En reiteradas ocasiones, las intervenciones de Andrés Allamand en la Comisión de Educación del Senado, comienzan con la frase "yo coincido plenamente con el senador Walker (DC)". A pesar de eso, adelanta que la posibilidad de acuerdo en la materia es imposible.
-¿Cómo ve el debate educacional que se está llevando en la comisión que integra?
-Ha dejado de manifiesto que este proyecto no requiere retoque menores, sino cirugía mayor. La semana pasada comparecieron los ex ministros de Educación, y el gobierno debiera tomar nota, al menos, de los ministros partidarios de la actual administración. Pero a los 15 minutos de sus exposiciones, los representantes del Ejecutivo ya habían rechazado todos los aportes formulados. El gobierno rechaza toda apertura a atender los argumentos que se le formulan, está completamente cerrado a escuchar.
-Pero la semana pasada Bachelet ratificó su disposición a dialogar e incluso hacerle ajustes a la reforma...
-No hay ninguna apertura real al diálogo. La presidenta Bachelet dice que está abierta a escuchar, pero su ministro hace exactamente lo contrario. Por lo demás, lo que señala la Presidenta es que el diálogo debe concentrarse en los propósitos del actual proyecto. Entonces, cuando Bachelet invita a dialogar, lo que hace es llamar a que todos firmen un contrato de adhesión a una pésima reforma.
-Si es que no hay "diálogo real", ¿cómo anticipa la tramitación en el Senado?
-Desde el punto de vista político, la tramitación legislativa de este proyecto es un fracaso rotundo del Mineduc y de quienes lo dirigen. En la Cámara el gobierno perdió absolutamente el control del mismo. No puedo anticipar lo que ocurra en el Senado, pero veo que la NM tiene opiniones muy diversas, pero al final del día, se imponen los sectores más radicalizados.
-¿Y eso dificulta un acuerdo con la derecha? En un principio usted era de los que impulsaba la idea de lograr un consenso amplio...
-Es que el actual proyecto no tiene arreglo, tiene un fundamento equivocado. El propio gobierno admite que no tiene información sobre si los colegios efectivamente lucran o no, por ejemplo. Es decir, el propio gobierno está legislando completamente a ciegas y esa es una gran irresponsabilidad.
-¿Cómo ve el rol que está jugando el senador Ignacio Walker (DC) en la comisión?
-Walker y la DC hacen su mejor esfuerzo, pero con cero acogida real por parte del gobierno y por el resto de la NM. Walker se declara, partidario de los arriendos y de mantener la selección por mérito, pero esa posición es tajantemente rechazada por los senadores Rossi (PS) y Quintana (PPD). En consecuencia, más allá de su buena voluntad, el resultado práctico de la DC, hasta ahora, es cero.
-¿Cree que si RN y la DC se acercan podrían tener una influencia más significativa?
-Independiente de los acercamientos o no acercamientos, el gobierno no ha mostrado ni una mínima disposición a reorientar el debate educacional. Simplemente está enceguecido con sacar adelante su proyecto, incluso, haciendo su máximo empeño para aprobarlo a una velocidad récord. Si el gobierno logra juntar los votos, deberá asumir las consecuencias de implementar un pésimo proyecto para Chile.
-Hay analistas que dicen que la oposición está pasando por un mal momento. ¿Cree que ha logrado poner sus puntos sobre la mesa?
-No cabe ninguna duda de eso. La reforma educacional hoy día tiene un enorme rechazo en la opinión pública. Eso es, precisamente, por la acción que han efectuado diversas organizaciones de la sociedad civil, de sostenedores y apoderados, justamente por el trabajo político que ha hecho la oposición.
-En esa línea, se les acusa de una campaña del terror...
-A diferencia de lo que cree la Presidenta, que cuando la gente está en desacuerdo con sus puntos de vista acusa de una campaña del terror, aquí lo que nosotros hemos hecho es informar a la ciudadanía.