Recta final: guiños al Frente Amplio y el apoyo del gobierno destacaron en accionar de Guillier

El 20 de noviembre los equipos del candidato Alejandro Guillier amanecieron con un nuevo aire y conscientes de que la etapa que comenzaba, tras asegurar su paso a segunda vuelta, era la más compleja, por lo que -tal como era previsible- otras figuras deberían tomar la posta de cara al balotaje.

Si bien el jefe de campaña, Osvaldo Correa (PR), había cumplido el principal objetivo, según algunos críticos “a duras penas”, había que reformular, corregir errores, perfeccionar lo que se había hecho bien, porque tras la primera vuelta se iniciaba la campaña para “la verdadera elección”.

También era evidente que había que despejar, o al menos disminuir al máximo, la permanente tensión entre el núcleo de hierro del candidato y el comando, que hizo ruido durante todo el proceso previo a la primera vuelta. Y dentro de la reestructuración había que poner especial atención a las comunicaciones, a cargo de Juan Andrés Lagos (PC), que si bien tuvo aciertos, como la franja paralela; cometió errores que un sector del equipo evaluó negativamente, como las permanentes críticas a la Concertación y a algunas de sus figuras emblemáticas, como el expresidente Ricardo Lagos.

Paralelamente, era un secreto a voces que la franja televisiva a cargo del publicista Juan Enrique Forch, amigo personal del candidato, no había cumplido las expectativas y que la idea del video de Juan Andrés Lagos, “salvó de alguna manera” el mal paso del famoso creador de la Franja del NO. ¿La solución de cara al balotaje? salió Lagos y Forch se hizo cargo de las comunicaciones. Adicionalmente, se contrató a la productora Quijote Films para elaborar la franja para la segunda vuelta.

Aunque el Partido Radical aspiraba a continuar con uno de los suyos en la primera fila, se tomó la decisión política de que el Partido Socialista que, pese a los malos agüeros tuvo el mejor desempeño electoral de la Nueva Mayoría en las parlamentarias, se hiciera cargo del timón en esta última y definitiva etapa.

Así es como el timonel socialista y senador electo, Álvaro Elizalde, tomó las riendas públicas de la campaña, pero también se hizo cargo de muchos de los contactos políticos con otras fuerzas, como el Frente Amplio. Al equipo de coordinación se unieron cinco mujeres, entre las que destacan las senadoras electas Yasna Provoste (DC) y Ximena Órdenes (indep. pro PPD) y la diputada Camila Vallejo (PC), quien fue incorporada más tarde para calmar la molestia del Partido Comunista.

Tras pasar a la segunda vuelta y reestructurar el comando “con figuras nacionales de alta votación, para darle más tonelaje político” -algo a lo que debió rendirse el candidato que no pierde ocasión para renegar de los partidos- se produjo uno de los hitos más relevantes de la campaña de segunda vuelta: “La incorporación manifiesta del gobierno”, que debe defender su legado.

“Esa relación gobierno-Guillier había sido un tanto difusa en la primera vuelta; en cambio, para la segunda vuelta la propia Presidenta ha instalado la consigna de que ‘no da lo mismo quién gobierne’, lo que da cuenta de que Guillier es el candidato de la continuidad”.

Así, previo al debate de Anatel, entre los equipos de Guillier “se generó un ambiente de más optimismo”, ya que se había producido el apoyo de Beatriz Sánchez y de Carolina Goic, además que el jefe programático Osvaldo Rosales terminó por cerrar el respaldo de varios reputados economistas, lo que permitió convencerse de que esa semana “cambió el clivaje” a favor de Guillier, “hasta el debate de Anatel”.

Están conscientes de que la participación del candidato no fue todo lo buena que esperaban, pero tienen la convicción de que eso se superó con la llegada de Pepe Mujica.

A estas alturas, admiten, que habría encuestas que en el mejor escenario le dan el triunfo a Guillier por 4 puntos y en el peor es derrotado por poco más de uno.