Ante la posibilidad de que el envío de la reforma laboral al Congreso no sea en octubre -mes preferente comprometido en el protocolo de acuerdo por el salario mínimo-, y se aplace más hacia fin de año, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, es clara en señalar que no existen impedimientos para que eso ocurra.
De todos modos, reconoce que el escenario será analizado en un próximo consejo nacional ampliado de la multisindical.
-¿Cómo evalúa la mesa técnica que tiene la CUT con el Ministerio del Trabajo para aterrizar los enunciados de la reforma laboral?
-En esta primera etapa desde el Ejecutivo se ha escuchado preferentemente a la CUT en sus planteamientos, ellos dieron cuenta de nueve titulares que estarían en el proyecto de ley. Durante este mes con el equipo técnico del ministerio hemos precisado el alcance de estos nueve puntos y qué otros elementos debieran estar incorporados, que son parte de la plataforma de la CUT y que a nuestros ojos no están comprendidos en estos nueve ejes. Esta ha sido la primera etapa y ahora viene una segunda donde debiera producirse una reunión con el Ejecutivo para hacer el cierre de este primer ciclo de debate y luego que el gobierno presente su propuesta de marcos generales o borrador de cómo se está concibiendo la reforma en materia de fortalecimiento sindical y negociación colectiva, que es lo que debiera ingresar en octubre. Entendemos que en esta etapa el Ejecutivo también va a empezar a escuchar a otros actores.
-En las últimas semanas el gobierno ha relativizado la fecha de presentación de la reforma laboral, hasta hace poco la ministra Blanco hablaba del mes de octubre y ahora todo el gobierno dice que el envío al Congreso será en el último cuatrimestre del año, ¿le preocupa eso?
-Si uno lee el protocolo de acuerdo por el salario mínimo, es absolutamente claro que el compromiso del Ejecutivo es el último cuatrimestre, con un mes preferente que es octubre, por lo tanto, esto está absolutamente en el marco del protocolo. Nosotros obviamente estamos trabajando para que esto sea resuelto en octubre y el proyecto sea ingresado en esa fecha. Por eso es que hemos actuado con tremenda responsabilidad y entendemos que el Ejecutivo está respondiendo a esa celeridad, lo que no puede significar que simplemente por cumplir con un tiempo el debate no vaya a ser profundo o no tenga toda la intensidad que nosotros esperamos. Yo entiendo las palabras del Ejecutivo en el marco de lo que ha sido el protocolo y no como un descuelgue de la posibilidad de que el mes preferente de envío sea octubre, sino que más bien respondiendo a que seamos rigurosos en una reforma de esta envergadura, que no habíamos visto durante treinta años. No es algo tan complejo técnicamente, sino que más bien requiere de una tremenda rigurosidad para que no queden vacíos, que es el problema que particularmente tenemos en el caso laboral; esos vacíos siempre terminan siendo un tremendo soporte para quienes quieren pasar a llevar los derechos laborales.
-¿Le desalentaron las palabras de la presidenta en torno a que ella definiría la oportunidad?
-Lo que la presidenta ha hecho, como le corresponde a cualquier gobernante, es dar cuenta de que ella es la que está conduciendo los destinos de la patria y creo que nadie podría sentirse ofendido porque la presidenta plantee con claridad que ella es la que decide cuando se envía un proyecto de ley, creo que eso hay que entenderlo en el sano ejercicio de una democracia (…) En ese sentido, sus palabras no me generan ningún ruido. El que la presidenta haya ratificado con la fuerza que lo hizo la necesidad de transformaciones, que Chile cambió, que los procesos de debate son necesarios si queremos transitar hacia un país de equidad e igualdad, me refuerzan la idea de que el Ejecutivo está comprometido con la reforma laboral, e incluso más, la presidenta señaló que va a cumplir con el compromiso pactado y ese es que el proyecto de reforma laboral tiene que ir, nosotros vamos a trabajar para que sea en octubre y esperamos que el Ejecutivo siga trabajando con paso veloz para que ese sea el mes de ingreso de este proyecto de ley. Además esperamos que no tenga una tramitación extensa, sino que ojalá sea resuelto en el primer semestre de 2015.
-¿Qué pasa si no se cumple el plazo de envío en octubre?
-En un cuadro donde se está llevando al detalle el debate, donde se está siendo partícipe de la iniciativa, uno tiene que mirar con voz de alerta estas señales, pero también tiene que ponerlas en contexto. Si hemos avanzado en el debate, obviamente que la posibilidad de que el proyecto ingrese en octubre no tiene ningún obstáculo de que así sea; si logramos cumplir con el cronograma nada indica que no se pueda ingresar en octubre y estamos trabajando para eso. Ya veremos en su momento que pasa si el proyecto no ingresa en esa fecha, pero hasta ahora todo indica que estamos cumpliendo los plazos. El hecho de que el Ejecutivo esté reuniéndose con la CPC y que vaya a reunirse con las PYME y que también escuche a las otras multisindicales es una señal potente de que se está tratando no sólo de escuchar preferentemente la voz de la CUT, sino que también darle una profunda legitimidad a esta reforma, creo que eso incluso puede garantizar que el debate se concrete en los marcos que hemos planteado, es decir, en octubre como el mes preferente (de envío). Sabemos que el no haber escuchado a todos los actores iba significar que ese proyecto de ley ya iba a llegar sólo por una cuestión de forma muerto al Parlamento.
De ocurrir aquello (un retraso) y que la apertura desde el Ejecutivo a la voz de los otros actores signifique relativizar la reforma, evidentemente que eso nosotros no lo vamos a aceptar. Nos parece que hoy lo peor que se puede hacer es no cumplir con los compromisos pactados, creo que ese es el mayor daño a una institucionalidad política que ya está tremendamente deslegitimada y donde gran parte de la ciudadanía no confía en su ejecución, más allá de que apoye las reformas. La peor señal que podría dar el Ejecutivo es no cumplir los compromisos pactados y creo que en eso tiene mucha consciencia el gobierno.
-El ministro Arenas dijo que en la reforma laboral también hay espacio para un acuerdo que dé estabilidad. ¿Eso se puede interpretar como un intento de morigerar el proyecto?
-Espero que ese no haya sido el sentido de las palabras del ministro. Yo no le tengo temor a discutir con otros actores, con las contrapartes o a generar diálogos en el Parlamento con la oposición, siempre que eso sea en beneficio de darle legitimidad a una reforma necesaria para el país. Lo que no estamos dispuestos a hacer es que en el marco de un debate amplio algunos intenten morigerar la discusión o la intensidad de la reforma. Hasta ahora, las señales que hemos tenido desde el Ejecutivo es que se va a respetar el compromiso en forma y en contenido.
Desaceleración: "No puede significar que el debate de las reformas se detenga"
-Los empresarios han pedido aplazar la reforma laboral debido a los efectos que tendría en un contexto de desaceleración.
-Yo creo que eso es política del terror, porque todos los datos dan cuenta claramente de que este ciclo de desaceleración era una tendencia que ya se venía expresando hace tiempo y que era posible de proyectar. Por lo tanto, nadie se puede sorprender hoy por la situación que vive el país.
Irresponsable sería no hacer nada ante esta realidad. Es responsabilidad de todos los actores tomar medidas. El gobierno ha hecho lo suyo. Por otra parte, esperamos que el empresariado dé señales más claras de estabilidad hacia los mercados, de tal manera que las fuentes de inversión vuelvan a mirar a Chile. También creemos que podemos hacer un aporte siendo activos agentes en estos procesos. Se podrían adelantar indicaciones al proyecto de modificación del seguro de cesantía para generar mayores protecciones en tiempos de desempleo e incentivos a la permanencia de la contratación. Pero eso no puede significar en ningún caso que el debate de las reformas se detenga producto de un cuadro que todos sabíamos que se iba a producir.
La peor señal que puede dar un país en un contexto de menor crecimiento es detenerse y no hacer nada.
-Ante la desaceleración, ¿la CUT va a tener un rol más activo?
-Seguimos esperando concretar una reunión con los ministros del área económica para conocer el detalle de las iniciativas en las distintas agendas de inversión y crecimiento. Nos gustaría tener más detalles de esas iniciativas y, por supuesto, ponernos a disposición para buscar los proyectos legales, como el seguro de cesantía, para contribuir como CUT a mejorar la situación actual. Lo mismo se podría constituir con la contraparte empresarial, donde esperamos que ellos puedan reconocer una voluntad expresada en acciones concretas para resguardar la empleabilidad.