?
- Es hacerlo realmente por conciencia propia, no por obligación, porque al final a las comunidades les gusta conocer al empresario, conocer la empresa, no que llegue un aporte a la cuenta corriente. Se puede pensar que, por ejemplo, en la Fundación Amulén, hago esta labor por los negocios que son relacionados a mí y a mi familia, pero es una iniciativa que es paralela a eso. Lo hago por responsabilidad. Y hoy hay mucho más conciencia y esto viene un poco en el ADN de las generaciones más jóvenes.
- ¿En medio de los escándalos, los empresarios deben tener un rol distinto para posicionarse con una mirada más constructiva hacia el país? Quizás no es suficente condenar estas conductas...
- No meto en el saco a todo el empresariado, al contrario. El empresariado tiene una tremenda labor en Chile. Sí se produjeron todos estos delitos y todas estas cosas, es verdad porque también el sistema lo permitía. No es que esté justificando a los empresarios sino que, al contrario, porque los incentivos no estaban alineados. Las regulaciones, las penas sobre ciertos delitos no estaban alineadas y se producían mucho de estas cosas, porque al final era más rentable pagar (una multa).
Este es un minuto clave porque se van a condenar estos delitos, se está supervisando mucho más allá y eso generará que estas acciones no ocurran y así podamos los empresarios, que en el gran grueso son gente de valores, no verse empañados por grupos menores que sí generan la noticia y la mala fama del empresariado.
- Los empresarios son bastante pesimistas frente a este escenario político y económico. ¿No coincide, pero le preocupa?
- Todo el tema político y social lo veo preocupante, pero también lo veo como una oportunidad. Es la oportunidad para que realmente se hagan cambios, que dados los hechos ocurridos, se pueda castigar al que cometió delito y así generar como una retribución a la sociedad, porque al final la gente se siente retribuida cuando se castigan esos hechos.
- ¿Deberían ser más duras la sanciones? ¿Como las estadounidenses?
- Es el modelo a seguir, donde te dejan buscar tus caminos, pero te dicen: 'ojo, si te equivocas, no es gratis'. Y por eso uno de los incentivos a cometer un delito o un fraude es mucho menor. En ese sentido, están mucho más alineados.
- ¿Le preocupa la política por las "boletas irregulares" o, en general, por la conducta de los políticos a lo largo del tiempo?
- En la coyuntura, por lo que ha ocurrido últimamente, y en lo general, porque es un minuto para que realmente podamos llegar a tener una clase política en base a los acuerdos y no tengamos siempre unas posiciones tan polarizadas, porque eso genera la desconfianza y desprestigio que hay hoy en todo.
La elección Sofofa
- ¿Cómo ve la competencia en la Sofofa?
- Soy el más joven, creo, pero hay mucha gente joven que tiene distintas inquietudes, que quiere una Sofofa distinta y eso es bueno.
- ¿Cuál es la Sofofa que quiere ver?
- A mí me gusta mucho la Sofofa en todo lo que se hace en temas de responsabilidad social. No tengo ninguna tendencia en la Sofofa sobre lo que viene ahora en pocos días, pero es bueno que se genere competencia, porque así se empiezan a discutir cosas de modernización, de nuevas ideas, de ambos bandos.
- ¿Por qué no irá a la reelección como consejero?
- No iré a la reelección, porque ahora estoy con varias cosas y necesito darle el tiempo que requiere a cada una de ellas de forma óptima.
Carolina bustamante: "Se personaliza al empresariado y eso genera confianza"
Jorge Matte cuenta que luego de muchas conversaciones y lluvia de sugerencias, se llegó a la conclusión de impulsar una Fundación sin fines de lucro para desarrollar proyectos de infraestructura en zonas vulnerables.
"La idea era ser como un tipo de externalizador de responsabilidad social empresarial, porque nuestro gran fuerte eran los contactos, la llegada a empresas, a los empresarios", explica.
Así, a dos años de su puesta en marcha, la primera intervención de la Fundación fue en la comuna del Alto Biobío, donde lograron inaugurar un turbogenerador, el cual permitirá abastecer de energía eléctrica a la Escuela Ralco Lepoy, de la comunidad pehuenche con el mismo nombre.
La directora ejecutiva de la Fundación Amulén, Carolina Bustamante -quien dedica tiempo completo a esta tarea y moviliza gran parte de esta iniciativa en compañía de siete directores- relata que hoy tienen puestas sus energías en un segundo proyecto que es "bastante más grande" y que contempla implementar una red de agua potable para la comunidad pehuenche Callaqui, la cual cuenta con 282 casas distribuidas en una superficie de 5.200 hectáreas aproximadamente.
Adelanta, además, que ya están pensando en idear un nuevo proyecto de energía solar en el Archipiélago de Juan Fernández. "El mensaje es muy potente. El hecho de saber que una persona que está en otro lugar, alejado de todo tipo de relaciones, se preocupe por algo en lo que es tu vida, es muy positivo. Se generan lazos y la gente empieza a tener más esperanza. Ve a todo el empresariado que antes era quizás toda una amalgama de cosas, ahora lo va personalizando, y por lo mismo, se va generando confianza. Así es como se evoluciona como país al final", enfatiza Bustamante.
Precisa que la intención es seguir replicando estos proyectos y creciendo con nuevas iniciativas en diferentes localidades a través de estos proyectos de infraestructura básica, que generalmente son de responsabilidad del Estado, pero que muchas veces no pueden ejecutarse ante las dificultades de gestión que enfrentan las municipalidades de las zonas más apartadas del país.
La evaluación que hace la directora ejecutiva de la recepción que tienen estos proyectos a la hora de realizar las gestiones es positivo. Esto, dice, porque "hay gente que quiere aportar, que quiere ser parte de algo constante, no como una donación sino que con un incentivo real de ver lo que está pasando e ir más allá".