Eduardo Engel es economista y carga con varios doctorados a su espalda. Respetado por sus pares, es hombre de pocas palabras pero grandes conocimientos. Fundador y presidente de Espacio Público, centro de estudio e investigación que se inaugurará a comienzos de agosto, comparte allí techo e ideas con un grupo destacado de profesionales, entre los cuales se encuentran Alejandro Aravena, Alberto Arenas, Eduardo Bitrán, Luis Felipe Céspedes, Dante Contreras, Francisco Javier Díaz, José de Gregorio, Pablo Simonetti y Andrés Velasco.
No es menor la presencia femenina con figuras como Nicola Borregaard, Nicole Nehme, Andrea Repetto, Marcela Ríos y Florencia Torche y otras académicas, jóvenes y muy preparadas, que están dando vida a un nuevo centro de estudios preocupado esencialmente de las políticas públicas de largo plazo. Reposado y tranquilo a la hora de expresar sus planteamientos, fue llamado hace poco a cooperar en la elaboración del programa presidencial de Michelle Bachelet.
- ¿Qué motivó el nacimiento de Espacio Público?
- A pesar de todos los avances que Chile ha experimentado, el salto a un desarrollo equitativo e inclusivo no se producirá de manera espontánea. Por el contrario, los desafíos que enfrentamos son cada vez más complejos y las soluciones están lejos de ser evidentes. Fue así como a fines del 2011, varios profesionales, de centro y de izquierda, decidimos formar Espacio Público, buscando contribuir a enfrentar exitosamente estos desafíos, en una perspectiva de largo plazo, fomentando y enriqueciendo el debate, a través de investigaciones rigurosas e independientes y la elaboración de propuestas de política pública en los ámbitos que estimamos más urgentes y relevantes. Ya llevamos casi un año trabajando en seis áreas específicas y, luego de los trámites de rigor, estamos en condiciones de inaugurar nuestra fundación, lo que se hará el 5 de agosto.
- ¿Quién los financia?
- Qué bueno que lo preguntes porque es un tema que discutimos mucho. ¿Cómo nos financiamos de manera de que no quede duda respecto de nuestra total independencia al momento de elegir los temas que abordamos y cómo los abordamos? Evitar los conflictos de interés nos pareció un asunto clave, teniendo en cuenta que la ciudadanía se ha puesto cada vez más exigente en los temas de transparencia. Decidimos no aceptar ningún financiamiento dentro de Chile, más allá de la contribución de los fundadores para echar a andar la fundación. Es así como en este momento nuestro financiamiento viene de dos fundaciones extranjeras, ambas cercanas a las ideas social-demócratas, INET en EEUU y la Fundación Sainsbury del Reino Unido.
- ¿Cuáles serán las prioridades?
- Tenemos trabajos avanzados en seis temas: política energética, inequidad e ineficiencia en salud, segregación escolar, calidad de vida en ciudades, políticas de consumidores y participación democrática. Además, estamos en proceso de iniciar trabajos en cuatro temas adicionales. El que tenemos más avanzado y donde haremos propuestas hacia fines de agosto, es en el ámbito de las políticas de consumidores. Optamos por abordarlo porque nos pareció bastante ignorado a pesar de su importancia. Tuvimos suerte. Cuando el fallo sobre Cencosud y el consiguiente fin de la candidatura de Golborne pusieron este tema en el tapete, teníamos bastante avanzado nuestro trabajo.
- ¿Ya hay algunas conclusiones?
- Nuestro diagnóstico es que uno de los principales problemas es que el Sernac no posee facultades fiscalizadoras ni reguladoras, lo cual lleva a que opere principalmente vía denuncias mediáticas, con poca perspectiva de largo plazo. A lo anterior se agrega que, en lugar de complementarse, frecuentemente el Sernac y las superintendencias o subsecretarías sectoriales interfieren una con otra en la labor de defensa de los consumidores. Nuestra propuesta, en líneas generales, apunta a darle más poder al Sernac y, al mismo tiempo, cambiar el diseño institucional de modo de terminar con los incentivos para una exposición mediática excesiva. También apuntamos a modificar la legislación de modo que el Sernac y las agencias sectoriales que comparten responsabilidades en temas de consumidores se complementen en lugar de entorpecerse.
Los desafíos a futuro
- ¿Cuáles son los grandes desafíos para el próximo gobierno?
- Chile tiene desafíos de un país de ingresos medios, no del país pobre que éramos hace treinta años. El país fue creciendo, se fue desarrollando, pero sus instituciones no fueron de la mano con ese desarrollo. En años recientes hemos tenido manifestaciones masivas y exigencias de cambios importantes y el sistema político no ha sido capaz de recoger estas demandas ni menos de encauzarlas. Parte del problema es el sistema binominal. También está la falta de transparencia en el financiamiento de la política. Y tenemos una institucionalidad de partidos políticos que funcionó razonablemente bien por veinte años, pero que no fue evolucionando con el desarrollo del país y que hoy está haciendo agua. Los ejemplos, varios de ellos recientes, sobran.
- ¿Y en él ámbito económico?
- Hay demandas importantes por redistribución de las cuales hay que hacerse cargo. Por ejemplo, dado nuestro nivel de desarrollo, me parece importante un aumento sustancial del gasto en educación, lo que requiere un financiamiento responsable con una reforma que incremente los impuestos. También hay desafíos importantes para mejorar la productividad.
- ¿Es necesaria entonces una reforma tributaria?
- Sí, es imprescindible. Es uno de los nuevos temas que abordaremos en los próximos meses en Espacio Público. Estamos encargando los trabajos que servirán de base para propuestas que esperamos hacer durante el primer semestre de 2014. Abordaremos varias aristas del tema tributario, algunas que han estado en la discusión reciente, otras que no. Entre las primeras está el impacto de la estructura tributaria sobre el ahorro y la inversión. Entre las segundas, está la importancia, dado el nivel de desarrollo en que estamos, de mejorar nuestra institucionalidad fiscal, por ejemplo, con una agencia independiente que, ante cualquier propuesta tributaria, evalúe su impacto distributivo, cuánto recaudaría, su impacto macroeconómico, etc. Varios países desarrollados tienen agencias de este tipo, los informes que generan son confiables y contribuyen a una ciudadanía más informada y, por ende, a una mejor política tributaria.
- Cuál es tu percepción de cómo se está analizando el tema hoy…
- La discusión que hemos tenido en temas tributarios no ha sido enriquecedora, ni el año pasado, ni este año. Aumentar los impuestos del 20% al 23% del producto, que es lo que propone Bachelet, no justifica, a mi juicio, la reacción un tanto destemplada que han tenido la mayoría de la derecha. Es un cambio significativo, no cabe duda, pero es perfectamente consistente con el nivel de desarrollo que hemos alcanzado.
- Siempre el Estado tiene necesidades que cubrir. ¿Cómo velar para que éste utilice bien los fondos de todos los chilenos?
- Es importante que los nuevos recursos se gasten bien. Parte importante irá a la educación, por lo cual es importante que estos fondos contribuyan a una educación de mayor calidad, a reducir las desigualdades, a una sociedad menos segregada y más justa.
- Se han mostrado diferencias en el propio comando de Bachelet sobre la magnitud de una reforma tributaria…
- No creo que las posiciones de los técnicos de centro izquierda sean dramáticamente distintas. Creo que hay consenso respecto de la necesidad de aumentar la recaudación tributaria. Puede haber matices, si son dos puntos y medio o tres puntos del producto pero, hay claridad que se requiere un incremento significativo.
- ¿Compartes lo señalado por el ministro de Hacienda que una reforma tributaria profunda afectaría la inversión?
- No la comparto. Para la etapa de desarrollo en que está Chile, una reforma tributaria como la que estamos considerando, bien llevada y ojalá con una derecha que participe constructivamente en su diseño, puede ser una fuente importante de estabilidad y de crecimiento futuro.
Los dos desafíos que plantea el tema energético
- Un gran tema de futuro es el de la energía. ¿Han avanzado en ello?
- Sí, es un tema vital en que estamos trabajando. Prepararemos una propuesta en base a varios trabajos que encargamos a un destacado grupo de investigadores, Annie Dufey, Iván Poduje, Ronald Fischer y Carlos Silva, expertos en temas de participación ciudadana, de competencia, de desarrollo territorial y de energías renovables no convencionales. Aquí, hay dos desafíos: la necesidad de generar más energía para los próximos años y a un costo razonable y, por otra parte, una ciudadanía más exigente que demanda mecanismos consensuados de participación. El desafío es compatibilizar estos objetivos. La buena noticia es que Chile no es el primer país en enfrentar esta situación, por lo que es posible tomar las experiencias de otros países y adaptarlas a nuestra realidad.
- ¿Han analizado la viabilidad de Hidroaysén?
- No estamos estudiando proyectos específicos, sino pensando en qué tipo de institucionalidad se requiere en general.
- Si bien Espacio Público proyecta su accionar en la generación de políticas públicas a mediano y largo plazo, algunos de sus fundadores -tú mismo- han sido llamados a formar parte del equipo de Bachelet. ¿Cómo se concilian ambos roles?
- Buena pregunta. Las propuestas que haremos desde Espacio Público tienen una perspectiva de largo plazo, por lo cual no nos centramos en las restricciones políticas del momento. Si un gobierno, o un programa de gobierno, recoge alguna de nuestras propuestas, deberá adaptarla a las prioridades del momento y a los objetivos específicos que persigue. Luego, aunque algunos temas puedan coincidir, el énfasis al abordarlos en un centro de estudios y en el diseño de un programa de gobierno, son bien distintos.
"Si me ofrecieran un cargo en el gobierno, no lo aceptaría"
- Llama la atención que los socios fundadores de Espacio Público no apoyaran públicamente a uno de sus miembros, Andrés Velasco...
- Eso no es correcto. Varios fundadores apoyaron a Andrés Velasco, entre ellos Luis Felipe Céspedes, Alejandro Aravena y Pablo Simonetti. Lo que sí hubo fue una decisión unánime del directorio de que yo, como presidente, no apoyara a ningún precandidato para darle garantías a todos de que seríamos ecuánimes.
- Llegado el momento de cubrir cargos gubernamentales de importancia, miembros de centros similares al de ustedes como Cieplan y Libertad y Desarrollo se vaciaron para incorporarse a la coyuntura. ¿Tienen previsto aquello?
- Esa es una preocupación válida, efectivamente pasó bajo la Concertación con Cieplan y volvió a pasar con LyD bajo el gobierno actual. Hemos convocado a un grupo de muy buenos profesionales, poco más de cien si sumamos los fundadores y la red de Espacio Público, de modo que aun si algunos participan en un eventual gobierno de Bachelet, sería un número reducido.
- Y, en lo personal ¿asumirías responsabilidades de gobierno?
- He tomado la decisión de seguir como presidente de Espacio Público por varios años, para darle continuidad a la conducción en esta etapa fundacional, por lo cual, en la eventualidad de que se me ofreciera un cargo de gobierno, no lo aceptaría. Estoy convencido que el grano de arena que puedo aportar en políticas públicas es a través de Espacio Público y de mis labores como profesor de la Universidad de Chile.
En materia de empleo "el gobierno ha hecho poco"
- ¿Cómo evalúas el éxito de la política macroeconómica del gobierno de Piñera?
- Para ser concretos tomemos las cifras de empleo y partamos por los datos. Según el INE, la creación de empleo durante los años 2010, 2011 y 2012 fue, aproximadamente, de 500 mil, 200 mil y 100 mil empleos, respectivamente. ¿Qué explica este crecimiento? ¿Qué explica que se diera principalmente durante el 2010, al comienzo de este gobierno? Se debe, en parte importante, a que veníamos saliendo de una recesión.
Durante las recesiones se destruyen empleos y cuando la economía se recupera, en un primer momento hay un crecimiento importante porque la recuperación de los niveles de empleo anteriores a la recesión es más fácil. A lo anterior se agrega un cambio metodológico que comenzó a operar el 2010, que pone menos exigencias para que alguien sea calificado como ocupado, de modo que la creación verdadera de empleo durante 2010 fue menor que los 500 mil empleos reportados.
No sabemos cuánto menor porque el INE no tomó los resguardos para hacer la estimación correspondiente. Entre las contribuciones que los gobiernos pueden hacer a la generación de empleo, a mi juicio este gobierno ha hecho poco, en particular, no hizo la reforma laboral que prometió durante la campaña del 2009.
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