Edge computing se vuelve clave para acelerar la innovación en el sector público

La oferta de servicios públicos digitales ha dado un salto en los últimos dos años. El largo período de restricciones provocado por la pandemia obligó a los gobiernos de todo el mundo a acelerar la adopción de tecnologías capaces de ofrecer una experiencia ágil a la población, además de apoyar la toma rápida de decisiones. Especialmente en América Latina, la digitalización del sector público se ha considerado fundamental para la recuperación económica. Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señaló que la digitalización de servicios públicos como el agua, electricidad e internet puede llevar a un crecimiento del 5,7% en el Producto Interno Bruto (PIB) de la región en 10 años, el equivalente a ingresos adicionales de US$ 325 mil millones en el período.

El estudio señala que el uso de la computación en la nube, big data, tecnologías satelitales e inteligencia artificial (IA) permite a los gobiernos no sólo ofrecer servicios de forma digital, sino también generar inteligencia y capacidad predictiva que pueden contribuir a mejoras en las etapas de planificación e ingeniería de proyectos. Además, datos de otras encuestas del BID muestran que una transacción digital cuesta el 5% de una transacción presencial equivalente. El soporte en línea también es más rápido: en América Latina, procesar un caso público requiere, en promedio, 5,4 horas; mientras que digitalmente, el tiempo es de 30 minutos.

Impulsando la transformación

Si bien los avances en el sector público son visibles en los diferentes países de la región, aún queda un largo camino por recorrer para integrar tecnologías y aprovechar todo el potencial de estas herramientas. Este viaje puede ser más fácil con la adopción del edge computing. Al ayudar a los sistemas heredados a aprender y adoptar el lenguaje de los últimos dispositivos de nube e Internet de las cosas (IoT), el edge sirve como puente entre estos sistemas y las infraestructuras de TI más modernas.

Al procesar los datos más cerca de la fuente, el edge brinda una mayor protección para la información confidencial, lo que elimina la necesidad de transferir datos a través de redes vulnerables. Además, ofrece una gran relación costo-beneficio, ya que limita la cantidad de fallas y realiza análisis e integración de big data, permitiendo la toma de decisiones casi en tiempo real, de acuerdo con las prácticas de seguridad y el cumplimiento de las políticas regulatorias.

"Adoptar el edge hace que una variedad de servicios sean mucho más rentables y le permite lograr resultados importantes de manera rápida y eficiente. Impulsado por tecnologías de código abierto, el edge gana aún más poder para expandir la innovación, la colaboración y transformar el futuro", explica Alejandro Raffaele, head de Telecomunicaciones, Medios y Entretenimiento de Red Hat para Latinoamérica. Según el ejecutivo, la tecnología que ha ido ganando cada vez más fuerza en el sector privado también lleva tiempo en el radar del sector público. “Pero recién ahora, habiendo visto el valor que ofrece a otros sectores, los departamentos gubernamentales la están analizando más de cerca y, sobre todo, las ventajas que puede traer”, dice.

Un estudio reciente de IDC dijo que se espera que los gobiernos locales y estatales de las Américas gasten $3800 millones en soluciones informáticas de punta este año, lo que aumentará a $4900 millones para 2026. "El paso de los centros de datos tradicionales al edge ayuda al sector público a brindar mejores servicios con más eficiencia y economía, ya que les da la flexibilidad de elegir qué datos recopilar y con qué propósito, apoyando el proceso de toma de decisiones con agilidad", explica Raffaele.

Ciudades inteligentes

Uno de los mejores casos de uso para la periferia en los servicios públicos en la actualidad es la gestión de ciudades inteligentes. Al ofrecer autonomía de extremo a extremo en el proceso de generación y captura de datos, permite que los dispositivos respondan en tiempo real y tomen decisiones automatizadas. Los gobiernos locales buscan seguir el modelo de “ciudades inteligentes” para mejorar los servicios y, a su vez, aumentar la eficiencia.

Los dispositivos edge ayudan a incorporar tecnologías emergentes como IoT, inteligencia artificial y aprendizaje automático (AI/ML) para identificar y remediar rápidamente problemas que afectan la seguridad pública, la satisfacción de los ciudadanos y la sostenibilidad. El monitoreo del tráfico, la gestión del transporte, el alumbrado público optimizado y la respuesta automatizada a emergencias como inundaciones son solo algunos ejemplos de lo que puede ofrecer el edge. "Las ciudades que implementan estrategias basadas en datos pueden transformar sus operaciones, acelerando el crecimiento económico y social. Con el apoyo de su estrategia de código abierto, pueden ampliar aún más el poder del edge, ampliando sus capacidades para resolver problemas y permitir la entrega de servicios más ágiles a los ciudadanos”, refuerza Eugenio Rodríguez, Country Manager de Red Hat Chile.

Según Rodríguez, con las tecnologías de código abierto de Red Hat y el ecosistema de socios de la empresa, es posible crear una nube híbrida para habilitar una ciudad inteligente. "La nube híbrida puede abarcar una o más nubes públicas, el centro de datos y los dispositivos perimetrales cerca de autopistas, edificios urbanos y centros de transporte, creando una amplia red de desarrollo y operación consistente. Además, se beneficia del trabajo colaborativo y la esencia de la nube al depender de la información en dispositivos locales y almacenar datos en lugares centralizados, esto democratiza su acceso y permite un mayor alcance del valor de la información.”

Gestión eficaz

Pensando de manera holística, las ciudades inteligentes son solo la punta del iceberg cuando se trata del uso del edge en el sector público. Un sistema automatizado basado en él ofrece ahorros de costos, liberando a los equipos para innovar y realizar un trabajo de mayor valor que beneficia significativamente a los ciudadanos mediante el desarrollo de servicios digitales nuevos, seguros, confiables y ágiles.

Alcanzar este nivel de potencial, sin embargo, requiere un trabajo coordinado del sector público, que comienza con la definición de estrategias y planes de conectividad que permitan expandir el uso del edge. Los marcos regulatorios también deben revisarse, ya que gran parte de esta tecnología no estaba disponible cuando se crearon hace años. Trabajando de forma colaborativa, centrándose en la construcción de un futuro integrado, el segmento puede revolucionar la forma en que se relaciona con la sociedad, transformando el edge computing en el gran impulsor de una sociedad mucho más fluida y eficiente.