Inesperadamente, el estallido social, primero, y la pandemia, después, fueron catalizadores de un importante crecimiento en la actividad de consultoría a empresas en transferencia tecnológica, innovación y analítica de datos.
“Partimos de la base de que la consultoría no es de primera necesidad para las empresas y pensamos que podría venir una contracción para nosotros; pero no fue así, en realidad se nos vino una avalancha, ha sido un muy buen período”, relata Moureen Valdés, gerenta de Consultoría de New Genesis.
Ingeniera comercial de la UAI y experta en data analytics, cuenta que New Genesis es vista por las compañías como un soporte para la mejora continua, necesaria para habilitar lo que quieren hacer a futuro. “Apoyamos nuestra propuesta de valor a partir del área de analítica de negocios y con respuestas desde el área las áreas de innovación y transferencia tecnológica”, explica. También han avanzado en la vinculación con el ecosistema de investigación y desarrollo, sobre todo centros y universidades.
-¿Hay requerimientos que se repiten más recurrentemente? ¿Se podría hacer una especie de ranking de los problemas más habituales en la empresa?
-Particularmente con la pandemia, y también con el estallido, nos ocurrió que se repitieron los temas de revisitar la estrategia del negocio; responder a si, como empresa, queremos seguir haciendo lo mismo, con el mismo propósito y con los mismos procesos. Se dio mucho lo de revisar estructuras organizacionales, modelos de gestión de cambio, nuevas formas de trabajo. Eso lo vimos transversalmente en minería, en educación, en salud... Diría que, más que problema, un desafío fue que las empresas comenzaron a cuestionar sus modelos de negocio.
-¿Eso se mantiene hasta hoy o es una etapa que ya ha terminado?
-Hoy día, y dado que ha pasado un poco la vorágine del estallido social y la pandemia, se ha bajado más a lo táctico operativo. ¿A qué me refiero con eso? Dado que ya se definieron estas directrices más estratégicas, están más bien orientadas a ver cómo esto lo llevan a la implementación; por ejemplo, qué tecnologías deberían adoptar para materializar este propósito que volvieron a definir.
Lo que sigue más permanentemente en las empresas es la mejora continua.
-¿Las empresas en general decidieron mantener su estrategia y propósito o más bien optaron por redefinir lo que estaban haciendo?
-Varias, las más tradicionales, la mantuvieron su propósito, pero la mejoraron en el sentido de incluir conceptos como sostenibilidad; seguridad, sobre todo en el pilar de las personas; empezaron a aparecer la gestión del cambio, gestión del talento; el preocuparse de cuál es mi estructura óptima para poder operar, si remoto o híbrido o presencial; cuáles son los cargos críticos.
Por lo tanto, si bien puede ser que el propósito sea el mismo, la forma de operar, en el cómo, en los procesos, en la estructura y en el quiénes, hubo más variaciones y redefinición.
-La transferencia tecnológica y la innovación como parte de la gestión de la empresa, ¿qué tan desarrollada está en Chile?
-La innovación y la transferencia tecnológica son mundos distintos que, si bien se complementan, funcionan y tienen brechas un poco distintas. En innovación vemos que hay harto espacio. Las empresas están viendo desde definir qué entienden por innovación hasta cómo bajar un modelo, que puede ser abierto o más cerrado, las personas a cargo, cómo se van a relacionar con el ecosistema. Hay una diversidad de formas de hacer innovación y aunque aún es lento, lo que sí vemos es que es una preocupación creciente en las empresas.
-¿Pero es algo importante? Suele criticarse que las empresas invierten muy poco en innovación.
-Creo que, si bien el crecimiento ha sido lento, como decía, sobre todo si nos comparamos con Estados Unidos o Europa, en los últimos dos años se ha acelerado, a veces por una actitud proactiva y otras porque eventualmente lo necesitas para sobrevivir, y revisitar el propósito o cuestionarse los procesos ya es una forma de innovar. También hoy hay más espacios de colaboración entre distintos actores para impulsar estos temas y hay políticas y agentes gubernamentales que lo impulsan bastante.
Obviamente se sigue sintiendo que es lento, pero creo que hay muchos más esfuerzos y ganas y también mucha más gente participando en esto. Por ejemplo, en las universidades, hoy hay más desarrollos que tienen probabilidad de transferirse al mercado o a alguna empresa. Si antes de 20, uno mostraba potencial, hoy son tres o cuatro.
Más mujeres
-A ustedes como consultora, les fue bien entonces en este nuevo escenario.
-Sí y ha sido bien inesperado. Cuando fue el estallido y ya después la pandemia, partimos de la base de que la consultoría no es de primera necesidad para las empresas y pensamos que podría venir una contracción para nosotros; pero no fue así, en realidad se nos vino una avalancha, ha sido un muy buen período.
-¿Han seguido creciendo?
-Este año fijamos un presupuesto exigente como equipo y vamos bastante bien contra ese presupuesto, incluso ya lo estamos superando en algunas líneas de negocio. Tenemos también una empresa saludable financieramente. Eso ha sido parte del trabajo interno que hemos hecho, porque nosotros también aprendemos de nuestros clientes.
Ha sido un desafío crecer en volumen. Pasamos de seis, siete personas, a 20 más consultores asociados externos. Los proyectos también son más complejos. Ha sido un desafío que el crecimiento sea sostenible y ahí es fundamental la construcción de equipos de alto desempeño y nosotros también adoptar procesos de mejora continua.
-Internamente también tienen una política de tener más mujeres en la consultora.
-Se ha dado de manera natural, la consultoría es una industria bastante masculina, como la mayoría de la industria en nuestro país y en el mundo, pero de manera natural han ido ingresando nuevas ingenieras a nuestro equipo y hemos visto que eso ha generado un impacto bien positivo en la forma de abordar los proyectos. No digo que lo dé el género, pero sí se establecen otro tipo de conversaciones.
Y aunque no podemos establecer una correlación, sí hemos visto que nos ha ido mejor y al menos se cumple esa máxima que sale en la bibliografía, que cuando hay un gran porcentaje de mujeres a las empresas suele irles mejor. A nosotros sí nos ha pasado.