¿Está muriendo la sostenibilidad? Eso le preguntan al experto, consultor y autor Andrew Winston cuando viaja fuera de Estados Unidos, debido a la presión que han recibido algunas empresas desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca en enero.
“Yo solo digo que la lógica para actuar es realmente convincente y sigue siendo válida. Todavía enfrentamos grandes problemas existenciales (como el cambio climático) y todavía hay presión de los stakeholders y de las leyes. Todavía hay un argumento comercial, se puede ganar dinero y crear valor. Así que animo a la gente a no perder la fe en la sostenibilidad como una acción empresarial”, dijo a DF quien será el speaker internacional del Congreso Expomin 2025, que se inicia este martes en Espacio Riesco, y que este año es presidido por Anglo American.
Si bien la sostenibilidad está siendo atacada en EEUU “sigue siendo un camino vital para nuestro bienestar colectivo. Sin ella, estamos en serios problemas y, con ella, podemos construir un mundo próspero. Ese es el mensaje que espero transmitir a la gente en este evento. Los tiempos son difíciles, pero es el momento de actuar”, agregó el coautor del libro Net Positive, que escribió junto a Paul Polman, exCEO de Unilever.
“El cambio climático es cada día más peligroso. Es casi imposible para las empresas fingir que esto no está sucediendo y que no afecta sus operaciones y cadenas de suministro”.
- ¿Cuáles serán los principales puntos de su presentación?
- El mundo enfrenta grandes desafíos, como el cambio climático y la desigualdad. Y la comunidad empresarial desempeña un papel fundamental para abordar estos problemas. En específico, el sector minero se encuentra en medio de los altibajos del debate sobre la sostenibilidad: genera una gran huella ecológica, utiliza muchos recursos, pero también es fundamental para los minerales y metales que necesitamos para construir una economía limpia.
El nuevo mundo de las tecnologías limpias no se materializará sin la minería. Por lo tanto, la minería es un sector clave en esta profunda transición que está experimentando el mundo. Hablaré sobre la presión que sufren las empresas, por qué está sucediendo esto, por qué sigue teniendo tanto sentido comercial seguir el camino de la sostenibilidad y cómo construir empresas que se beneficien y crezcan resolviendo los problemas del mundo, no creándolos.
- ¿Por qué importa que la minería sea sostenible?
- Como dije, vamos a necesitar mucho más. Las estimaciones, solo para el cobre, indican que necesitaremos entre cuatro y cinco veces más de lo que tenemos ahora. Si el mundo migra a, por ejemplo, vehículos eléctricos -lo cual está sucediendo muy rápidamente- la escala del negocio será enorme. La huella de la minería siempre ha sido grande, hay que extraer recursos de la tierra, y el impacto es enorme tanto para el planeta como para las comunidades.
Por lo tanto, es fundamental que la minería siga evolucionando sus prácticas para trabajar con las comunidades de una manera productiva.
Retroceso de la sostenibilidad
- Estamos atravesando tiempos difíciles. ¿Veremos un retroceso en las prácticas de sostenibilidad de las empresas?
- Sí y no. Ha habido una reacción negativa y hablaré de ello en mi exposición. Ha habido una presión sobre las iniciativas de sostenibilidad de las empresas estadounidenses, en especial en el aspecto social de la agenda. La diversidad y la inclusión han sido, creo, el verdadero foco.
También hay una carga sobre los esfuerzos para abordar el cambio climático. Pero ha sido mucho menos efectivo, en parte porque la descarbonización o el abandono del carbono que las empresas ya están implementando implica capital, están invirtiendo dinero. Ya han implementado cambios en su forma de hacer las cosas, han invertido en nuevos productos.
Las compañías automotrices ya no invierten en motores de combustión interna, solo están invirtiendo en vehículos eléctricos, así que esos ataques no están dando buenos resultados. Seguirán avanzando en la lucha contra el cambio climático a nivel mundial.
No sé cómo será la situación en EEUU, el Gobierno puede dificultar mucho el progreso, pero gran parte de la agenda sigue avanzando. Lo que pasa en EEUU es que las empresas están guardando silencio, ya no hablan de sus acciones porque temen ser señaladas.
- ¿Y por el lado de las regulaciones, serán menos ambiciosas?
- La normativa europea sobre reportabilidad sigue avanzando. Ha habido algunos cambios en el calendario, pero no es realmente un debilitamiento. Creo que están intentando hacerlo bien. Parece haber un compromiso bastante sincero por parte de los líderes europeos para continuar con esos requisitos de información, y no solo en Europa, sino también en el estado de California, que es un mercado gigante a nivel mundial.
La razón principal por la que muchas de las acciones continúan y las regulaciones no desaparecen es que no actuábamos por el clima porque algunas ONG lo desearan. Actuábamos por el cambio climático. Las fuerzas que impulsan este cambio siguen muy vigentes y, de hecho, están empeorando. El cambio climático es cada día más peligroso. Es casi imposible para las empresas fingir que esto no está sucediendo y que no afecta sus operaciones y cadenas de suministro. Eso no va a cambiar.
- ¿Cuál es la importancia de integrar la sostenibilidad en la estrategia y no como una buena acción para los demás?
- Es fundamental. Gran parte del trabajo en sostenibilidad se ha centrado en integrarla en la organización y la estrategia, como menciona. Hay muy pocas cosas en los negocios que se cuestionen tanto como la sostenibilidad. Cuando algo es una iniciativa de sostenibilidad, surgen un millón de preguntas sobre su retorno exacto y se asume que es filantrópico o simplemente una buena acción, o cuesta más, o ambas cosas. Esa es una suposición un tanto extraña. Una iniciativa de sostenibilidad puede significar muchas cosas: puede ser más eficiente y reducir costos; puede impulsar la innovación; puede descarbonizar tu negocio, lo que reduce el riesgo y los costos. Estas son inversiones, pero todo lo demás también. Mi esperanza siempre ha sido que la sostenibilidad se asemeje cada vez más a otras cosas que ahora damos por sentadas, como la seguridad y la calidad (…) Creo que la sostenibilidad se está convirtiendo en algo más parecido a eso, es una forma de hacer negocios.
Net Positive
- Uno de sus libros se titula Net Positive ¿A qué se refiere con ese concepto?
- En resumen, una empresa con un impacto neto positivo es aquella que prospera y crece resolviendo los problemas del mundo, no contribuyendo a ellos. Eso significa tener un impacto positivo en todas las personas y grupos de interés a los que impacta tu negocio. Y para una gran multinacional, eso es todo el mundo. Se trata de tener una visión más amplia de los sistemas de los que formas parte, del impacto de tus productos y servicios.
“Una empresa con un impacto neto positivo es aquella que prospera y crece resolviendo los problemas del mundo, no contribuyendo a ellos. Eso significa tener un impacto positivo en todas las personas y grupos de interés a los que impacta tu negocio”.
Una empresa con impacto neto positivo adopta una visión del mundo que abarca a múltiples partes interesadas. No se trata solo de los accionistas, que son importantes y les irá bien si haces esto bien, sino que también estás atendiendo a tus clientes, empleados, proveedores y comunidades. Y al hacerlo generas valor a largo plazo.
Uno de los principios fundamentales de una empresa con impacto neto positivo es fomentar la colaboración y el trabajo en equipo, a menudo como sector, por eso eventos como la Expomin son tan importantes. Necesitamos que la gente se reúna, comparta sus desafíos y busque maneras de colaborar. Y estamos viendo esto de maneras realmente interesantes en la industria pesada, que está explorando nuevas tecnologías para reducir el carbono y el impacto.
- Esa es una nueva visión, porque las empresas solían pensar que debían mitigar las consecuencias negativas de su actividad en el entorno...
- Incluso con estos retrocesos en EEUU veo a cada vez más empresas hablando de un enfoque de resultados netos positivos. Existe la sensación de que los problemas son enormes y necesitamos que nuestros líderes los resuelvan y ayuden a reparar parte del daño que estamos enfrentando. Está creciendo, pero es una visión desafiante para muchas empresas. Nos han enseñado durante muchos años que el propósito de los negocios son solo las ganancias a corto plazo. Y esa es una visión muy limitada de lo que hace una empresa y su razón de ser. La visión neta positiva seguirá creciendo y resultará atractiva para las empresas, porque es una mejor manera de operar, es una forma más gratificante de hacerlo. Es una forma de liderazgo.
- ¿Cuál es la importancia del propósito dentro de una organización y qué rol juegan las nuevas generaciones que buscan conectar con un propósito?
- Esto se está convirtiendo en un tema aún más importante, especialmente en EEUU, ya que las empresas -y en particular las universidades- están siendo atacadas por el Gobierno. Esto cuestiona su propósito. ¿Para qué existimos? Es un poderoso motor que puede impulsar la valentía que necesitamos para luchar por cosas mejores y contra la presión de abandonar nuestros objetivos y valores.
El propósito proporciona mucha de la energía que nos motiva y nos permite avanzar de una manera más productiva. No todas las partes de una empresa tienen un propósito profundo. Algunos productos son solo por diversión, no tienen por qué resolver los problemas del mundo. Pero, en general, las empresas tienen una razón de ser, y no se trata solo de ganar dinero. Están haciendo algo por alguien, están resolviendo un problema. Y eso es lo que, en mi opinión, impulsa un mejor desempeño a largo plazo.