Repetto y Fuensalida coinciden en revisar impuesto a utilidades retenidas

Las audiencias por el proyecto de reforma tributaria en la comisión de Hacienda de la Cámara estuvieron marcadas ayer por voces femeninas.

La excoordinadora de Política Tributaria de Hacienda, Carolina Fuensalida, abrió la sesión planteando críticas a la “radicalidad” de la reforma, poniendo énfasis en la creación del impuesto a la riqueza, la dualidad de sistemas entre el régimen PYME y el desintegrado para grandes empresas, el gravamen de 1,8% a las utilidades retenidas en sociedades de inversión, y el impuesto de “salida” de 5% para quienes cambien su domicilio tributario fuera del país.

A su juicio, se trata de una reforma “muy refundacional y estructural” y cuestionó el timing de presentación de la reforma considerando la “incertidumbre” política y económica.

Al exponer, la académica de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Andrea Repetto recalcó la necesidad de la reforma, ya que la recaudación “se ha vuelto insuficiente”, aludiendo al deterioro de las arcas fiscales en la última década y la necesidad de una consolidación.

La economista consideró “razonable” la meta de recaudación de 4,1 puntos del PIB en cuatro años, pero recalcó que es “importante reconocer” que la mayor cotización de la reforma de pensiones que no vaya a cuentas individuales debe integrarse a la recaudación esperada.

Coincidió con Fuensalida en revisar la tasa a las utilidades retenidas: “Es importante chequear la tasa del 1,8% en conjunto con los demás impuestos. Es posible que algunos contribuyentes, en la suma de los impuestos al patrimonio, al diferimiento y a sus ingresos anuales, terminen pagando tasas marginales muy altas, afectando la rentabilidad de las inversiones”.