Desde el 1 de septiembre la Fuente Mardoqueo se inscribió en la lista de los restaurantes que han vuelto a abrir sus puertas en la comuna de Las Condes, pero esta vez en un nuevo local ubicado en Roger de Flor en la comuna de Las Condes y sólo con delivery y retiro en el local.
Luego de cinco meses sin funcionar, debieron adaptarse a la nueva realidad para abrir sus cocinas, lo que hoy los tiene atendiendo a un 25% de su capacidad. "El delivery actualmente representa el 40% del total de nuestras ventas", sostiene Álvaro Peñafiel, dueño de Fuente Mardoqueo, contando que para eso han debido adaptar el negocio y potenciar las ofertas a través de PedidosYa, con quienes trabajan de manera exclusiva.
Estuvieron cinco meses sin funcionar producto de la pandemia, lo que les significó perder cerca de US$ 1 millón en ingresos y se vieron obligados a aplicar la Ley de Protección al Empleo con sus trabajadores.
"Con la reapertura hemos podido reincorporar a un porcentaje de las personas que manteníamos en suspensión laboral, pero tenemos una gran cantidad en suspensión todavía", dice Peñafiel, agregando que esa situación actualmente les permite operar sólo con el 25% del personal.
Medidas sanitarias
Cuenta que la inversión que han debido hacer para cumplir con las normas sanitarias ha sido baja, ya que el uso de mascarillas, guantes, pediluvios en las cocinas, y presencia de dispensadores de alcohol gel en los locales, por nombrar algunos ejemplos, lo venían incorporando desde antes de la pandemia, "en una mentalidad que apunta a que nuestras cocinas sean prácticamente un quirófano".
De todos modos, debieron instalar un tipo de cortapaso para separar al cliente de la cajera. Para eso, pusieron un mesón, una caja con tomapedido, y un vidrio separador.
Por otro lado, se encuentran entregando packaging totalmente reciclable, para reforzar sus medidas sanitarias: los cubiertos son de madera, el porta sandwich de bambú y la bolsa 100% de papel.
Peñafiel cuenta que actualmente están ofreciendo un 50% de los productos de la carta, que consta principalmente de lomitos, churrascos y hamburguesas. Además, confiesa que desde la apertura el negocio ha ido lento, pero progresando poco a poco, acorde al progresivo desconfiamiento.
Si bien están atendiendo al 25% de su capacidad como la autoridad lo dispone, "me encantaría que pudiéramos cerrar la calle y poner mesas afuera para recibir a más clientes", comenta Peñafiel, para lo que enviaron un proyecto a las autoridades competentes en busca de autorización.
Asimismo, dice que se encuentran totalmente preparados para abrir sus puertas a capacidad máxima tan pronto como la autoridad así lo permita.
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