Aunque ya no está en la primera línea de la dirigencia gremial tras su renuncia a la vicepresidencia de la Sofofa, ni sigue siendo miembro de la comisión laboral de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), se mantiene expectante ante la discusión de la reforma laboral que ingresará al Congreso en los próximos días.
Hoy desde su cargo de presidente del Consejo Asesor de Clapes UC, Alfonso Swett Opazo tiene reparos respecto del corazón del proyecto: la titularidad sindical, el piso mínimo de la negociación colectiva y el reemplazo en huelga.
Para el empresario lo sustantivo en el debate es pasar de una reforma de fortalecimiento de la actividad sindical, a un perfeccionamiento del sistema laboral más global.
- ¿Ve necesaria hoy una reforma laboral en Chile?
- Más que enfocarnos en si son o no oportunas, las reformas laborales tienen una visión de largo plazo, que van más allá de un ciclo económico. Lo importante es enfocarnos en qué y cómo las vamos a discutir y ahí es donde están mis preocupaciones. Hoy tenemos temas muy importantes en el mercado del trabajo, hay una productividad laboral por horas trabajadas algo superior a los
US$ 19 mil, mientras en la OCDE el promedio se ubica sobre los US$ 39 mil, entonces ahí hay un problema muy importante (...) La pregunta que deberíamos hacernos como país es cómo transformamos a nuestra gente en nuestro principal recurso natural, esa es la reforma que a uno le encantaría que se discutiera, a lo cual hay que agregar que tenemos un Código Laboral bastante obsoleto, urbano, masculino e industrial. También hay un tema dramático en capacitación, donde se votan más de US$ 300 millones a la basura sin efecto directo en empleabilidad y remuneraciones; y además hay problemas en la formación técnico-profesional.
Entonces, hay asuntos muy importantes que a uno le gustaría que se discutieran, pero es muy distinto centrar la discusión en los temas de fortalecimiento sindical. Si tenemos la capacidad de discutir todos los temas y no algunos, creo que es positivo, y si tenemos la capacidad de discutirlos de buena forma, es más positivo.
Más que la oportunidad lo que me preocupa es el contenido y alcance de la reforma y los desafíos que enfrentamos como país en el ámbito laboral. El desafío que tenemos es cómo pasar de una reforma de fortalecimiento sindical a una reforma de fortalecimiento laboral integral.
- ¿Qué visión tiene de los principales titulares de la reforma laboral?
- Los titulares han estado sin contenido, pero sí hay temas que ya nos deberían llamar la atención. Uno de los puntos que más se ha tratado de ideologizar es el reemplazo en huelga. Más que discutir si hay o no reemplazo -la OIT y la OCDE nos dicen que este es un tema que hay que discutir-, creo que deberíamos abordarlo, pero me parece que cometemos un error en pensar que el tema de la huelga pasa sólo por el reemplazo. Hay temas muy profundos que nosotros deberíamos agregar. No puede ser que tengamos huelgas ilegales que tengan cero costo para el dirigente sindical, en los últimos tiempos nos hemos enfrentado a una cantidad de paros ilegales espantosos en los puertos; en mineras, entonces si vamos a tener un marco jurídico tiene que haber un costo para el dirigente sindical y para su sindicato, un costo puede ser que ese dirigente sindical no pueda ser dirigente durante los próximos 30 años. Hoy el costo para un dirigente sindical de actuar fuera del marco de la ley con un huelga ilegal es cero, cuál es el costo para ese sindicato: cero también, entonces el sindicato debería quedar restringido a una serie de beneficios públicos y apoyos que reciben. También cuando hay huelgas legales, existen procesos ilegales y debemos enfocarnos a ello, cuántos casos tenemos de empresas que entran en un proceso de huelga y a los trabajadores que no son parte de la negociación colectiva les impiden acceder a sus puestos de trabajo, hay trabajadores que han sido amenazados en sus casas como sucedió en el caso de los puertos y nuevamente el costo para los dirigentes y sindicatos es cero.
- ¿Es partidario del piso mínimo?
- Si el espíritu de la reforma es nivelar la cancha, entonces por qué se va a partir con un piso mínimo desnivelado, me preocupa que no reconozcamos los ciclos económicos de las empresas, las compañías y los países tienen ciclos económicos. No da lo mismo negociar cuando la economía está creciendo al 10%, que cuando está decreciendo al 3%. Entonces, cuando se desconoce el piso la variable de ajuste es el empleo y la inversión, porque las empresas van a perder rentabilidad en una condición así.
Respecto de la titularidad, ya hay ejemplos de eso en el sector agrícola, allí se reconoció de hecho la titularidad sindical, eso generó un proyecto de ley en el gobierno anterior. Pero mi preocupación viene por el lado de la libertad, por ejemplo la libertad de una persona que hoy no está en el sindicato y pagando un 75% de la cuota puede acceder a los beneficios, un trabajador puede decir que no fue parte del sindicato, pero le interesa acceder a los beneficios. Podemos discutir si es un tercio o la totalidad de la cuota o una multa, pero lo que no podemos discutir es la libertad del individuo de decir cambie de opinión, quiero acceder a los beneficios. Por qué el único mecanismo para acceder a beneficios no sólo monetarios sea a través de la titularidad sindical. Hay que defender el concepto de la libertad del trabajador no sindicalizado y del empresario. Si se pone una línea confusa en este tema vamos a tener más deterioro de la confianza, más deterioro del sector empresarial.
- ¿Qué otros temas incluiría?
- Me gustaría ampliar los temas a capacitación, no sólo por el tema empresarial, sino porque es un desafío país, cuando se le dice a la gente que para mejorar los problemas de desigualdad que tiene el país, enfocándolos sólo a través de una reforma educacional, no le hemos explicado a la gente que con esa estrategia no se van a ver los beneficios inmediatos de la reforma educacional, esto lo van a ver sus hijos y sus nietos, hoy la clase media está apretada, con angustia, quiere soluciones ahora, entonces el mecanismo de corto plazo es la capacitación.
Hay que sumar también contratos por horas para aumentar la participación de mujeres y jóvenes y modernizar la fiscalización del Sence y la Dirección del Trabajo.
- ¿Comparte el criterio de gradualidad del ministro de Hacienda?
- No entiendo los conceptos de gradualidad en el tema laboral, creo que eso es un profundo error, si las cosas son buenas hagámoslas al tiro, para qué esperar, si las cosas son malas para qué se quiere que te saquen la mugre de a poco, es mejor hacerla de una vez. Centrarse en introducir la gradualidad como eje principal de la reforma laboral es un error, tenemos que poner los ojos en el contenido.
- ¿Cómo ve la estrategia de la ministra Javiera Blanco?
- De la ministra del Trabajo tengo la mejor impresión: es razonable, inteligente, pragmática y con la cual se puede conversar. A diferencia de las otras reformas, acá hay una líder que genera más confianza. La invitación es a no generar diálogo bipartito, sino que tripartito.
"Las trincheras no le hacen bien al país ni al sector empresarial"
- ¿En el empresariado ve una actitud más defensiva que propositiva?
- Entiendo a los empresarios en lo que ha pasado hacia atrás: te llevaron a un callejón y te dijeron aquí, a lo mejor, te pueden sacar la mugre, esto te genera incertidumbre y en el callejón se terminó la reforma tributaria y te sacaron finalmente la cresta, creo que el sector empresarial no supo manejar una avalancha de descalificaciones, algunas de ellas las entiendo como el caso La Polar o los pollos, pero hay otras que no están en ese contexto. Tenemos que dejar eso en el pasado (...) hay que tener capacidad de escuchar, de dialogar, ese es un nuevo rol que requiere el sector empresarial. Todos esos atributos los tiene el presidente de la CPC Andrés Santa Cruz y eso me da confianza. Creo que en esta reforma laboral deberíamos estar ya ampliando los temas, poniendo nuestras preocupaciones, no esperando que se venga un proyecto. Algunos dicen que eso ya lo hacen en privado, pero hace rato que ya la ciudadanía quiere transparencia, quiere ser parte del debate, quiere que le den la cara, está cansada de que un empresario salga de una reunión y no quiera hablar, la sociedad hoy quiere participar.
El enfoque que tenemos que tener más que ponernos en una trinchera, es discutir todos los temas, las trincheras no le hacen bien al país ni al sector empresarial.
-¿Ve ya un punto de inflexión en el PIB?
-Los números dicen otra cosa que lo que está afirmando el ministro de Hacienda. Los datos muestran que estamos con una caída del índice de confianza empresarial y de los consumidores, si se mira por el lado del sector exportador también hay un deterioro, lo que estaba sosteniendo la economía chilena era el sector externo, porque si se veía la demanda interna viéramos estado técnicamente en recesión, si a eso se suma que las importaciones de bienes de capital llevan una caída promedio en octubre y noviembre de 17,1%, eso nos va a llevar al sexto trimestre de caída en las inversiones. Creo que no hay punto de inflexión en 2014, tampoco se va a dar en los tres primeros trimestres de 2015 y su llegada va depender de la forma en que se discutan las reformas que vienen.