La última audiencia que buscó desmenuzar el proyecto de reforma laboral en la comisión de Trabajo del Senado fue la pista de aterrizaje para los ex ministros de Hacienda Andrés Velasco y Felipe Larraín. A un día de la votación de la idea de legislar, ayer los economistas lanzaron sus críticas, pero también le pusieron números al impacto económico de la iniciativa. Esto, en medio de los cuestionamientos de la Alianza, desde donde se apunta que lo clave es la generación de empleo. Si bien hoy el respaldo parece estar garantizado, las miradas parecen concentrarse en lo que sucederá la próxima semana en la sala. De hecho, el oficialismo tantea el terreno para saber si hay quórum para respaldar la reforma justo en una semana donde parte de los parlamentarios acompañará a la Presidenta Bachelet en una gira presidencial a El Salvador y México.
Larraín advierte sobre efectos en recaudación fiscal y empleo
"Sindicalización forzosa y el fin al reemplazo durante la huelga le van a costar a Chile del orden de 150 mil empleos". Con números en mano, el director del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales (Clapes UC), Felipe Larraín, arribó ayer a la comisión de Trabajo de la Cámara Alta y puso en el debate el impacto que tendría en el mercado laboral el proyecto de reforma laboral.
Así, repasando el articulado, explicó que la conjunción de la titularidad sindical más el veto del sindicato a la extensión de los beneficios, establece lo que se podría denominar "sindicalización forzosa". Según aseguró, está de acuerdo con la extensión de la sindicalización mientras sea realizada sin forzar a los trabajadores.
Por esto, el ex ministro de Hacienda del gobierno de Sebastián Piñera propuso un mecanismo que no genere sindicalización artificial, pero que elimine desincentivos a la afiliación. "En particular, que los trabajadores que se acojan a los beneficios del convenio colectivo deban pagar el 100% de la cuota que pagan los trabajadores afiliados al sindicato", dijo.
Otro de los puntos "clave" para Larraín es la prohibición del reemplazo en huelga. Al respecto, planteó conciliar los objetivos de que la huelga sea una herramienta legítima de negociación y, al mismo tiempo, no paralice el proceso productivo.
El economista indicó que su propuesta es permitir reemplazar internamente a los trabajadores que van a huelga al momento de rechazar la última oferta del empleador. Más aún, señaló, si se observa la evidencia del reemplazo en huelga en los países OCDE, hay pocos países que permiten el reemplazo externo.
"Lo que es muy notable es la virtual unanimidad de los países, sí permiten el reemplazo interno de trabajadores. Es decir, muchos países donde no hay reemplazo externo, sí tienen reemplazo interno", apuntó. Eso sí, advirtió que "el impedir el reemplazo interno nos puede dejar en una realidad similar a la que hemos quedado luego de la reforma tributaria con un sistema que virtualmente es único en el mundo. Sugeriría en esta materia no tratar de innovar y ser tan originales y dejarnos junto con México como el único país de la OCDE que no tiene reemplazo interno ni reemplazo externo", enfatizó.
Poniendo sobre la mesa otro de los avances de una investigación de Clapes que está por finalizar sobre los efectos en recaudación fiscal de esta propuesta, sostuvo que la iniciativa puede costar en términos de recaudación anual entre US$ 570 millones y US$ 1.700 millones, dependiendo de cuál sea el incremento de salarios no generados por productividad.
"La empresa no va poder traspasar a precios todos los incrementos de costo salarial. Eso significa que dada la venta va a tener menor utilidad y mayor masa salarial. Eso, desde el punto de vista de recaudación fiscal no es indiferente. Nuestra estimación es que puede llegar a significar hasta un 20% de la reforma tributaria", explicó.
En esa línea, criticó que en el informe financiero del proyecto en discusión no existan referencias en cuanto al efecto que va a tener este proyecto en materia de reducción de la recaudación fiscal.
Velasco propone reemplazo interno en caso de huelga
Haciéndole guiños a la literatura académica del ahora ex subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, el ex huésped de Teatinos 120 durante la primera administración de Bachelet, Andrés Velasco, planteó la vinculación existente entre la productividad de los trabajadores de las empresas y la normativa laboral.
Y al poner la lupa sobre el proyecto de reforma laboral, enfatizó que hay una agenda pendiente que tiene que ver con la promoción del empleo para mujeres y jóvenes, que en el articulado se toca tangencialmente con los pactos de adaptabilidad, pero que no está en el centro de la reforma.
Así, fue claro en advertir que Chile está "al debe" a la hora de pensar cómo compatibilizar instituciones del mercado laboral con la necesidad de inducir mayor productividad. "Hace más de una década y media en Chile la productividad está más bien estancada y si eso sigue ocurriendo el debate sobre crecimiento, sobre igualdad y sobre prosperidad en Chile va a continuar más o menos estancado", remató.
A juicio del economista, el proyecto como está concebido "avanza en algunas dimensiones, pero también tiene carencias importantes".
En este marco, expresó que "tiene sentido prohibir el reemplazo con trabajadores externos, pero sí dejar expresamente establecido que sí se permite el reemplazo con trabajadores internos, aquellos que no se encuentran en el proceso de negociación". Eso sí, recalcó que "habrá que hacerlo bien, porque también se podría prestar para abusos y, entre otras cosas, que quede claro, por ejemplo, que aquel trabajador en la descripción de las funciones que esa persona va a ejercer -en el contrato- estén aquellas funciones que podría asumir en caso de reemplazo".
En términos de cómo modificar el proceso de huelga de modo que sea más conducente a los eventuales acuerdos, y que tampoco se preste para la paralización interminable, Velasco propuso en las medianas y las pequeñas empresas permitir una mediación forzada al cabo de 15 días de huelga.
Agregó, además, que se debería permitir explícitamente la posibilidad de descuelgue individual, pero con la condición que haya una oferta por parte del empleador que sea mejor que la oferta hecha previamente.
Pese a las observaciones, calificó como un componente importante, novedoso, necesario y útil los pactos de adaptabilidad, pues facilitará el trabajo femenino y juvenil. En tanto, rechazó la restricción de esta figura sólo en empresas con un porcentaje de sindicalización igual o superior a 30%, porque podría dejar fuera a Pymes. "Proponemos que las empresas pequeñas y medianas puedan hacer un pacto sin necesidad de este quórum, pero limitándolo al universo de empresas que no tengan condenas previas por prácticas antisindicales".
En cuanto al piso de negociación, explicó que éste se entendía como el "valor del conjunto de beneficios" y lo que debería estar resguardado es precisamente ese conjunto, ya que lo que quedó en el proyecto es el valor de la prestación individual. Al respecto, enfatizó también que es importante que la negociación sea más informada.