Ramírez y reforma tributaria: “Estaríamos por bajar impuestos no por subirlos, así de lejos estamos con el proyecto”
El representante de la UDI en la Comisión de Hacienda de la Cámara advierte que la iniciativa “está sustentada sobre bases incorrectas, porque piensa solo en recaudar con la mirada de capitales congelados”.
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El diputado Guillermo Ramírez está preocupado por los efectos que está convencido generará la reforma tributaria en régimen, en el caso de que avance en el Congreso tal como ingresó. Cree que tanto el crecimiento como la inversión se verán severamente afectados, pero sus advertencias no parecen encontrar eco en el oficialismo y menos en el gobierno.
En esta conversación con Diario Financiero, el parlamentario gremialista profundiza sobre las dudas que le genera la propuesta y por qué. Respecto del royalty minero, señala que allí podría haber un acuerdo, ya sea en torno a un royalty o un impuesto específico, cualquiera de estas opciones –comenta- “nos da lo mismo en la medida en que no tengamos los impuestos más altos del mundo, que es lo que hoy día está sobre la mesa”.
“El proyecto de royalty es una discusión que está mucho más avanzada. Las mismas empresas y compañías mineras han dicho que hay espacio para gravar con más fuerza”.
También aborda la reforma de pensiones, desde lo que se conoce a través de la prensa y su mirada se resume en que “cuando conocí los anuncios del gobierno, en el Diario Financiero, lo primero que pensé fue ‘este gobierno va a pasar a engrosar la lista de gobiernos que fracasaron en la idea de llegar a un acuerdo en pensiones’”.
-Usted dijo que las posiciones respecto de la reforma tributara están muy lejos aún con el gobierno, pero que el royalty puede haber acuerdo. ¿Por qué y cómo sería?
-El proyecto de royalty es una discusión que está mucho más avanzada. Las mismas empresas y compañías mineras han dicho que hay espacio para gravar con más fuerza y, por lo tanto, hay que ponerse de acuerdo en cómo va a ser el sistema. Si será a través de un royalty o un impuesto específico.
-¿Qué prefiere la UDI?
-Nos da lo mismo en la medida en que no tengamos los impuestos más altos del mundo, que es lo que hoy día está sobre la mesa. El cobre chileno, y solo e cobre no otros minerales, tendría en Chile un gravamen mayor al de cualquier otro país del mundo y eso es muy malo, considerando que son las mismas empresas las que toman las decisiones de invertir en uno u otro país. Por lo tanto, pasaríamos a la cola de la inversión, con lo que eso significa para la economía chilena.
-¿Entonces cómo tendría que ser?
-Creemos que hay espacio para subir impuestos en la minería, pero en la medida que nos mantengamos en un lugar competitivo en comparación con el resto del mundo. Si eso es a través de un royalty o de un impuesto específico, estamos abiertos a conversar.
-¿Ven que el gobierno esté disponible a ceder?
-Hasta ahora, el gobierno ha tenido una actitud abierta, pero al final solo en el momento de llegar o no a acuerdo vamos a saber si es que esa actitud era de verdad o no.
-En el marco de las exposiciones del ministro Mario Marcel en la comisión, usted dijo que aparte del royalty en todo lo demás no hay acuerdo y que las posturas con la UDI al menos están muy lejanas, ¿cuáles son los principales elementos en que está lejos?
-Estamos lejos en todo. El impuesto de primera categoría en Chile es altísimo. El Presidente dijo que no había espacio para subir el impuesto de primera categoría, pero en la práctica se hace cuando se gravan los retiros de las empresas y, por lo tanto, esa idea de que la empresa y su dueño son entidades distintas es falaz, porque es la misma persona la que toma las decisiones sobre la inversión. En el impuesto de segunda categoría, el ministro nos ha mostrado que nosotros recaudamos poco en comparación con el resto de la OCDE. En nuestra opinión eso ocurre por la gran informalidad que hay actualmente en el empleo y no por las tasas.
-¿Y cómo se recauda más?
-Si quisiéramos recaudar más en segunda categoría nos gustaría salir del fondo de la tabla, en matera de formalidad entre los países de la OCDE y ponernos al menos en el promedio. El gobierno desatiende esa parte y prefiere subir impuestos y nosotros creemos que esa no es la forma de recaudar más a través del impuesto al trabajo. Al final, todo esto tiene que ver con un elemento que nadie ha discutido hasta ahora y vamos a tener que discutir.
-¿Cuál?
-Sobre la conveniencia o no de cumplir con la promesa del gobierno del presidente Boric. Todo el problema estriba en que el Presidente se comprometió a recaudar 4 puntos del PIB y a nosotros imposible hacer eso sin lesionar gravemente la inversión y el crecimiento futuro del país.
Bajar expectativas
-¿El gobierno tendría que bajar su expectativas de todas maneras?
-Sí, tendría que bajarlas tremendamente. Nosotros estaríamos llanos a llegar un acuerdo en materia de royalty, pero si nosotros gobernáramos estaríamos por bajar impuestos no por subirlos, así de lejos estamos. Y recaudar 4 puntos del PIB significa recaudar un 25% más de lo que se recauda hoy día en Chile. Eso es una brutalidad y ningún país ha logrado hacer e3so, salvo cuando se crean impuestos nuevos como el IVA, por ejemplo. Pero a través de una reforma eso es imposible. La presidenta Bachelet se propuso recaudar 3 puntos del PIB y el resultado fue que recaudamos la mitad y la lesión en la economía fue mayor incluso a la que nosotros habíamos advertido. Ahora tememos que con esta reforma el resultado sea similar: Nos comamos todos los costos del alza de los impuestos y no obtengamos todos los beneficios que hoy día se proyectan.
-¿Ha tenido la oportunidad de hablar directamente de este con el ministro Marcel?
-Durante la presentación de la reforma he tenido la posibilidad de intervenir, advirtiéndole al ministro de que esta reforma está sustentada sobre bases incorrectas, porque piensa solo en recaudar con la mirada de capitales congelados, que no se mueven de un lugar a otro, y no está preocupada de promover la inversión. Entonces, con esta reforma el capital no solo no va a entrar a Chile, sino que va a salir muy fuertemente. Y luego recuperar las confianzas es muy difícil.
-Con esta reforma, a su juicio, ¿la inversión se va a pique?
-Se va a pique, piense que el récord de inversión negativa en Chile era tres años seguidos de inversión negativa y lo tenía la Unidad Popular. Ese récord lo rompimos con la reforma de la presidenta Bachelet, cuatro años seguidos de inversión negativa. Y era una reforma mucho más modesta y menos ambiciosa que esta. Esta reforma puede generar un desastre en la inversión que en el corto plazo se manifiesta en el empleo y en el largo plazo en el crecimiento. Podemos hipotecar el futuro de las nuevas generaciones, en tener un país con menos oportunidades y menos posibilidades de progreso para las familias. Eso es lo que nos preocupa, obviamente que queremos recaudar más, pero no lo podemos hacer a costa de dejar de crecer y de ofrecerle mejores perspectivas de vida a las familias chilenas.
-Algunos dirían que esta mirada tan catastrófica de la UDI respecto a los efectos de esta reforma tributaria tiene que ver más bien con una postura ideológica que técnica, ¿qué diría usted ante ese argumento?
-Que nosotros advertimos durante el proyecto de la presidenta Bachelet lo que ocurriría y fue peor y que advertimos al gobierno que no recaudaría lo que pretendía y terminó recaudando aún menos de lo que nosotros pensábamos. Chile tiene poco espacio para seguir subiendo impuestos, particularmente en el impuesto a las empresas. Tiene muy poco espacio o nada. Chile es un mercado pequeño, está muy aislado geográficamente, no tenemos la tecnología ni la estabilidad política que ofrecen otros países. Alguien me puede decir, ¿si es que Chile pasa a la cabeza de los impuestos más altos del mundo, por qué alguien vendría a invertir a nuestro país?
-¿Han pedido audiencia para conversar con el ministro Marcel ahora con el proyecto sobre la mesa?
-El ministro Marcel va a terminar en breve la exposición de reforma tributaria en la comisión. Eso significa que a partir de la próxima semana vamos a empezar a recibir a los especialistas que van a dar su opinión respecto de los distintos aspectos de esta reforma, que tiene cientos de páginas, y allí vamos a tener el espacio para aterrizar las críticas y tratar de llegar a acuerdo en materias específicas. Pero va ser muy difícil que desde el Congreso salga una reforma tributaria acordada con nosotros y aún más difícil que salga una reforma tributaria que no genere un daño inmenso si es que el gobierno no renuncia a su idea a recaudar 4 puntos del PIB.
Pensiones: “No vamos a traicionar al 91% de los chilenos”
-De alguna manera la reforma tributara está muy ligada a la reforma de pensiones que ingresaría a fines de agosto, ¿cuál es su expectativa dado lo que está ocurriendo con la reforma tributaria?
-Es bien asombrosos que habiendo visto que los últimos presidentes de Chile fracasaron en su intento de generar un consenso para una reforma de pensiones, este gobierno que tiene aún menos apoyos en el Congreso haga anuncios que van a hacer imposible llegar a un acuerdo.
-¿Parte de esa base?
-Sí, cuando conocí los anuncios del gobierno, en el Diario Financiero, lo primero que pensé fue ‘este gobierno va a pasar a engrosar la lista de gobiernos que fracasaron en la idea de llegar a un acuerdo en pensiones’.
-¿Por qué tan categórico?
-A propósito del plebiscito se han hecho múltiples encuestas en cuanto a qué piensan los chilenos sobre el destino de sus cotizaciones adicionales. En la encuesta más baja, el 91% de los chilenos quiere que esa plata vaya a las cotizaciones individuales y que sea heredable. Y el gobierno quiere que los 6 puntos vayan a un fondo colectivo. Uno entiende que dejen el tejo pasado, pero esta propuesta más que dejar el tejo pasado genera la sensación de que este gobierno vive en la luna.
-Uno de los argumentos que se ha esgrimido para darle sentido a que esos 6 puntos adicionales vayan a ahorro colectivo es que no son de los trabajadores, sino de los empleadores, a su juicio, ¿tiene sustento?
-Es un argumento político con cero sustento económico; cualquiera que sepa de economía sabe, obviamente dependiendo de la elasticidad del bien del que estemos hablando, que parte del impuesto, porque esto se puede tratar como un impuesto, lo pagan los consumidores, en este caso los empleadores, o los trabajadores. Los precios se ajustan y en este mercado se van a ajustar los salarios y, por lo tanto, decir que esto solo va de cargo de empleador es completamente falso.
-¿Por qué?
-Es evidente que, desde una perspectiva de política pública, el trabajador no puede sufrir un detrimento en su ingreso y, en ese sentido, está bien que las cotizaciones adicionales las vaya pagando el empleador. Esa afirmación tiene sentido en el corto plazo, pero en el largo plazo los salarios se van ajustando y finalmente son los trabajadores los que terminan pagando esa cotización adicional. Lo cual hace aún más injusto que vayan a un fondo de ahorro colectivo. Chile tiene un problema de informalidad muy grande hoy día, si además le decimos a los trabajadores que les van a quitar s6 puntos adicionales de sus ingresos y que van a ir a un fondo colectivo, los incentivos a formalizarse serán muchos menos que los que existen en la actualidad. Además, vamos a estar haciendo solidaridad con las cotizaciones para las pensiones que son mayoritariamente de la clase media, porque las personas más ricas o no cotizan o lo hacen por un tope que es por debajo de sus ingresos.
-¿Y qué se hace entonces?
-Nos parece que un verdadero sistema solidario tiene que ser un sistema donde el aporte se haga con los impuestos generales de la nación, donde efectivamente los que tienen más pagan más y los que tienen menos pagan menos. No creemos en la solidaridad metiéndole la mano al bolsillo a la clase media.
-¿No hay ninguna posibilidad que una reforma de pensiones con los 6 puntos adicionales a ahorro colectivo pase con los votos de la UDI?
-No vamos a traicionar al 91% de los chilenos.