El enredado proceso de venta que enfrenta Telefónica en Chile
A fines de 2019 en Madrid, Telefónica decidió salir de toda América, menos Brasil. Sus operaciones podrían ser enajenadas como bloque, solo por país y hasta por unidades de negocios. Todo está sobre la mesa.
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Cada cierto tiempo, la noticia vuelve a surgir: Telefónica Chile está en venta. Pero ahora, sí que sí, parece que va en serio.
Hacer caja y concentrarse en los negocios más relevantes para el gigante español son las metas que se propusieron a fines de 2019. Además de España, donde son los líderes indiscutidos, Alemania, Reino Unido y Brasil, es donde se han concentrado las últimas compras y fusiones, y son a la vez los mercados donde Telefónica quiere estar, según ha dicho su presidente, José María Álvarez-Pallete.
El resto, donde se incluye Chile, está todo en un gran “veremos”. Las opciones sobre la mesa son todas: vender por parte las unidades de negocio en el país, paquetizarlas con otros países que sean interesantes y a buen precio para un comprador, salir a bolsa y dejar que más entren a la propiedad de los activos de toda Latinoamérica. O simplemente, entregar las operaciones desde México a Chile, excepto Brasil, llave en mano.
Y para Latinoamérica, donde crearon la unidad Telefónica Hispam, es Laura Abasolo la mujer clave del proceso. La directora de finanzas del grupo y presidenta de la unidad de Latinoamérica excepto Brasil es la encargada de operativizar la búsqueda de alternativas. La ejecutiva es considerada en la firma de telecomunicaciones como una de las principales colaboradoras y más cercanas a Álvarez-Pallete en todo el mundo.
La secunda el CEO de la operación de Telefónica Hispam, Alfonso Gómez, un ejecutivo que conoce bien la zona. Antes se hizo cargo de México y Colombia, y está sentado en el directorio de Telefónica en Chile.
Roberto Muñoz, CEO de Telefónica en Chile.
Para llegar a Madrid, hay que pasar por Gómez, dicen cercanos a los operación. Además, los asesores financieros de Citi y Morgan Stanley han sido clave. Eso sí, las unidades de M&A de Nueva York han sido las más involucradas en el proceso, más que las oficinas regionales que tienen ambos bancos en Latam.
En Chile, el gerente general Roberto Muñoz es el único que se ha involucrado en todo el proceso. Es más, dice un conocedor de la operación, en un principio, de Muñoz habría sido la idea de vender o buscar un socio estratégico para su unidad más rentable, y donde más espacio por liderar tienen, la fibra óptica hogar. Movistar tiene más del 50% del mercado a nivel nacional y más de 500 mil clientes en esta tecnología.
Sin embargo, esa idea no convence del todo a la matriz, la que en el último tiempo estaría interesada en un todo o nada en la región. Vender por parte, afirman, resta valor al paquete completo y es complejo quedarse operando los negocios menos atractivos, pero más caros.
Al interior de Telefónica en Chile Muñoz lo ha reiterado: pase lo que pase, van a seguir trabajando como siempre. Clave fue, por ejemplo, la postulación que hicieron para quedarse con una parte de la licitación para el 5G en Chile. Y además, que las inversiones en fibra óptica no han parado, y las proyecciones son tener al 100% de país conectado al 2025.
Y en Madrid tienen una evaluación positiva del ingeniero civil industrial en cómo ha conducido este proceso. Incluso, con los trabajadores ha tratado de mantener las comunicaciones lo más fluidas posibles.
El directorio le ha encargado mantener al tanto de la información pública y que se pueda compartir para generar la menor cantidad de incertidumbres. De hecho, hace unas semanas, cuando celebraron el aniversario 140 de Telefónica Chile, Muñoz fue claro en su discurso: Hay que seguir, estamos invirtiendo y vamos a seguir.
En dicha celebración, virtual por supuesto, estuvieron ex autoridades de la empresa, además de mensajes de Mario Kreutzberger e Iván Zamorano.
Sin embargo, hay algo con lo que los eventuales interesados en comprar una parte de la firma, o toda, juegan a su favor. Telefónica ha mostrado demasiadas cartas.
Saben que pasa por problemas de caja, que la matriz definió que Latinoamérica no era un mercado clave y que hay una serie de asuntos pendientes que podrían hacer subir o bajar el precio de la operación en Chile. Por ejemplo, lo que pase con la licitación de 5G, cuyos resultados debieran conocerse en febrero, serán clave para valorizar la empresa.
Además, como hay negocios no atractivos, si Telefónica insiste en vender todo el paquete, exigirán un descuento por comprar las unidades menos rentables y que son un lastre, como telefonía fija hogar, y las conexiones a internet con tecnología antigua (ADSL).
Lo que juega a su favor, dicen en el mercado, es que no estarían apurados. Después de todo, 2020 no habría sido un año terrible en Chile. La gente, como nunca antes, necesitó el servicio de telefonía, internet y televisión en la casa. Y ante problemas que presentó VTR, por ejemplo, Movistar fue agresivo en ir a captar esos clientes y poner fibra óptica en cuanto lugar se pudiera.
La danza de nombres de interesados no ha parado. De los que más se han nombrado son Claro, del mexicano Carlos Slim, que es el segundo más grande en Latinoamérica, justamente tras Telefónica. Pero ese gigantismo es lo que complica al grupo en varios mercados: quedarían como dominantes absolutos en varios países y las legislaciones de libre competencia serían una traba.
El otro candidato idóneo, dicen en el mercado, es Liberty Latinoamérica, controladores de VTR en Chile. El problema para este grupo es que está altamente endeudado. Ya pagaron US$ 250 millones para quedarse con los activos de Cabletica en Costa Rica en 2018, y otros US$ 500 millones el año pasado por Telefónica en Costa Rica. Para ambas operaciones, fue VTR la sociedad que se endeudó.
Es más, una señal clara de que el grupo tiene otras expectativas del uso de su caja en Chile, es que no acudió a la licitación de 5G de la Subtel. Otros, con cierta intención, dicen que esa es una señal en torno a Telefónica.
VTR no concursó por 5G, pero Movistar sí. Ergo, si la española gana espectro, para VTR le haría mucho más sentido comprar el negocio móvil de Telefónica, donde VTR no ha logrado un tamaño interesante: Movistar tiene 6 millones de clientes móviles y VTR poco menos de 300 mil.
Novator, el fondo dueño de WOM es otro de los interesados naturales en parte de los activos, como la fibra óptica. Entel, dicen conocedores, se habría bajado de la carrera. Millicom, el cuarto actor regional en telecomunicaciones también suena como interesado, aunque no habrían hecho ofertas vinculantes. Es más, ellos estuvieron a punto de quedarse con la operación en Costa Rica de Telefónica, pero se arrepintieron a último minuto y se la adjudicó Liberty.
Un ejecutivo comenta que el grupo Luksic también estuvo interesado en hacerse con una parte de la operación a principios del año pasado, que envió a uno de sus emisarios a cotizar, pero que los números no le hicieron sentido. El grupo ya estuvo en la industria, cuando por allá por los 90’ era controlador de VTR.
Otro de los nombres que ha salido al ruedo es el del fondo LinzorCapital, quienes compraron Mundo Pacífico en 2019.
Aunque Telefónica no le ha puesto plazo a la venta, el tiempo corre.