El backstage de las horas más difíciles de RN y la UDI por caso Van Rysselberghe
Serie de contactos telefónicos por parte de la intendenta del Biobío habrían desactivado apoyo a la acusación por parte de diputados de la tienda de la calle Antonio Varas.
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A.Chávez / M.Helguero
“El daño ya está hecho”. Con esta frase grafican desde la Alianza el costo que están pagando por la decisión de mantener a la intendenta Jacqueline van Rysselberghe a la cabeza de la región del Biobío.
La culpa, dicen en el oficialismo, es compartida entre la Unión Demócrata Independiente (UDI) y el gobierno, pues reconocen en privado que haber ratificado a la jefa regional resultó ser “una trampa sin salida”.
Es que la decisión de febrero “ya no tiene vuelta atrás”, dicen, por lo tanto desde la máxima dirigencia de la UDI aseguran que Van Rysselberghe “es inamovible” y que las filas gremialistas e, incluso las de Renovación Nacional (RN), se cuadrarán detrás de la autoridad regional, aunque sea a “regañadientes”.
Sin embargo, la luz de alerta aún está encendida, puesto que el diputado gremialista por la VIII Región, Iván Norambuena, seguiría en estado de rebeldía ya que, hasta el minuto, no se ha alineado con la orden de su partido.
El diagnóstico
Así las cosas, el aterrizaje de Van Rysselberghe a Santiago, el pasado jueves en medio de un vendaval de rumores sobre su eventual renuncia al mando del gobierno regional, también despertó nuevos análisis al interior de oficialismo que van más allá de la aprobación o rechazo de la acusación constitucional presentada por la Concertación en su contra.
Los más críticos admiten que la situación “dañó” las relaciones en la Alianza y temen que se profundicen de aquí al 2 de mayo, fecha en que se estima se votaría el libelo en la Cámara de Diputados.
En este contexto, en el gremialismo acusan a los dirigentes de RN de enturbiar más las cosas y “echarle pelos a la sopa” con actitudes como la del titular del partido aliado, senador Carlos Larraín, de restarse del comité político y más aún de la conmemoración de los 20 años del asesinato de Jaime Guzmán.
Por su parte, en la tienda de calle Antonio Varas, acusan a la UDI de haber desatado este conflicto luego de “presionar” al gobierno para que mantuviese a la intendenta en su cargo.
Desde RN, su secretario general Mario Desbordes advierte que en “una relación de 20 años -donde se pueden producir algunos problemas como éstos- no son suficientes como para dañar de forma definitiva la relación de los dos partido”. Aunque reconoce que “tenemos que emprender un camino y buscar fórmulas de solución de este tipo de controversias y evitar las discusiones por los medios de prensa”.
En tanto, el vicepresidente de RN, Francisco Chauán, asegura que “la coalición de gobierno es más que la intendencia de la VIII Región”. El presidente de la Cámara y diputado (UDI), Patricio Melero desdramatiza los efectos del caso Van Rysselberghe y asegura que esto “no ha dañado” la relación de la Alianza. Acto seguido agrega que “lo que ha dañado son las reacciones inadecuadas que ha habido y la falta de apoyo a una intendenta nominada en el cargo por el presidente”. En este punto, dice que el episodio “en vez de haber generado un marco de unidad en la Alianza, se ha prestado para pasar cuentas individuales que no tienen que ver con el hecho mismo”.
El gesto a RN
Antes de que terminara la semana, la intendenta realizó el primer gesto a RN al anunciar que haría una cirugía mayor en su equipo del gobierno regional, solicitud que insistentemente hizo la tienda comandada por Carlos Larraín. Pero en Renovación apostaban por más: “un verdadero cambio de actitud” de Van Rysselberghe.
Las luces se dieron la mañana del viernes, cuando la propia autoridad regional se comunicó en tres oportunidades -por teléfono- con la directiva de RN. Allí dicen que la intendenta accedió a la condición de la tienda y aseguran que “se comprometió fehacientemente a cambiar su actitud”.
Las frenéticas llamadas de Van Rysselberghe terminaron “por ablandar” a un sector de la tienda liderada por Carlos Larraín, que estaría por rechazar la acusación en el Congreso.
Así lo evidencian las palabras de Mario Desbordes, quien afirma que en el libelo “no hay mérito y espero que nuestros parlamentarios revisen los antecedentes y lleguen a la misma conclusión y en ese contexto podamos dar vuelta la página”.
En los hechos, la intendenta tuvo un vuelco y este se dio luego que mantuviera conversaciones con el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, quien además habría confirmado a la Alianza que la decisión del gobierno era “no removerla” al tiempo que dio garantías de que en la región habrá cambios.