Lab4u crea nueva área corporativa para masificar sus laboratorios móviles y atraer talento desde la educación escolar
Ya cuentan con cinco clientes, dos empresas extranjeras Boeing y Cemex, además de las chilenas SQM y Entel, además de Fundación Olivo.
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La bioquímica chilena Komal Dadlani y el ingeniero Álvaro Peralta fundaron en 2013 Lab4U, una startup que transforma celulares inteligentes en instrumentos útiles para hacer experimentos de física, química y biología e incorporar conocimientos de manera vivencial.
Con la idea de seguir innovando, anunciaron una nueva unidad de negocio, Lab4U Corporations, para trabajar con grandes corporaciones del mundo y de Chile, generado por la creciente demanda de capital humano especializado en el área científica y la necesidad de estas compañías de aportar en las comunidades en las que están insertas.
“Nos empezaron a contactar empresas por el impacto que veían de nuestra solución en la sociedad educativa y que esto puede tener en el futuro de la fuerza laboral”, dice Dadlani desde San Francisco en Estados Unidos.
La bioquímica explica que esta nueva área busca, por una parte, ser una solución para que las compañías tradicionales creen herramientas para atraer el talento y de alguna forma puedan competirles a empresas líderes como Facebook, Google o Apple; y por otro, para que comiencen a relacionarse con las nuevas generaciones, quienes serán los nuevos consumidores y están ávidos por negocios más sustentables.
“Cuando partimos con esta idea lo veíamos como la manera tradicional de las empresas de hacer marketing, pero cuando un alumno dijo que quería trabajar en Boeing, se nos ocurrió medir el impacto con un experimento enfocado en aeronáutica que podía motivar a miles de estudiantes a enfocar su futuro hacia la ciencia, ingeniería y tecnología”, señala Dadlani.
La nueva solución, en la que están trabajando desde hace más de un año, funciona igual que los laboratorios móviles, Lab4Physics, Lab4Chemistry y Lab4Biology, con la diferencia de que es un “BrandedLab” que customiza todos los experimentos de estas tres materias para luego desarrollar el conocimiento científico ajustado a cada empresa.
Entre los clientes que ya usan la solución, están Boeing y la cementera mexicana Cemex. En Chile comenzaron a trabajar hace unos meses con SQM, Fundación Olivo y Entel.
Con SQM tienen un proyecto en 11 colegios del norte del país para entregarles conocimientos y experimentos relacionados con la industria química minera.
Junto a Entel iniciaron un piloto con la Fundación Belén Educa para implementar proyectos enfocados en ingeniería y telecomunicaciones.
De aquí a fin de año planean sumar al menos a cinco nuevos clientes corporativos y a principios de 2022 otros cinco adicionales.
Aterrizaje en Silicon Valley
En 2015, dos años después de haber fundado la startup de educación, Dadlani y Peralta se trasladaron a Silicon Valley en Estados Unidos, ya que la empresa de videojuegos Zynga invirtió US$ 50 mil, cuando -según la bioquímica- “eran un Power Point”.
La instalación en EEUU fue para Dadlani una estrategia de validación del modelo de negocio y del producto que estaban diseñando, ya que si querían generar un impacto global tenían que escalar.
“Los primeros años en EEUU fueron de mucha investigación y desarrollo (I+D), de enfocarse en el diseño, que fuera amigable para los estudiantes y los profesores. Hicimos muchos pilotos, incorporamos los sensores del celular, luego los experimentos prediseñados”, cuenta la emprendedora.
En 2016 lanzaron Lab4Physics y consiguieron sus primeros clientes, los que no estuvieron exentos de inconvenientes porque comenzaron a pedirles que sus experimentos tuvieran alineamiento curricular, lo que se sumó a que los celulares estaban prohibidos en las salas. “Nadie quería nuestra app, pese a que ahorrábamos millones en implementos y equipamiento. De igual forma hemos logrado competirles a los textos escolares”, afirma Dadlani.
En 2019 incorporaron el laboratorio móvil de química, incluso patentaron una tecnología que permite transformar el celular en un colorímetro -los que tienen un valor entre los US$ 500 y US$ 1.000 en el mercado- que con visión computarizada y machine leargning calcula la concentración de una solución líquida coloreada.
Pandemia y crecimiento
Pese a la incertidumbre y problemas que surgieron en la industria por la pandemia, la startup registró un crecimiento de 200%, generado en gran parte -según Dadlani- porque se acabó la restricción de los celulares, ya que este se convirtió en el aula de clases. Incluso, lanzaron en 2020 Lab4Biology. “Nos llamaban colegios de todos lados, no dábamos abasto”, señala.
En estos ocho años de operación, sus laboratorios móviles han sido utilizados por más de 100 mil estudiantes en diversos países y hoy trabajan con 38 colegios de Chile, México y EEUU, con más de 7 mil estudiantes activos.