En 2007 con mis socios de Vantaz Group decidimos dar un salto y aventurarnos con la apertura de una oficina comercial en Australia, mercado reconocido por su expertise minera pero que está muy alejado, geográfica y culturalmente, de nuestro querido Chile. En ese momento, no fueron pocos los que nos advirtieron los riesgos dado que éramos uno de los primeros proveedores de la minería chilena en tomar las maletas e internacionalizarse.
Lo que en su momento fue un caso aislado, hoy vemos con orgullo como muchos emprendedores locales están mirando el mundo para hacer crecer sus negocios. Según el reciente informe “Soft Landing en Latinoamérica” realizado por Endeavor México, hay 59 compañías chilenas expandiéndose internacionalmente, el segundo mayor número de la región, siendo sus principales destinos México, Colombia y Perú. Y es que de apoco está cambiando la mentalidad del ecosistema y están decididos a salir de su zona de confort y buscar nuevas oportunidades, como lo hicimos en Vantaz Group hace 15 años.
El cambio generacional es una de las razones de este cambio. De hecho, según el reporte de Endeavor México el 60% de los country manager de todos los emprendimientos que están en proceso de expansión en Latinoamérica tienen menos de 40 años, personas que nacieron globalizadas y que, por lo tanto, crearon sus negocios siempre con la idea de expandirse por el mundo.
No obstante, salir de la zona de confort tiene que ser planificada. Primero tener una estrategia que contemple -en lo posible- todos los factores del mercado donde se instalarán; luego diseñar un modelo de aterrizaje e instalación que incluya la forma en que el producto o servicio se diferenciará y, por último, una estructura financiera que permita dar este salto. Con esto preparado, el siguiente desafío para que la internacionalización sea exitosa es comprender la cultura local, a lo que se le debe dedicar tiempo y esfuerzo.
Una forma de entenderla es participar en giras, que te permitan conocer el ecosistema del país de destino, generar contacto con potenciales clientes y conversar con otros emprendedores que internacionalizaron antes sus negocios. Otro camino es buscar alianzas con actores o instituciones locales, que te enseñen la forma en cómo hacer negocios en dicho mercado.
Finalmente, hay que fijarse metas claras. Por ejemplo, en AndesMets queremos subir de un 5% a un 25% el número de proveedores de la minería local que generen ingresos fuera de Chile en los próximos cinco años. Y en Endeavor, con la colaboración de Vantaz Group, estamos apoyando a cuatro empresas para que aumenten en un 50% sus ingresos desde el exterior.
Salir de la zona de confort implica trabajo planificado y sacrificio, que muchas veces involucra a la familia (como fue en mi caso que estuvimos viviendo tres años en Australia para abrir nuestra oficina). Pero les puedo asegurar que los resultados son siempre positivos, tanto en términos de diversificación de ingresos como, en caso de que no resulte la apuesta, aprender de esa experiencia y no cometer los mismos errores cuando nuevamente quieran salir a conquistar el mundo.