Si bien aún no finaliza la investigación que está llevando a cabo la Fiscalía de Delitos de Alta Complejidad por la eventual manipulación de datos del Censo 2012, lo cierto es que ya hay algunas luces respecto a las primeras conclusiones a las que se está llegando.
Y hasta el momento, las diligencias y análisis realizados a la información recabada arrojarían, según fuentes cercanas al proceso, que tanto Francisco Labbé -ex director del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)-, como el ex jefe del proyecto Censo 2012, Eduardo Carrasco, habrían manipulado los datos levantados en el proceso, y que hubo omisión en las publicaciones.
Esto habría quedado acreditado tanto por correos electrónicos enviados por ambos funcionarios, como también por los datos del Censo que fueron entregados por el organismo.
Aún no existe claridad respecto a si se solicitarán formalizaciones, a quiénes, ni cuándo se podrían concretar, debido a que en el Ministerio Público aún esperan recibir informes específicos y de estadísticas.
De esta forma, ya estaría descartado que la eventual manipulación se hubiera generado en los mismos formularios.
Si se acredita el delito de falsificación de instrumento público e ideológica, la pena máxima a la que podrían ser condenados los imputados es de reclusión por hasta tres años y un día.
Según el Código Penal, artículo 198, “el que maliciosamente hiciere uso de los instrumentos falsos (...) será castigado como si fuera autor de la falsedad”. A esto se suma el artículo 193, que señala que “será castigado con presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado mínimo el empleado público que, abusando de su oficio, cometiere falsedad (...)”.
Qué habría pasado
Según se conoció la semana pasada, tanto Labbé como Carrasco serían los responsables de haber ordenado presuntamente sumar datos de viviendas que estaban en construcción e inmuebles deshabitados.
Luego, se habría informado como personas censadas a los supuestos habitantes, asignándoles un género, credo religioso, etnia, nivel de ingreso económico, entre otros antecedentes. Esto habría significado, por ejemplo, un aumento de habitantes de hasta 20% en algunas comunas de la Región Metropolitana.