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DF Lab Opinión / Esfuerzos tecnológicos “Made in Chile” en riesgo

"La propuesta constitucional tiende a discriminar, ya que diferencia entre el intelecto de una obra artística a el intelecto de una invención científica".

Por: Por Patricio Jarpa, gerente general de Nanotec Chile | Publicado: Lunes 11 de julio de 2022 a las 09:13 hrs.
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Nuestro país se ha destacado por realizar un esfuerzo constante los últimos 10 años para fomentar la innovación a través de diversos organismos, tales como Corfo, Conicyt, la misma Inapi y recientemente el Ministerio de Ciencia y Tecnología, que entre todos parecieran empujarnos a sobresalir entre los países que van a destacar en innovación para su futuro. Antes que todo somos el número 48 del mundo en solicitudes de patentes, muy por debajo de Argentina, con el número 34. Sin embargo, la propuesta de nueva Constitución podría derribar todos los esfuerzos de la última década.

 La razón es que declara de manera cínica el derecho a la propiedad intelectual e Industrial, es decir, no declara de manera expresa y clara la propiedad sobre una posible invención o genialidad industrial que una persona o a un científico se le pueda ocurrir con grado de novedad. No así para invenciones u obras de carácter intelectual artístico.

 En concreto,  la propuesta constitucional tiende a discriminar, ya que diferencia entre el intelecto de una obra artística a el intelecto de una invención científica. Para dar un ejemplo,  la diferencia entre una escultura en piedra de alto valor artístico y una vacuna contra una enfermedad como el Covid. Evidentemente, hay gran intelecto en ambas pero las externalidades son diferentes.

 Ante esto,  imaginemos que los constituyentes quisieron de buena fe asegurar que en el intelecto de la vacuna se asegure que sea de bien público y no dejando expreso que el único dueño y con exclusividad es el científico. Esto suena razonable, dado que la escultura no tiene realmente el valor público de la vacuna, pero el problema de estas políticas poco claras es que no prosperan, no motivan y no incentivan a generar movimiento en innovación e intelecto científico.

 Siempre es positivo generar alta motivación y altos incentivos a los intelectuales, es imprescindible eliminar de su camino las amenazas de expropiación o falta de reconocimiento que se merecen. Estas malas políticas sólo provocarán ahuyentar el conocimiento y científicos que preferirán patentar en otros países con garantías claras, y eso también es razonable y no hay que ser un artista para entenderlo.

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