“No podemos dejar a los trabajadores chilenos sin reajuste”, sentenció ayer el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, luego que la Cámara de Diputados aprobara por 57 votos a favor, 23 en contra y 24 abstenciones, el veto presidencial mediante el cual el gobierno repuso su propuesta para reajustar el salario mínimo en 5,8%, equivalente a $ 182.000.
La frase pronunciada por el secretario de Estado, pasada las 13.00 horas, también terminó convirtiéndose en una suerte de vaticinio de lo sucedió al final de la jornada. Es que en la tarde, la sala del Senado le dio luz verde a la iniciativa que incrementa en $ 10.000 el sueldo mínimo y que se pagará de manera retroactiva a partir del 1 de julio.
Sin embargo, lo que el ministro sabía a esa hora, es que los senadores de la Concertación replicarían la medida adoptada por buena parte de los diputados del bloque, principalmente de las bancadas PS y PPD, quienes en una señal de que no obstruirían la aprobación del proyecto se abstuvieron en la votación, permitiendo así que se aprobara la propuesta, que por primera vez se vota mediante un veto presidencial.
Así, recurriendo a la misma lógica, en la reunión de coordinación que mantienen todos los martes a la hora de almuerzo, los senadores del bloque de oposición acordaron no votar la iniciativa y permitir que, incluso, algunos de ellos se retiraran de la Sala a la hora de la votación para reducir el quórum, de modo que el proyecto fuera ratificado sólo con los votos del oficialismo.
De ahí, que luego de tres semanas de discusión desde que el gobierno envío su proyecto al Congreso, ayer el Senado aprobó el veto por 17 votos a favor, cero en contra y ninguna abstención.
No a la obstrucción
Así las cosas, la decisión adoptada por la oposición fue explicitada por el jefe del comité de senadores de la Democracia Cristiana (DC), Andrés Zaldívar, a la hora de argumentar su voto. “Los senadores de esta bancada no vamos a votar, pero no vamos a impedir la aprobación. Sería una cosa que provocaría mayor daño, porque la gente no ganaría ni siquiera esos $10 mil más”, dijo.
El legislador, de paso, criticó la falta de voluntad del gobierno de haber hecho una mejor propuesta en materia de salario mínimo, y así haber evitado que el reajuste terminara despachándose a través de un veto sustitutivo enviado por el presidente Sebastian Piñera, luego que la propuesta original de La Moneda fuera rechazada en comisión mixta.
“Podríamos haber evitado el veto, siempre que hubiéramos tenido la posibilidad de llegar a un acuerdo sobre salario más real que el que trajo el gobierno”, dijo el parlamentario recordando que inicialmente el Ejecutivo planteó $ 180 mil, luego lo subió a $181.500 y finalmente sólo aumentó $ 500, pero que la diferencia con la Concertación y puntualmente su bancada, sólo se reducía a $ 1.000 más.
En la misma línea, el senador Camilo Escalona (PS), calificó el reajuste como “marginal” y acusó al Ejecutivo de actuar con una lógica de “estricta racionalidad política y de un resultado social discreto, porque $ 182 mil pesos no van a satisfacer a quienes va destinado”, dijo.
Por su parte, el senador Eduardo Frei (DC), sostuvo que “cuando el país está bien, cuando dicen que tenemos los crecimientos más altos de la historia y todas las cifras son espectaculares, por qué no les toca a los que tienen menos”, y recordó que en su gobierno se dieron reajustes por
sobre el 7% y 8% “y no se produjo aumento de desempleo”.
El ministro de Hacienda, al término de la jornada, se mostró “satisfecho porque vamos a llevar un alivio, (aunque) sabemos que este alivio nunca va a ser suficiente”, y lamentó que tema se haya terminado discutiendo a través de un veto “porque la oposición decidió llevar al gobierno a este extremo”.