La filóloga y lingüista española que busca acercar a las mujeres al mundo digital
La fundadora y líder de MujeresTech, relata su historia y acercamiento con el mundo tecnológico, además de analizar los principales desafíos que enfrenta la brecha de género en la industria digital.
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La filóloga española y doctora en lingüística teórica y aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid, Cristina Aranda, es una de las pocas representantes de su campo que se ha especializado en Inteligencia Artificial (IA).
Oriunda de Huesca, es cofundadora y CEO de Big Onion, una empresa de servicios y consultoría para negocios digitales y TI, de Spain AI Aragón, una red y comunidad de IA, y de MujeresTech y Aliados, una asociación que busca dar visibilidad a las mujeres en el sector digital.
La experta visitó Chile para participar en noviembre en la sexta edición del Summit Redmad (Red de Mujeres de Alta Dirección Pública), “HumanAI: El factor femenino en un mundo artificialmente inteligente”, donde expuso sobre la importancia de la diversidad y complementariedad de género en las nuevas tecnologías y cómo las bases de datos causan problemas de sesgo en la IA.
“La inteligencia artificial no es inclusiva. Es necesario contar con esa diversidad de identidad, sobre todo de género, de orientación sexual, racial y demás, pero también esa diversidad cognitiva y de formación de profesionales”.
Aranda contó que su primera opción era estudiar teatro en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid. No quedó, pero ingresó a estudiar Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid, donde obtuvo su doctorado en lingüística teórica y aplicada. “Como dice Muñoz Molina, el autor, los obstáculos del camino hicieron mi propio camino”, dijo.
“Resulta que empecé a estudiar, tuve muy buen profesorado de lingüística y dije: ‘Ostras, que los hablantes hacemos muchas cosas con el lenguaje. Persuadimos, convencemos a través del lenguaje publicitario’. (…) Ahí empecé el training (entrenamiento) de la J. Walter Thompson de redactora creativa, donde tuve mis inicios laborales”, comentó.
Al mismo tiempo que partía su camino profesional como redactora creativa, se desempeñaba como jugadora y entrenadora de tenis, período en el que realizó su tesis doctoral sobre “cómo los hablantes creamos e interpretamos nuevos nombres de marca”. Esta fue una de las primeras tesis de naming en el área del branding o del marketing que genera nombres de marca.
“Muchas de las cosas que investigué, que estudié y que planteé en esa tesis, las estoy aplicando hoy, en hacer que las máquinas entiendan nuestro lenguaje, el procesamiento del lenguaje natural con sistemas expertos basados en ontologías, como Knowledge Graph y cosas de estas que aplicamos en el uso de la tecnología”, explicó la lingüista.
Hacia el mundo digital
Aranda señaló que realizar un curso de posicionamiento de SEO fue el “momento Tinder” que le permitió relacionar la lingüística con el ámbito tecnológico. Esto la llevó a cursar un máster en Internet Business en el Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI), para luego trabajar en el desarrollo de software.
Su paso por la empresa Intelygenz (desarrollo de software e IA) construyó los primeros cimientos de su formación en el procesamiento del lenguaje natural, específicamente en el área de inteligencia artificial.
Después de una vasta carrera asesorando a diferentes empresas y aseguradoras en el ámbito de la automatización de procesos, en 2021 formó Big Onion, un equipo de consultores experimentados en innovación con foco en el negocio digital, quienes auditan, diseñan, ejecutan y forman equipos para estrategias de tecnologías exponenciales o proyectos digitales, a través de “la ética, el humanismo y el sentido del humor”.
Brecha de género
En 2015, junto a Sara Alvarellos y Pablo Rodríguez, fundó MujeresTech y Aliados, como una respuesta ante la falta de diversidad de género en la industria tecnológica, tanto en el desarrollo de software como en el ámbito digital.
Según Aranda, la brecha de género impacta de manera significativa en la toma de decisiones que se realizan en este tipo de empresas.
“La inteligencia artificial no es inclusiva. Es necesario contar con esa diversidad de identidad, sobre todo de género, de orientación sexual, racial y demás, pero también esa diversidad cognitiva y de formación de profesionales”, comentó la experta.
Añadió que existe un déficit “bestial” de capital humano femenino en la industria digital y que no se han generado cambios en las brechas de género para este sector.
“Falta mucho marketing. Las mujeres no sabemos que podemos dedicarnos a esto; mujeres y hombres. En España, por ejemplo, cada vez más la gente joven no quiere hacer ingeniería informática, entonces el reto es increíble porque estamos perdiendo mucho poder competitivo”, señaló.
De acuerdo con la filóloga, los principales retos para el futuro están en la cultura, la formación y la educación multinivel de estas tecnologías, desde etapas educativas hasta las empresas y las instituciones públicas.
También enfatizó en la necesidad de regular la IA “porque quienes regulan al día de hoy no saben de qué va la inteligencia artificial. (…) Esto es el far west, no hay regulación”.