Cambio cultural y regulación, las retos de las universidades para llevar sus investigaciones al mercado
Pedro Bouchon (UC), Lorena Martínez (UCSC) y Anil Sadarangani (Uandes) analizan la relación academia-empresa y la necesidad de avanzar en una ley de transferencia tecnológica, y se refieren a las últimas innovaciones aplicadas surgidas al alero de cada casa de estudio.
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Como necesaria. Así califican tres líderes de universidades en investigación e innovación, avanzar hacia una ley de transferencia tecnológica, uno de los dos retos de las casas de estudio para llevar la investigación académica al mercado, junto al cambio cultural de quienes la realizan.
Si bien han existido esfuerzos para sacar adelante una legislación, por ahora poco es el avance. No obstante, en su primera cuenta pública el ministro de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, Flavio Salazar,señaló que dentro de sus prioridades está fomentar un proyecto de transferencia tecnológica para “democratizar el conocimiento”.
El director de investigación de la Universidad Católica (UC), Pedro Bouchon, quien participó en discusiones de cara a un futuro proyecto de ley en la materia, afirma que contar con un marco regulatorio “es de utilidad para tener reglas claras para identificar y entender qué es lo que queremos como país y cómo queremos impactar a la sociedad desde Chile hacia el mundo”.
Dice que avanzar en esa dirección es clave en un momento en el que “el país necesita diversificar su matriz productiva, por lo que espero prontamente podamos ver resultados”.
Una mirada similar tiene el director de Innovación de la Universidad de los Andes (Uandes), Anil Sadarangani, quien sostiene que esta ley debe posicionar a Chile como “un país innovador que genere conocimiento propio y logre ser el engranaje que favorezca tanto al sector productivo e industria como al sector académico y obviamente al Estado”.
Por su parte, la jefa de oficina de transferencia tecnológica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), Lorena Martínez, asegura que una legislación es esta materia “es necesaria para lograr el desarrollo local a través de la innovación y generar un impacto positivo en la sociedad”.
Los tres recalcan que este proyecto debe contar con la participación de todos los actores que hoy participan en el ecosistema de innovación y transferencia tecnológica.
Cambio cultural en investigadores
Otro reto es la relación entre los investigadores y las empresas y la generación de investigación aplicada, que vaya más allá del paper o publicación y llegue al mercado.
Según Sadarangani en la Uandes se ha dado un “cambio cultural” en los investigadores, en un contexto en que la Dirección de Innovación de la universidad ha estado trabajando en mostrar los beneficios que pueden tener los académicos al aplicar la investigación, traducido en “méritos” como acceso a fondos, mejor equipamiento y capital humano.
“Logramos que se reconozcan algunos indicadores que tienen que ver con el ámbito de la transferencia tecnológica, por ejemplo solicitud de patentes, patentes otorgadas, trabajar con empresas, contratos tecnológicos y licenciamiento o generación de spin off (empresas qur surgen al alero de la universidad)”, dice.
Por su parte, Martínez señala que en la UCSC “hay un avance significativo respecto a la forma de transitar de la investigación fundamental a la aplicada”.
Como ejemplo, cuenta que hasta 2019 solo tenían dos a tres contratos tecnológicos al año. Y tras un trabajo de articulación con empresas, industrias y territorios levantando desafíos que pudiesen ser resueltos con investigación, lograron ocho nuevos contratos en 2020 y 11, en 2021.
“Ahí es donde los académicos están efectivamente avanzando en estas temáticas, viendo que desde su ámbito de investigación ellos pueden aportar con una solución concreta, un desafío al desarrollo económico y solucionar problemáticas sociales”, sostiene Martínez.
Bouchon explica que en la UC esta relación “se ha venido desarrollando hace un buen tiempo y promovemos fuertemente la vinculación de los investigadores con el sector productivo”.
Añade que buscan que los resultados de investigación “puedan impactar a la sociedad y permitan dar respuesta a la necesidad que vemos que surge desde esta y también del mercado”.
Los tres expertos señalan que en este proceso, han sido clave las oficinas de transferencia tecnológica de universidades, quienes articulan a los diferentes actores; facilitan la obtención de patentes, licenciamientos y protección de la propiedad industrial, y finalmente, logran que la investigación académica llegue al mercado.
UC crea una o dos
spin off al año
El vicerrector de investigación de la UC, Pedro Bouchon, señala que la universidad tiene 30 spin off liderados por académicos, además de otras cinco firmas que han sido creadas por exalumnos. Dice que crean entre una o dos empresas por año, y que el portafolio actual alcanza una valorización de US$ 185 millones. “Solo en 2021 levantaron US$ 17 millones en fondos de inversión privados”, cuenta.
Entre ellas, el académico destaca Environ, una spin off fundada en 2019 que desarrolló la tecnología ProstaMets, un test que predice la ramificación de tumores producto del cáncer de próstata y mide la agresividad de la metástasis en el paciente. El proyecto busca detectar a tiempo una enfermedad que afecta a uno de cada seis hombres en el mundo y que en casi el 40% de los casos decanta en metástasis ósea o cerebral progresivo.
Bouchon comenta que los dos últimos spin off en crearse son Biothervax (2020), que facilita la llegada al mercado de la vacuna contra el virus respiratorio sincicial, e IC Innovations (2021), que desarrolló un wearable respiratorio para aumentar la resistencia física de deportistas.
UCSC crea fondo para
emprendimientos de alumnos
La jefa de oficina de transferencia tecnológica de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, Lorena Martínez, señala que el foco de su universidad hoy está en desarrollar programas de emprendimientos de base científico-tecnológica centrado en los alumnos.
“Estamos motivando a los estudiantes a emprender en etapas tempranas con un fondo interno que les permita generar productos mínimos viables basados en innovación para resolver diversos problemas”, dice.
Comenta que ya tienen su primer un spin off. Se trata de Noteikin, que desarrolló un lápiz de escritura para personas con discapacidad visual, que traduce el braille a texto estándar.
U. Andes: spin off
con foco en salud
El director de Innovación de la Universidad de los Andes, Anil Sadarangani, cuenta que los spin off nacidos en esta casa de estudios están en un 80% relacionados a temas de salud.
A la fecha, académicos de la universidad han creado cinco de estas empresas, de las cuales, cuatro siguen activas.
En ellas, Sadarangani destaca a Cells for Cells, fundada en 2010, enfocada en generar nuevos conocimientos para la investigación y desarrollo de terapias celulares innovadoras, patentables y a su vez producirlas y comercializarlas para su aplicación en la terapia regenerativa.
También resalta a Pregnóstica, fundada en 2018, que creó un kit de diagnóstico predictivo temprano que permite detectar patologías asociadas al embarazo, específicamente Preeclampsia y Diabetes Gestacional, entre las 11 y 14 semanas de embarazo. El test, que identifica distintas moléculas presentes en fluidos orales de embarazadas, apunta a implementar medidas preventivas, de seguimiento y tratamiento y disminuir las complicaciones y secuelas de estas enfermedades en la madre y el hijo.