Falta de reformas estructurales abre debate por posible extensión del período presidencial
Expertos aseguran que los cuatro años no incentivan cambios de largo plazo, sino que empuja a políticas coyunturales.
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Por Cristián Bastías Flores
Desde que se instauró el período presidencial de 4 años, durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, ha habido un estancamiento de las reformas estructurales, situación que preocupa a los expertos, quienes culpan de esto en parte a la corta duración del período presidencial, ya que no incentivaría a hacer los cambios profundos que requiere la economía chilena.
Según el ex presidente del Banco Central, Carlos Massad, mientras más corto es el período presidencial, mayor es el incentivo que existe para que la visión del gobierno sea cortoplacista, ya que “tienen que mostrar resultados inmediatos para tratar de lograr que en la próxima elección el signo político dominante se mantenga”.
En esa línea, agrega, se debería aumentar el período presidencial a seis años y no continuar con el de cuatro, ya que nos podría “perjudicar”. También destaca que el problema podría ser aminorado “si es que hubiera alguna institución que tuviera a su cargo este pensamiento de largo plazo y que estuviera un poco al margen de la contingencia política, pero no la tenemos”.
Visión parecida tiene el analista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes, quien agrega que gracias al sistema “perverso” de los cuatro años, los gobiernos solo optan por tener una o dos políticas claves, ya que saben que en cuatro años no pueden hacer nada más.
“Soy más partidario de seis años, sin reelección y por una única vez. Es decir, que un presidente nunca más pueda ser electo, de modo de permitir la renovación y evitar que el presidente esté pensando en que va a volver en seis años más. Ahora, eso implica simultaneidad de elecciones con las parlamentarias”, asegura Fuentes.
El economista de Econsult RS, José Ramón Valente, en tanto, explica que si bien el período presidencial es corto y que debiese ser un poco más largo, ya sea de 5 o 6 años, “si se mira lo que ha sido la experiencia de este gobierno, diría que la dificultad no ha estado en el período presidencial o en las intenciones del gobierno, sino que se explican por la negativa del Congreso y la oposición, que ante la perspectiva de poder retornar al gobierno se remiten a la idea de que es mejor acertarle un costo al gobierno actual, aunque sea a costa de rechazar proyectos que sean beneficiosos para Chile”.
De hecho, Valente señala que lo mismo se dio en el gobierno de Bachelet, cuando la derecha en alguna iniciativa también mostró la misma actitud en el Congreso, debido a que eventualmente podrían llegar La Moneda.
Con estos antecedentes, el economista asegura que la solución que él visualiza podría estar en ampliar el gobierno a cinco años, volver a seis, o cuatro con reelección como EEUU. “Cualquiera de esas alternativas es mejor de lo que tenemos ahora”, asegura Valente.
El único que no está de acuerdo con alargar el período presidencial es el analista político y decano de Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo (UDD), Eugenio Guzmán.
A su juicio, cuando Chile tenía periodos de seis años, también se caía en políticas coyunturales.
Guzmán estima que más bien el problema estaría en que no hay reelección presidencial y porque la clase política no logra acuerdos o consensos en estos temas tan esenciales.
“El aumentar el período presidencial a seis años va a provocar lo mismo de siempre, es decir, vamos a estar casados seis años con políticas buenas y malas tal como sucedió en el pasado. Los cuatro años, por lo menos, te aceleran y te llevan a un test intermedio. Mientras que con la reelección existe la posibilidad de que un presidente sea sometido en algún momento al escrutinio popular”, destaca el experto.