Lapidario es el análisis que hace el ex ministro de Economía y actual consejero de Libertad y Desarrollo (LyD), Juan Andrés Fontaine, sobre la marcha de la economía. Valida el diagnóstico que hizo el Banco Central en su último Informe de Política Monetaria (Ipom) del año, calificándolo como transparente. "Hizo un esfuerzo bien logrado de transmitir la gravedad de las dificultades por la que atraviesa la economía chilena y fue de un grado de transparencia poco habitual", sostiene.
Al mismo tiempo no duda en cuestionar las políticas impulsadas por el actual gobierno, las cuales califica como anti crecimiento, ya que privilegia la redistribución y no tiene medidas de corto plazo para reactivar la economía. Asimismo, centró su foco de preocupación en las presiones inflacionarias.
-El Banco Central presentó una serie de riesgos en su informe de política monetaria (Ipom) ¿Cuál de todo ellos es el más importante?
-Las preocupaciones que planteó el presidente del BC, Rodrigo Vergara en mi opinión son cuatro. La primera de ellas apunta a que la desaceleración ha sido más pronunciada que lo esperado y eso ha llevado a que la recuperación se ha retardado. Si bien hay factores externos presentes que influyen en ese hecho, el BC también en esta oportunidad fue más explícito que en otras oportunidades en aludir al deterioro de las expectativas de los empresarios y consumidores. En este punto dijo que las expectativas se frenaron debido a las interrogantes del programa del gobierno de Bachelet, por lo que recomendó el camino de los consensos para realizar reformas.
-El programa de gobierno ha afectado el crecimiento...
-Hay elementos del programa de gobierno que cabe preguntarse si no es reñido con el crecimiento económico. El programa actual no sólo ha sido implementado con cierta improvisación, atolondramiento o ideologismo, sino que también es que es un programa que prioriza objetivos diferentes al crecimiento como es la redistribución y objetivos como un mejoramiento a la educación que en el largo plazo pueda tener efectos positivos, pero que en el corto y mediano plazo no hay incentivos al crecimiento.
-El BC proyectó la inflación a diciembre de 2015 a 2,8% ¿ve riesgos de que no se cumpla esa estimación?
-Sí, y esta es precisamente la segunda preocupación que plantea el IPOM y ahí la explicación que entrega el BC es que si bien el alza de la inflación sería temporal, producto del traspaso del tipo de cambio y la política monetaria expansiva.
La proyección de inflación que entrega el ente rector la basa en el supuesto de que los salarios suban de acuerdo a la productividad, sin embargo, lo que ha ocurrido este año es que los salarios nominales han subido 5% mientras la productividad laboral está cayendo del orden de 1% y eso hace que los costos laborales estén creciendo del orden de 8%.
Asimismo, los bienes no transables, que no dependen del dólar, están subiendo cerca del 5% y esas dos tasas tienen que bajar significativamente en los próximos doce meses para hacer posible que se cumpla los pronósticos del BC.
Eso puede ocurrir pero debe haber políticas deliberadas para reducir costos o un enfriamiento drástico de la economía por lo que "no hay ninguna seguridad de acuerdo a las cifras actuales, para decir que el alza en la inflación sea temporal.
-¿Qué pasa si la inflación no cede? ¿Qué espacio tiene el BC para manejar la TPM?
-Lo que ha planteado el Banco Central es que no tiene mucho espacio para seguir bajando la tasa, ni tampoco para subirla, pero por lo menos mantenerla. Esa es una alternativa, pero no lo único ya que siempre es concebible una política más drástica.
Política monetaria
-¿Comparte el diagnostico que la TPM debe mantenerse en 3% en un período largo?
-Comparto que no hay espacio para seguir bajándola en el corto plazo, pero no descarto de que si el enfriamiento de la economía se acentúa y viéramos un brinco importante en el desempleo, ahí se podría abrir un espacio para una política más expansiva. Eso ahora no se está dando y por eso no hay espacio para intensificar la medicina expansiva del BC.
-¿Las proyecciones de consumo e inversión que entregó el BC les parecen adecuadas?
-La proyección de consumo del orden de 2% me parece razonable, dado el escenario de malas expectativas. En cuanto a la inversión, se espera un crecimiento marginal y es consecuencia del mal ambiente provocado por las reformas. De todas formas, no pierdo la esperanza de que el gobierno con mejores señales cambie esta tendencia y me parece que un indicio de eso es lo que ha pasado con la licitación de los contratos de suministro eléctrico en los últimos días.
-En este punto ¿qué señales debe entregar el gobierno para mejorar las expectativas?
-Destrabar proyectos y procesos. Más que anuncios, lo que se requiere son hechos, y el gobierno a lo que debería abocarse es a sacar adelante proyectos de inversión que están estancados y a hacer modificaciones que den certeza jurídica de todo tipo. El gobierno está consciente de esta situación, pero no hay avances concretos hasta ahora.
-¿Ve factible que se logre el crecimiento 2,5% y 3,5% el próximo año, tal como lo proyecto el Banco Central?
-Es probable que esté más bajo de 3%, eso es algo razonable. Creo que esa pesadumbre en las expectativas, especialmente de los empresarios, es fácilmente remontable, con señales positivas. La que es más difícil de remontar son las expectativas pesimistas de los consumidores y especialmente se va a alimentar con el inevitable aumento del desempleo.
-Ahora bien, ¿qué pasa si el precio del cobre efectivo cae de los US$ 3 la libra y el crecimiento efectivo se mantiene bajo, terminará afectando el crecimiento potencial?
-Claro, porque se nos hace más difícil el financiamiento de la inversión, y como eso limita la inversión y el crecimiento. Hay un riesgo a eso, por lo que el gobierno se debe priorizar la inversión y trabajar en eliminar o reducir los cuellos de botella para iniciar proyectos de inversión.
Laboral: no se trata de postergarla, pero debe ser más pro empleo
-La próxima reforma que enviará el gobierno al Congreso será la laboral, ¿es clave cómo se se realice para no afectar las expectativas?
-En este momento iniciar una discusión para elevar los costos laborales fortaleciendo los sindicatos para que puedan negociar colectivamente o impedir el reemplazo a huelga es agregar una dificultad adicional a las expectativas.
-Considerando el escenario económico ¿es partidario de postergarla?
-No se trata de postergarla, sino que de hacerla más pro empleo. Una reforma que cree mecanismos de jornada más flexible para dar empleo a sectores que están fuera de la fuerza de trabajo cómo los jóvenes y mujeres. Esta es una reforma que tiene como objeto endurecer la mano de los sindicatos en la negociación colectiva y eso puede favorecer a los trabajadores que lograr conservar su empleo, pero perjudicar a otros que no están en la cesantía o tienen un trabajo precario.
-¿La implementación de la reforma tributaria sigue generando incertidumbre?
-Me parece inconveniente que las autoridades de Hacienda y del SII no hayan participado de forma más activa en difundir la normativa de la reforma tributaria aprobada y han dejado espacio para interpretaciones, que a mi juicio, son reñidas con el espíritu de la ley.
Y ese es el caso de la norma antielusión, que se prestaría para que el Servicio de Impuestos Internos objetara la reinversión de utilidades de activos financieros por parte de sociedades de inversión y de empresas. Hay otros aspectos más que deben ser revisados.
-¿Ve factible un cambio a la reforma tributaria?
-Sigo pensando que el gran problema de la reforma tributaria es el alza excesiva de la carga impositiva para las empresas y en especial, para la reinversión de utilidades. Eso es una parte incorregible del proyecto pero a futuro deberá ser necesario revisar ese aspecto.
-¿Y ve posible un cambio en la carga tributaria?
-Sí, es conveniente buscar un mecanismo que no implique desalentar la reinversión y generación de empleo.
La tasa de impuesto de 27% es alta en cualquier parte del mundo. Hay otro aspecto que ha sido planteado en el debate y apunta a la complejidad de la convivencia de dos sistemas tributarios, por lo que no descarto avanzar en modificar este sistema para simplificarlo.