Todas las encuestas indican que este domingo Evo Morales sorteará sin dificultades su tercera elección presidencial, e incluso, podría superar el 64% de votos que obtuvo en 2009. En la campaña el tema de la demanda por salida soberana al mar presentada en contra de Chile ante La Haya, no fue un elemento central, según coinciden analistas bolivianos, aunque sí le trajo créditos políticos al acercar posiciones a electores más conservadores y reacios a la figura del ex líder cocalero. Y en ello, la figura del ex presidente y férreo opositor en su momento, Carlos Mesa, como vocero de la causa marítima paceña jugó un rol clave.
A juicio del analista y escritor boliviano, Fernando Molina, Evo Morales intentó generar durante este último tiempo una sensación de unidad, haciendo ver que su figura representa a un líder nacional. Y en esa estrategia el nombramiento de su ex rival político se enmarca en esa línea, y en la intención de acercar a votantes más escépticos hacia su administración: “el presidente se quiere mostrar como el gran aglutinador del país, el hombre que es capaz de crear un proyecto nacional, por primera vez en la historia y está tratando de incorporar a todo el mundo, incluyendo a las elite políticas anteriores, que habían sido opositoras.
El mar funciona para atraer personalidades como Carlos Mesa, que en algún momento estuvo muy enfrentado a Evo y ahora es el embajador especial de Bolivia para difundir la causa marítima”, explica el académico. En ese sentido, agrega Molina, el discurso de Evo Morales en septiembre pasado ante las Naciones Unidas se enmarca dentro de la política de Estado que asumió el tema en el país altiplánico, pues recibió un apoyo transversal. Y en esa línea, desde el punto de vista comunicacional, la aparición en todas las portadas de los diarios de Evo Morales y Carlos Mesa, el día después de la presentación del vídeo de los ex presidentes que hiciera el gobierno chileno, criticando la arremetida chilena, fue una gran señal en esa intención de recuperar confianzas con los sectores más opositores y acaparar más apoyo electoral de cara a las elecciones de este domingo: “esta imagen de ambos juntos tiene un efecto de atracción a ciertos votos que no se atrevían al dar el paso de apoyar a Evo y que ahora sí lo harían”, sentencia el analista. Esto -agerga- se ha reflejado en las encuestas de apoyo, por ejemplo, con un aumento de adhesión en Santa Cruz, zona históricamente “anti evo”.
En ese contexto, el tema de la demanda, más que generar divisiones entre los cinco aspirantes a la presidencia, fue un factor de unidad, bajo una visión de Estado. Así, por ejemplo, el procurador general de Bolivia, Héctor Arce, hizo un llamado al inicio de la contienda electoral a no ocupar el tema marítimo, pues no se podía generar un clima de “guerra sucia” propia de las elecciones. En ese aspecto el analista chileno-boliviano Sergio Molina sostiene que es mal visto quien se oponga a la demanda por salida soberana al mar: “es muy difícil que alguien critique el contenido de la demanda, más bien se respalda, se considera que es una política de Estado. Quien rompe con eso generalmente no le va muy bien”, indica.
La voz disidente
El único candidato que durante la campaña criticó públicamente el accionar de Palacio Quemado fue el democratacristiano, Jorge Quiroga, quien en el debate que se llevó a cabo el pasado 29 de septiembre, sin la presencia de Morales, esgrimió que la ilegitimidad de la reelección de Morales, también restaba cierta legitimidad a la demanda ante La Haya, emplazando al gobierno a cumplir con la ley en el propio suelo boliviano: “Hay que apoyarnos como bolivianos, ahí no tenemos diferencia. Quiero pedir al Presidente que para demandar justicia afuera hay que cumplir aquí adentro”, expresó en el candidato opositor.
Fernando Morales, sí apunta un matiz. Expresa que en el plano hipotético de haber ganado las elecciones el empresario Samuel Doria Medina, el más cercano en las encuestas , la actitud hacia Chile podría flexibilizarse, aunque ello no significaría retirar la demanda: “Si cambiara el gobierno habría cambios, pero igual se continuaría la línea maestra del Estado en cuanto a la demanda” finaliza.