La decisión de Claudia Peirano de “dar un paso al costado” y no asumir la subsecretaria de Educación, a una semana que estallara la polémica por su designación y dos días después que la misma presidenta electa, Michelle Bachelet, saliera a respaldarla públicamente, no solo sería “el primer tropiezo” de un gobierno que aún no asume, sino que se transformaría en una “mala señal” respecto de cómo la próxima administración enfrentaría a los grupos de presión.
A juicio de un grupo de analistas políticos contactados por DF, el episodio de la renunciada subsecretaria, además de evidenciar que el ciclo del movimiento estudiantil -abierto en 2011- “no se ha terminado”, también abre la interrogante sobre “el poder real” que tendría la próxima gobernante, al ceder -a juicio de algunos- a las presiones de los estudiantes.
“Lo que se entiende es que finalmente el movimiento estudiantil y los dirigentes fueron capaces de vetar a la subsecretaria, pese a que ella misma dijo que se identificaba plenamente con el programa. Es una mala señal para el futuro”, sostuvo al respecto el director ejecutivo de la encuesta Adimark GFK, Roberto Méndez.
En ese sentido, el experto es tajante en señalar que “el movimiento estudiantil tiene un poder real, que habrá que ver cómo se desarrolla en el futuro gobierno”.
Recordando Barrancones
Para el decano de la Facultad de gobierno de la UDD, Eugenio Guzmán (UDD), en esta polémica a su juicio “perdió” la presidenta electa, porque tampoco deja claro “si esto es parte de ceder en algo para no precipitar alguna situación posterior”, lo que deja más interrogantes que certezas.
De hecho compara este episodio con el “caso Barrancones”, pues cree que aquí se está dando “una señal de cierta debilidad”
Y agrega: “Si estamos hablando que Peirano participó en la confección del programa, y sabiendo eso el equipo de la presidenta la puso, la pregunta es que si al primer gallito se cede frente a las presiones, ¿quiere decir que ni siquiera se va a aplicar el programa, se va a aplicar lo que digan los estudiantes?”, se pregunta Guzmán, quien también advierte que “en un caso son los estudiantes, en otro los secundarios, en otro los portuarios y etc. El tema es que sin un golpe de autoridad y estar dispuestos a perder, uno no puede ganar y, en este caso, hay que perder cierto terreno”, sentencia.
Por lo mismo, dice que esta polémica genera otro problema al futuro gobierno y que es previo al estallido de eventuales futuros conflictos, porque “cómo vas a lograr mantener tranquilo a distintos actores que van a ir subiéndose paulatinamente a cada una de las demandas. Y entonces, ¿hasta dónde alcanzan los recursos económicos y políticos para poder administrar una situación como ésta si a la primera se cede? Si Bachelet que tiene del capital político el 60% de los votos, no está dispuesta a hacer un gallito, estamos en una situación complicada”.
La ficción
A su turno, el sociólogo y académico de la U. de Santiago, Alberto Mayol, advierte que “el error” cometido por la próxima administración “estuvo en intentar jugar al gallito cuando existía la posibilidad de perderlo. Si quieres hacer una prueba de fuerza y no la tienes, equivocaste el camino”, dice, subrayando que la salida de Peirano era inevitable pues “ya había pasado un poco impune la designación de (Nicolás) Eyzaguirre y no podían dejar pasar dos. Eyzaguirre no se ve con tan malos ojos a pesar de su escasa legitimidad para el movimiento”.
Además, acota que la mandataria electa “si bien tiene el apoyo ciudadano, no tiene fuerza. Porque el apoyo ciudadano a ella está basado en una ficción, en que la Nueva Mayoría integra al movimiento estudiantil y el movimiento estudiantil no integra la Nueva Mayoría”.
La fuerza, concluye Mayol, la mantiene el movimiento estudiantil, desde donde por lo demás valoraron el gesto de Peirano, asi como la designación de Quiroga.
Políticos tildan renuncia de necesaria y hasta "papelón"
Diversas reacciones generó en los distintos partidos políticos la renuncia al cargo de Claudia Peirano. El presidente del PS, diputado Osvaldo Andrade, sostuvo que "se han impuesto los prejuicios. Ella reconociendo su disposición a cumplir el programa comprometido en educación entiende que se ha suscitado un problema político y por eso presenta su renuncia".
El vicepresidente de la DC, diputado Fuad Chaín, sostuvo que "Peirano fue respaldada por la presidenta y la directiva DC, y ahora decide dar un paso al costado para evitar que se contamine el tema de fondo que es la reforma. Aquí ganó el programa de gobierno, eso es lo importante".
Para el diputado electo de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, lo sucedido entrega "una necesaria demostración de humildad, ella entiende que podía ser un obstáculo para los cambios que se pretenden impulsar y da un paso al costado". Explicó que "no es un placer o nos gusta hacer críticas respecto a las nominaciones, pero esto se pudo haber evitado. Esto cambia el escenario para los próximos meses de manera de enfocarnos en la reforma que se debe concretar".
En la Alianza, el diputado RN Cristián Monckeberg sostuvo que "lo sucedido es una pésima señal y un papelón de la presidenta electa. Da cuenta que cómo se maneja este incipiente gobierno. La autoridad de la presidenta queda por el suelo, porque por presiones de un grupo se cambia a una persona que piensa distitnto. No hay que engañarse acá ha quedado fuera una subsecretaria por pensar distinto, es una señal de alerta que da cuenta que será un gobierno complejo".
Los descargos de peirano
Flanqueada por el futuro titular de Educación, Nicolás Eyzaguirre, Claudia Peirano leyó una declaración en que reconoció que "mi designación ha sido polémica, para mí y para mi familia no ha sido fácil lo que hemos vivido en los últimos días. Se han dicho cosas injustas e incorrectas sobre mi persona". Por ello, le dijo a la presidenta que, dadas las condiciones existentes, "he decidido dar un paso al costado y no asumir como subsecretaria de Educación en marzo de 2014 (...) por la importancia de esta reforma para el futuro del país, sería muy difícil poder trabajar con todo el sentido de urgencia y la profundidad que el proyecto requiere, mientras las críticas se centran en mi biografía y no en los contenidos propios de la reforma".
Con todo, reafirmó su compromiso con la reforma educacional: "Creo firmemente que a través de la reforma tributaria va a ser posible entregar una educación gratuita y de calidad en todos los niveles. Asimismo creo que es necesario fortalecer decididamente la educación pública. Y también he llegado al convencimiento de que los centros educativos de todos los niveles deben ser gestionados sin fines de lucro".