Idemax Science, el nuevo proyecto del exministro Couve con Rosario Navarro
Al alero de la consultora Idemax, ligada a Rosario Navarro, creó Idemax Science, una firma spin off para propiciar la investigación y desarrollo en el sector privado.
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Tras concluir su período como ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación en 2022, el biólogo, Andrés Couve, retomó sus labores académicas en la Universidad de Chile.
Cuenta que volvió a la Facultad de Medicina y que está trabajando en una iniciativa en la Facultad de Gobierno para crear un laboratorio de ciencia y gobierno para reflexionar acerca de cómo se vincula la ciencia y la política.
En paralelo, desde octubre de 2022, viene trabajando en un nuevo proyecto junto con la consultora de innovación Idemax, cuyos socios son la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro, Andrés Amaral y Diego Uribe.
“Tenemos barreras culturales que existen en cada uno de los actores del ecosistema local. Son instituciones bastante rígidas y eso aplica para las empresas, el Estado y también la academia”.
Se trata de Idemax Science, que define como un spin-off de la consultora, el que tiene como principal objetivo articular el ecosistema existente y los actores clave para propiciar la Investigación y Desarrollo (I+D) en las empresas. Adelanta que están piloteando las primeras ideas antes de su lanzamiento oficial.
En entrevista con DF, Couve aborda las principales aristas de este nuevo proyecto y cómo será su modelo de trabajo.
- ¿Qué busca con la creación de Idemax Science?
- Estoy absolutamente convencido de la necesidad de promover la investigación y desarrollo e innovación en el sector productivo con el claro propósito de diversificar nuestra economía hacía productos y servicios que tengan un mayor valor agregado que se base en el conocimiento científico.
- ¿Cuál será el modelo de trabajo?
- Venimos piloteando las primeras ideas y el modelo se basa en que este pequeño equipo se vincule con investigadores de la comunidad científica, de innovación y emprendimiento para ir en búsqueda de soluciones a problemas complejos que tienen las empresas, en principio, por un modelo de consultoría.
Tenemos algunos proyectos en curso y estamos avanzando para tener una cartera más amplia. Este modelo nos permitirá conocer a las empresas y saber cuáles son sus problemas para generar nuevas oportunidades, viendo lo que hacen en otros países, como visualización de tendencias, tener residencias de investigadores en empresas, proyectos I+D vinculados al centro del negocio, entre otros.
- ¿En qué se diferencia su propuesta de la de otros espacios de vinculación entre la academia y la empresa que existen en Chile?
- Son complementarios. Si ves una visión más general, tenemos un ecosistema formado por el mundo de la academia, privado, público y sociedad civil. Y es uno en que no vive del antiguo paradigma de que solo en la academia se producía conocimiento. En Chile este ecosistema necesita estar muy conectado con harta colaboración.
- ¿Definieron áreas prioritarias para acelerar el desarrollo de soluciones este año?
- Hay algunos vectores que están dados por grandes desafíos planetarios, me gusta decirles urgentes e ineludibles. Por ejemplo, en temas de la crisis ambiental, estamos empezando a buscar soluciones con jóvenes que están armando fondos de inversión para tecnologías limpias.
La otra arista está vinculada con mi expertise personal, que son las ciencias de la vida. Ahí vemos desafíos en temas biomédicos, biotecnológicos y alimentarios.
Después están los temas de la ciencia de datos, la inteligencia artificial y sus derivados.
- ¿Cuáles son las barreras para que ocurra esta vinculación?
- Tenemos barreras culturales en cada uno de los actores del ecosistema local. Son instituciones bastante rígidas y eso aplica para las empresas, el Estado y también la academia. Hay que trabajar para cambiarlo y creo que hay buenos ejemplos cuando el cambio cultural proviene del liderazgo y permea en el resto. Pero también se necesitan incentivos para lograrlo.
Incentivos a la I+D
- ¿Cómo evalúa la gestión actual del ministerio de CTCI?
- Hemos tenido un recambio de ministros que no contribuye a que las políticas públicas sean de continuidad ni políticas de Estado. He trabajado de cerca con la ministra Aisén Etcheverry, la conozco muy bien y es una mujer muy capaz. De lo que se ha comunicado, hay muy buenas noticias con la reactivación de los centros de investigación y el énfasis en temas espaciales, oceánicos y antárticos, que iniciamos en nuestra administración y ciertamente necesitan de un empuje por largo tiempo.
La continuidad, por ejemplo, de la Política Nacional de Inteligencia Artificial con nuevos socios internacionales me parece una buena señal.
Después de este período de rotación creo que con la ministra Etcheverry estos lineamientos de más largo plazo surgirán nuevamente.
- ¿Ve probable que el Gobierno logre la meta de llegar al 1% del PIB en inversión en I+D al final del período?
- Hoy tenemos un presupuesto de aproximadamente el 0,34% del PIB que va a I+D. Los países que lo han incrementado se han demorado unos 20 años en alcanzar un presupuesto de esa naturaleza y la composición proporcional es de un 70% del sector privado y el restante del público. Nosotros estamos bajo y la proporción es al revés, el Estado pone la mayor parte.
Para alcanzar el 1% se requiere aumentar la inversión pública, pero el desafío mayor es cómo se incrementa el aporte privado. Por ahí pasan incentivos para que se concrete esa meta. Por ejemplo, que la infraestructura tecnológica pueda ser usada por el mundo de la investigación, pero también por la empresa. Nuestra ley de incentivo tributario es un buen instrumento, pero necesitamos que se use masivamente. Entonces, diría que el 1% lo pongo más bien como una consecuencia de una serie de acciones que son de financiamiento, regulatorias y de incentivos que nos van a permitir avanzar gradualmente.