Las nuevas líneas de trabajo del Centro de Investigación e Innovación de Viña Concha y Toro
Inteligencia artificial para nutrición de vinos blancos y para mantenimiento predictivo de planta de envasados, mejoramiento genético de plantas, y nuevos productos como vino bajo en grado alcohólico, son parte de sus investigaciones más recientes.
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Con el objetivo de generar casos de innovación a través de investigación vitivinícola aplicada, la Viña Concha y Toro creó en 2014 el Centro de Investigación e Innovación (CII), el que hoy está en pleno desarrollo de su plan estratégico quinquenal 2021-2025 con nuevas líneas en cinco programas.
Emplazado en la comuna de Pencahue, corazón del Valle del Maule, el CII cuenta con más de 1.500 metros cuadrados de instalaciones como laboratorios químicos y de biología molecular, una bodega experimental y un centro de extensión. El presupuesto anual del que disponen es de US$ 3 millones.
Además, emplea a unas 30 personas, entre ellos, nueve doctores (PhD) y otros seis tesistas, un aspecto “crucial” para los casos de éxito que han tenido en los casi nueve años del centro, según su director, Álvaro González.“Si quieres abordar el desafío de la innovación basada en ciencia con componentes de investigación y desarrollo, lo primero que necesitas es el capital humano avanzado y tener investigadores que sean capaces de plantearse las preguntas relevantes para llegar a nuevos conocimientos”, dijo el ejecutivo.
Nuevas líneas
El plan estratégico del CII -que culmina en 2025- establece cinco áreas de trabajo y en cada una de ellas, hay líneas de investigación en curso que verán la luz los próximos años.
En el área de sustentabilidad y circularidad, están trabajando en nuevas tecnologías de compostaje y en cómo optimizar la aplicación del compost; en nuevos biofertilizantes y en cómo secuestrar más carbono con buenas prácticas.
González comentó que en el eje de industria vitivinícola inteligente, buscan aplicar modelos matemáticos e Inteligencia Artificial (IA) a problemas agrícolas y enológicos.Destaca la nutrición inteligente de vinos blancos y la creación de una nueva plataforma para las plantas de envasado, con el fin de hacer mantención preventiva y evitar fallas y paralizaciones.
En recursos genéticos y sanidad digital, investigan cuáles son los nuevos materiales vegetales que se están generando en el mundo y cómo adaptarlos para aplicación en sus viñas. También trabajan en un refuerzo de material vegetal con microorganismos benéficos para mejorar genéticamente las plantas para su adaptación al entorno sin cambiar sus propiedades.
En el área cambio climático y calidad de vino, adelantó que junto con Vinos de Chile, están trabajando en transferir parte de los desarrollos a la industria.
También están estudiando los principales terroir (suelos) que la viña tiene en el país, desde el punto de vista geológico y de calidad de vino “para revelar los atributos cualitativos e identitarios de cada uno de estos viñedos”, comentó González.
Y en el quinto eje, consumidores y productos, están desarrollando distintas líneas para generar productos más atractivos para distintos segmentos de personas, como vinos bajos en grado alcohólico.
Casos de innovación
Además de las investigaciones, el CII ya cuenta con casos de innovación que hoy ya están siendo aplicados por Viña Concha y Toro.
González destacó a Smart Agro, una plataforma lanzada en 2022 que contiene distintos aplicativos, entre ellos, uno que entrega recomendaciones de riego de viñedos de forma más precisa a través de una tecnología micrometereológica.
La temporada pasada se realizó un piloto de la tecnología en 1.160 hectáreas, el que logró, según González, un ahorro de agua de 18% -unos 500 metros cúbicos por hectárea- equivalente al consumo humano de unas 7.900 personas al año. Tras estos resultados, expandirán la superficie de uso de la aplicación.
Otro aplicativo de la plataforma es el uso de inteligencia artificial para pronosticar los volúmenes de cosecha de la viña meses antes, lo que sirve para preparar la logística que conlleva almacenar las uvas.
También desarrollaron Smart Winery, una plataforma que interactúa e integra otras herramientas tecnológicas de la empresa para optimizar los procesos de vinificación y usar de manera más eficiente las capacidades de las bodegas, digitalizando los procesos de vendimia.
González también destacó el proyecto Plantas 2.0, un mecanismo que utiliza la tecnología del QPCR -la misma que detecta el Covid-19- que detecta 13 virus y cinco hongos de la madera, lo que permite prolongar la vida útil de la planta y ser más resistente al cambio climático.
El año pasado hicieron la primera plantación de las nuevas plantas libres de virus y hongos en Casablanca y están a la espera de obtener una certificación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
Además, el CII colabora con el spin off de Viña Concha y Toro, Ecnólogy, una plataforma que ofrece cursos y que está dedicada a las experiencias y programas de educación en torno al vino. Para ellos crearon un taller complejo de estándares aromáticos y un kit para complementar la experiencia educativa.