El exministro de Economía de la segunda administración Bachelet, Luis Felipe Céspedes, pasa sus días en Nueva York. Allí ha residido desde que en enero pasado comenzó a dictar clases en Columbia como profesor visitante, rol en el que se está repitiendo el plato, porque ya en 2018 comenzó a colaborar en el máster de políticas públicas, específicamente en teoría e implementación de políticas macroeconómicas.
El también académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez aborda desde Estados Unidos su visión de la coyuntura local, cuestiona abiertamente el trato de parte del Ejecutivo a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadíticas (INE) y cree que el Gobierno “debe ser muy prudente en esta materia”, aunque valora que se retome el proyecto que le tocó enviar para incrementar la autonomía del ente estadístico.
- ¿Cómo ha visto el debate por las cifras del INE?
- Parte del problema en materia de cifras de empleo se da porque el marco muestral no está actualizado. Eso se debe a que en su momento no se pudo utilizar las cifras del Censo 2012. Y en materia de salarios, el ministro del Trabajo aseguró que el crecimiento de los salarios es más dinámico que el que muestran las cifras del INE comparando dos fuentes que cubren universos distintos. En consecuencia, dicha comparación no se ha hecho con el rigor que uno esperaría.
- ¿Ha sido correcto el tono de algunas autoridades?
- No lo ha sido. El INE no es un organismo independiente del Gobierno. Cuando un ministro pone en duda la legitimidad de las cifras del INE genera, consciente o inconscientemente, una presión política. Si el INE responde a la controversia diciendo que va a realizar ajustes metodológicos, alguien podría preguntarse si dichos ajustes responden a la presión política o si son técnicamente justificables. Este clima no le hace bien a la confianza que debe existir en las estadísticas.
- ¿Cómo ve que ahora se le dé prioridad al nuevo INE?
- Hubiese sido aconsejable darle prioridad desde un principio, pero es positivo que el gobierno haya decidido avanzar en esta materia. Creo que debiese ingresar las indicaciones al actual proyecto que considere razonables y acelerar su aprobación.
- ¿Qué le parece la decisión de impulsar el proyecto que usted tramitó cuando fue gobierno?
- El proyecto avanzó en el parlamento con el apoyo de distintos sectores. Tanto en la Comisión de Economía de la Cámara como en la del Senado, junto con los parlamentarios de la entonces oposición y gobierno, se consensuaron perfeccionamientos al proyecto. Por lo mismo, creo que es un proyecto que cuenta con el consenso necesario para avanzar rápidamente. Cuenta, además, con un aumento importante de recursos para que el INE pueda llevar adelante las tareas que la ley le está encomendando.
- ¿Es un tema únicamente de recursos o también de cómo se configura su independencia del gobierno?
- El proyecto le entrega plena independencia para desarrollar su tarea. Las autoridades del INE dejan de ser funcionarios de confianza del Presidente de la República y, por lo tanto, solo pueden ser removidos por causales establecidas por ley. Tal como ocurre hoy con el Fiscal Nacional Económico o los miembros de la Comisión para el Mercado Financiero. Y tal como lo recomiendan los estándares internacionales.
Menos recaudación
- Usted fue invitado a exponer sobre el proyecto de modernización tributaria, ¿cuál es su visión, qué puntos destaca y cuáles le preocupan?
- El proyecto reduce la recaudación neta. Hay medidas que incluso no fueron cuantificadas teniendo un impacto en recaudación. Otras recaudan menos de lo que se señaló inicialmente. Así lo reconoció el propio Gobierno. A lo anterior tenemos que sumar que la reforma de pensiones que presentó el Ejecutivo compromete gastos que no están financiados en el futuro. La responsabilidad fiscal es un activo de nuestra economía. No podemos debilitarla.
Por otra parte, las medidas propuestas reducen la progresividad del sistema tributario cuando uno de nuestros desafíos como país es reducir la desigualdad. Y en materia de atribuciones del SII, hay medidas que tienden a debilitarla. Es perfectamente razonable buscar simplificar el cumplimiento tributario, pero no debilitarlo. Hay aspectos positivos como la tributación de servicios digitales y la obligatoriedad de boleta electrónica.
- El informe de los asesores técnicos de oposición recomendó no aprobar la idea de legislar, ¿qué tendría que cambiar para destrabar ese punto?
- Me parece que lo que los asesores técnicos han señalado es que el Gobierno no ha aclarado algunos efectos clave de la reforma en materia de recaudación y progresividad del sistema. Y, dado eso, es difícil seguir avanzando en la discusión técnica y, en particular, en potenciales medidas compensatorias.
- El gobierno dijo estar abierto a revisar exenciones, ¿es suficiente?
- Si bien el gobierno tiene la iniciativa legislativa en materia tributaria, no tiene mayoría en el Congreso, por lo tanto, debe negociar y modificar aspectos de la propuesta si quiere avanzar en su aprobación. Ese es un dato de la realidad.
La oposición ha dicho que no disminuir la carga tributaria y no retroceder en materia de progresividad son elementos básicos para un acuerdo ¿Está el Gobierno dispuesto a considerar medidas alternativas en torno a eso? Esa es la discusión de fondo.
"El desafío de nuestra economía sigue
siendo potenciar los factores estructurales"
- ¿Qué rol cree que jugaron las expectativas en el desempeño económico visto el año pasado?
- Sin lugar a dudas, las expectativas mejoraron. Factores externos jugaron un papel importante, como ocurrió con otros países exportadores de materias primas. En todo caso, el gobierno fue demasiado optimista sobreponderando los factores domésticos. En cualquier escenario, el desafío de nuestra economía sigue siendo potenciar los factores estructurales de crecimiento.
- ¿Podemos seguir optimistas hacia adelante?
- Estamos enfrentando un escenario externo donde los riesgos están sesgados a la baja. A la incertidumbre respecto de la guerra comercial entre EEUU y China y el Brexit se suma que los datos recientes de China muestran una desaceleración mayor a la esperada. El crecimiento en Europa ha sido menor al esperado. Todo lo anterior ha llevado a la Reserva Federal a ajustar su estrategia de retiro del estímulo monetario a un modo de mayor cautela. En nuestra economía estamos teniendo un ajuste moderado de expectativas. En todo caso, el período a tener en cuenta sobre crecimiento externo es 2020-2021.
- ¿Por qué?
- Parte de lo que hemos visto en materia de desacople del crecimiento reciente de EEUU y el resto del mundo se basa en la baja de impuestos de Trump, cuyo impacto no es sostenible. Y a pesar de este estímulo fiscal, las tasas de interés han estado por debajo de lo que se esperaba. Lo anterior es una señal de una dinámica de crecimiento global subyacente más moderada. Cuán moderada es, todavía una incógnita.
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